La infección primaria por el virus varicela-zoster suele presentarse en la infancia, siendo en la mayoría de los casos autolimitada. Sin embargo, en lactantes, en la edad adulta y en inmunodeprimidos puede originar un cuadro potencialmente grave al asociarse a determinadas complicaciones.
Describimos el caso de un paciente adulto inmunocompetente con varicela que desarrolló como complicación una rabdomiólisis.
Nuestro paciente es un varón de 29 años, sin antecedentes de interés, que acudió a urgencias por la aparición de lesiones cutáneas pruriginosas. Veinticuatro horas antes refería la aparición de lesiones, inicialmente no ampollosas, que se fueron presentando en brotes sucesivos con intenso prurito, acompañadas de fiebre de 39°C, astenia y anorexia. Desde hacía una semana presentaba malestar general, febrícula y mialgias. En la exploración se observaba un exantema de predominio en el tronco, constituido por vesículas de contenido seroso sobre base eritematosa, en diferentes estadios evolutivos, sin afectación mucosa ni palmoplantar. La analítica de sangre mostró una elevación en los siguientes parámetros: creatinfosfocinasa (11.480 U/l), GOT (165 U/l), GPT (63 U/l), LDH (820 U/l) y mioglobina (200,1 ng/ml), siendo el resto normal, incluyendo pH (7,38), bicarbonato (24 mEq/l), creatinina (0,98mg/dl), urea (29mg/dl), sodio (139 mmol/l), potasio (4,1 mmol/l) y cloro (100 mmol/l). En la radiografía de tórax no se encontraron hallazgos patológicos. Se realizó un test de Tzanck, observándose la presencia de células gigantes multinucleares y queratinocitos acantolíticos. Con el diagnóstico de varicela complicada con rabdomiólisis se ingresó al paciente para tratamiento con aciclovir e hidratación intravenosa con suero salino, sin ser necesarias otras medidas como manitol, furosemida o bicarbonato. Durante su estancia hospitalaria se descartó la infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y no se presentó durante la evolución deterioro de la función renal. Las lesiones cutáneas fueron mejorando progresivamente, así como los parámetros analíticos, recibiendo el alta médica a la semana del ingreso, sin que hubiera desarrollado ninguna otra complicación.
Las complicaciones más frecuentes de la varicela son: la infección bacteriana de las lesiones, la laringitis y la neumonía. En el sistema nervioso puede producir encefalitis y cerebelitis, siendo excepcionales la polineuritis, la mielitis, la radiculitis o la neuritis óptica. Otras incluyen la hepatitis y la miocarditis. La rabdomiólisis es una rara complicación de la infección primaria por el virus varicela-zoster descrita escasamente en la literatura1–8. Las tasas de morbilidad y mortalidad asociadas a la varicela llegan a ser 10-20 veces mayores en adultos que en niños sanos2.
La rabdomiólisis se caracteriza por una destrucción tisular masiva que produce el paso de metabolitos tóxicos intracelulares al sistema circulatorio. Las posibles consecuencias de esta incluyen la insuficiencia renal aguda, la hiperpotasemia, la acidosis metabólica y la coagulación intravascular diseminada. Entre las causas que pueden provocar una rabdomiólisis encontramos las crisis epilépticas, los fármacos como las estatinas, la ingesta de alcohol, los traumatismos, el ejercicio físico intenso o más raramente las infecciones. Nuestro paciente no presentaba ninguno de los hechos mencionados, a excepción de la infección por el virus varicela-zoster. Respecto a las causas víricas, las más frecuentes son: la gripe, el VIH y los enterovirus9. El virus de la gripe parece ser el más frecuentemente asociado a insuficiencia renal en los casos de rabdomiólisis10. La probabilidad de aparición de insuficiencia renal en los casos asociados a rabdomiólisis por varicela no parece relacionarse con los niveles de creatinfosfocinasa5.
Pese a que la infección primaria por virus varicela-zoster representa una extraña causa de rabdomiólisis, podría deberse a un infradiagnóstico de esta complicación. Dado que las concentraciones de creatinfosfocinasa no son realizadas rutinariamente ante los diagnósticos de varicela, los casos leves-moderados podrían pasar desapercibidos5, al no presentar cambios en la coloración de la orina, debilidad ni mialgias intensas que sugieran el diagnóstico, al igual que ocurría con nuestro paciente.
En conclusión, se debe tener en cuenta la posible aparición de rabdomiólisis en pacientes con infección primaria por el virus varicela-zoster con el fin de pautar precozmente tratamiento adecuado y prevenir potenciales complicaciones graves.