Se estima que alrededor del 30% de la población adulta en países desarrollados son fumadores, constituyendo, además, el hábito de fumar la principal causa evitable de enfermedad y muerte en el mundo occidental. Basándose en los resultados de los estudios epidemiológicos, se sospecha que el hábito tabáquico puede influir sobre el desarrollo y la evolución de diferentes enfermedades cutáneas, entre las que se encuentra el lupus eritematoso cutáneo (LEC)1. En este resumen queremos comentar los resultados de 2 estudios publicados recientemente en los que se investigaron la influencia del hábito tabáquico sobre las manifestaciones cutáneas del lupus eritematoso.
Kuhn et al.2 llevaron a cabo un estudio transversal y multicéntrico en 1.002 pacientes procedentes de 14 países europeos. En él constataron que los datos obtenidos sobre el hábito tabáquico mediante el cuestionario desarrollado por la Sociedad Europea de Lupus Eritematoso Cutáneo (European Society of Cutaneous Lupus Erythematosus [EUSCLE]) se correlacionaban con el grado de severidad del lupus eritematoso cutáneo (Cutaneous Lupus Erythematosus Disease Area and Severity Index [CLASI]) y con la respuesta al tratamiento con antipalúdicos. Los autores encontraron una prevalencia de fumadores significativamente mayor entre pacientes con LEC (59,5%) en comparación con la prevalencia estimada de fumadores en población adulta en Europa (25-30%). Además, el 87,2% de los pacientes fumadores referían haber comenzado a fumar antes de la aparición de los síntomas de la enfermedad, lo que apoyaría la hipótesis del posible efecto inductor del tabaco sobre el LEC. La puntuación del índice CLASI también fue significativamente mayor en pacientes fumadores, indicando que el tabaco podría agravar la intensidad de las manifestaciones cutáneas de la enfermedad. Otro hallazgo de gran relevancia clínica fue que la tasa de respuesta al tratamiento con cloroquina/hidroxicloroquina fue significativamente menor en pacientes fumadores.
Bourré-Tessier et al.3 llevaron a cabo un estudio prospectivo multicéntrico en 1.346 pacientes procedentes de 14 centros distintos en Canadá, cuyo objetivo fue evaluar la influencia del hábito tabáquico sobre la afectación cutánea en pacientes con lupus eritematoso sistémico. A través de un análisis multivariante comprobaron cómo el hábito tabáquico activo se asoció de forma significativa con la presencia de rash malar. Sin embargo, no se encontró una asociación clara entre el hecho de haber fumado en el pasado y la presencia de manifestaciones cutáneas activas. Los autores tampoco detectaron asociación entre el tabaco y la presencia de lesiones en las mucosas en pacientes con lupus eritematoso sistémico.
En conclusión, existe evidencia científica cada vez más sólida sobre el efecto negativo del tabaco en pacientes con LEC, tanto sobre la gravedad de las manifestaciones, como sobre su respuesta al tratamiento. El hecho de que en ex-fumadores, a diferencia de los fumadores activos, no se objetivara una asociación clara con las manifestaciones cutáneas, apoyaría la iniciativa de aconsejar a los pacientes afectos de lupus cesar el hábito tabáquico.