Sr. Director:
Recientemente se ha publicado en su revista el interesante artículo «Dos casos de necrolisis epidérmica tóxica localizada asociada a radioterapia»1. En él se describe el caso de una paciente que fue intervenida de metástasis ganglionares cervicales de melanoma con detección posterior de metástasis cerebrales, en tratamiento con, entre otros, radioterapia y fenitoína. También se describe una segunda paciente que, tras realizársele mastectomía bilateral, disección axial y radioterapia coadyuvante por carcinoma ductal infiltrante de mama, sufrió crisis convulsivas que se trataron con fenitoína. Ambas pacientes desarrollaron un cuadro de necrolisis epidérmica tóxica de localización, característicamente, en la mitad superior del cuerpo.
En la discusión se recomienda, en caso de ser necesario, el ácido valproico para prevenir las crisis convulsivas en los pacientes con metástasis cerebrales, puesto que la mayoría de los autores revisados, salvo Roujeau, encuentran una menor incidencia de necrolisis epidérmica tóxica con este fármaco; por otra parte, los autores indican que no han encontrado ningún caso relacionado con radioterapia y ácido valproico.
En el artículo publicado en Annales de Dermatologie et Venereologie en el año 2002, titulado «Eruption post-radique chez un malade traité par acide valproïque. Syndrome de Rowell?»2, se presenta el caso de un varón tratado de un carcinoma epidermoide del seno piriforme con extirpación y posterior combinación de radioterapia y quimioterapia, que recibió ácido valproico por un cuadro de epilepsia. Al finalizar la radioterapia comenzó con un eritema erosionante intenso con aspecto anular localizado en la región cervical anterior que se extendió al tórax, lo cual obligó a ingresar al paciente. La biopsia mostró necrosis epidérmica confluente con queratinocitos balonizantes que alcanzaba a la interface dermoepidérmica en forma de vacuolización, necrosis e infiltración linfocitaria. Dadas las características clínicas y analíticas los autores discuten que pueda tratarse de un síndrome de Rowell que asocia eritema multiforme y lupus.
En resumen, como decía un conocido profesor, el ácido valproico, por poder puede estar relacionado con la necrolisis epidérmica tóxica. Y como muy bien ha sido revisado en el artículo de su revista, si nos encontramos un paciente sometido a radioterapia que precise anticonvulsivantes el ácido valproico es el de elección para prevenir la aparición de este proceso, pero, aun así, no nos extrañemos si éste aparece.