La aparición de ampollas durante el tratamiento con fotoquimioterapia PUVA es un hecho reconocido desde hace años, aunque su frecuencia es incierta. Algunas series la cifran en el 10% de los casos (como exponen los autores)1, aunque otras más recientes no describen ninguno2.
En el presente número se presenta una serie de 5 casos de pacientes con distintas enfermedades cutáneas que desarrollaron ampollas en las piernas con mínima inflamación clínica e histológica durante el tratamiento con PUVA. Los autores descartan el penfigoide ampolloso, al menos en 2 casos con estudio histológico e IFD. También una reacción fototóxica, si bien 3 de ellos recibían la modalidad PUVA baño, que presenta dosis fototóxicas mínimas generalmente menores que en el PUVA oral. Por último, los autores descartan una seudoporfiria al no encontrar una medicación responsable.
Es posible que en estos casos concurran factores fototóxicos (del psoraleno u otras medicaciones concomitantes, orales o tópicas), mecánicos o inflamatorios. Los casos descritos con depósito perilesional de C3 podrían corresponder a formas frustras de penfigoide ampolloso. Parece plausible pensar que la PUVA puede contribuir a la aparición de las ampollas como un factor inductor más, quizás no el más determinante. Así se explicaría la remisión espontánea de las lesiones en todos los casos a pesar de la continuación de la terapia.
Finalmente, es interesante recordar que la aparición de ampollas, tanto por penfigoide como por cualquier otra causa, es excepcional durante la fototerapia UVB de banda estrecha.