Sr. Director.
Agradecemos los comentarios del Profesor Camacho y del Profesor Moreno sobre nuestro artículo. En efecto, de la misma forma que artículos de similares características1,2, e incluso de estos mismos autores3, el nuestro no pretendía ser una revisión sistemática de las distintas variedades de hipertricosis localizadas congénitas (primarias tal y como indicamos en el artículo)4. De ahí que hayamos simplificado la clasificación a 4 de las formas clínicas primarias simétricas localizadas reflejadas en la bibliografía especializada: la hipertricosis cubital, la hipertricosis cervical anterior (HCA), la hipertricosis cervical posterior (HCP) y la hipertricosis limitada a la región lumbosacra5 (división idéntica a la que hacen Vashi et al a modo de introducción en su artículo, no sólo al analizar su serie, como se sugiere6). Esto inevitablemente conlleva dejar fuera otras entidades7-9, como las recogidas por los profesores Camacho y Moreno en otras publicaciones10,11. A éstas se podrían añadir entre otras la hipertricosis asociada al hamartoma congénito de músculo liso12-15, el angioma en penacho12,13,16, el glomangioma congénito en placa17, el signo del collar de pelo (puede rodear a una aplasia cutis congénita, ser marcador cutáneo de un disrafismo cervical o presentarse sin anomalías asociadas)5,13,18, las pestañas ectópicas12, algunos síndromes con hipertricosis congénita localizada19 como el síndrome H20, el mosaicismo pigmentario tipo Ito9,14,21 (fenómeno de «las manchas gemelas»)21 y la displasia odontomaxilar segmentaria22, e incluso la distiquiasis12 o procesos «fisiológicos» como el pelo escrotal12,13; un proceso benigno, autolimitado y sin alteraciones endocrinológicas asociadas que se presenta en los primeros meses de vida23,24 (no aparece en el momento del nacimiento y remite de forma espontánea de igual forma que muchos casos de hipertricosis cubital25).
La HCA es una variedad de hipertricosis congénita localizada de la que hemos tenido la oportunidad de ver dos casos en un periodo de tres meses4,26. A raíz de nuestra publicación otros facultativos han compartido con nosotros otros dos casos esporádicos, uno de ellos asociado a alteraciones neurológicas; esto apunta a que no es una entidad tan infrecuente, y los pocos casos descritos en la literatura pueden deberse a un infradiagnóstico o a la tendencia a publicar sólo casos familiares o con anomalías asociadas.
Efectivamente, Reed et al publicaron en 1989 la hipertricosis cervical familiar asociada a escoliosis; todos sus pacientes presentaban aumento de pelo localizado en la cara posterior del cuello y, por tanto, se incluyen dentro de la HCP. Estos autores consideran que es el primer caso familiar con herencia autosómica dominante de HCP asociada a escoliosis, pero señalan en la discusión que hay casos previos de esta forma de hipertricosis27.
Con respecto a la descripción inicial de la HCA, la autoría de Trattner et al28 se recoge en la mayoría de las publicaciones de literatura anglosajona2, incluidas varias revisiones1,29-31. Consideramos correcto puntualizar que hay descripciones previas en la literatura no inglesa32, de más difícil acceso, en las que se ha recogido esta rara variedad, y nos alegramos de que el autor del primer artículo sobre este tema sea un dermatólogo miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
La aportación de los profesores Camacho y Moreno, además de enriquecer nuestro artículo, contribuye a situar en primera línea la HCA.