Las enfermedades venéreas han estado adscritas a la dermatología, tanto por la expresividad eminentemente cutáneo-mucosa de sus manifestaciones clínicas, como porque fueron los dermatólogos quienes las describieron, estudiaron y a los que consultaban los pacientes afectos. En la actualidad, sin embargo, se prefiere utilizar el término de infecciones de transmisión sexual (ITS) al de enfermedades venéreas, porque con mucha frecuencia las personas que adquieren un agente infeccioso a partir de relaciones sexuales pueden permanecer un tiempo sin tener ningún signo de enfermedad. Las ITS son un motivo de consulta cada vez más frecuente en nuestro medio sanitario, y representa un importante problema de salud pública tanto por su magnitud, como por sus complicaciones y secuelas, si no se realiza un diagnóstico y tratamiento precoz1. Sin lugar a dudas, si existe una enfermedad venérea que ha tenido especial implicación para el dermatólogo, esa es la sífilis, que incluso da nombre a nuestra revista nacional.
En este número de Actas Dermosifiliográficas, Arando M et al.2 nos presentan un excelente estudio sobre las características epidemiológicas y clínicas de más de un millar de sífilis precoces diagnosticadas durante una década en una unidad de referencia de ITS en el área metropolitana de Barcelona. Los autores justifican la relevancia de esta enfermedad, que sigue fuera del control sanitario de nuestra sociedad. Analizan la importancia de diversos factores de riesgo implicados en su transmisión de los que debemos ser conocedores debido a que la prevención en este tipo de enfermedades es esencial.
Finalmente, nos gustaría destacar una vez más el papel primordial del dermatólogo en el diagnóstico y tratamiento de la sífilis y del resto de ITS. Así como exigirnos un mayor grado de implicación en las campañas de divulgación y asesoramiento entre la población general, especialmente entre los más jóvenes y los grupos de riesgo. Desde mi humilde punto de vista, la dermatología del siglo XXI tiene una asignatura pendiente con la venereología, que está cada vez más olvidada en los diversos cursos, reuniones y congresos que se celebran. Sinceramente pienso que es labor de todos y cada uno de nosotros, otorgar la visibilidad que se merece a una parcela tan intrínseca dentro de nuestra especialidad.