Sr. Director:
Agradecemos los comentarios, sugerencias y aportaciones realizadas por la Dra. Betlloch-Mas con respecto a nuestro artículo «Valoración del impacto científico de las comunicaciones presentadas en el Congreso Nacional de Dermatología y Venereología (años 2000-20003)1» publicado recientemente en esta revista.
Debemos reconocer que en el diseño de dicho trabajo se nos plantearon muchas de las cuestiones que acertadamente comenta la Dra. Betlloch-Mas en su carta. Evidentemente, dentro de los objetivos planteados en todo congreso nacional de Dermatología, un aspecto fundamental debe ser el facilitar una formación continuada, tanto de los especialistas titulados como de aquellos en vías de formación. Estamos totalmente de acuerdo en que un congreso nacional debe incluir dentro de sus objetivos la difusión e intercambio de conocimientos, facilitar el aprendizaje e iniciación en técnicas de comunicación, ser un punto de encuentro para los participantes y un estímulo en su actividad asistencial y científica diaria. Debe asimismo facilitar la comunicación entre los participantes y ser un foro en el que se compartan experiencias personales, laborales científicas y docentes.
Consideramos que con la estructura actual y las distintas actividades que se desarrollan en los congresos nacionales de Dermatología (simposios, talleres, cursos pre-congreso, temas oficiales, reuniones de los distintos grupos de trabajo, actividades sociales, etc.), la gran mayoría de estos objetivos suelen alcanzarse sin excesivas dificultades. Tal como apunta la Dra. Betlloch-Mas no existe un destinatario final concreto de un congreso nacional de Dermatología, sino que el diseño de la estructura del congreso debe intentar satisfacer las expectativas e ilusiones de un grupo heterogéneo, tanto de especialistas en Dermatología como de los facultativos en vías de formación (con distintas prácticas profesionales, prioridades e intereses).
Sin embargo, el objetivo fundamental de nuestro estudio fue valorar de una forma lo más objetiva posible la calidad científica de las distintas comunicaciones presentadas en el Congreso Nacional de Dermatología durante un periodo de 4 años. Intentamos asimismo comparar los resultados obtenidos con datos previamente publicados en la literatura con respecto a otros congresos nacionales e internacionales. Consideramos que este es un parámetro independiente de todos los otros aspectos previamente comentados (formación continuada, intercambio de ideas, punto de encuentro, etc.).
El objetivo final de todo congreso nacional de una especialidad es alcanzar una excelencia en todos y cada uno de los aspectos previamente comentados y ser, asimismo, un fiel reflejo de la calidad científica de la especialidad en el ámbito nacional –ya que se trata de un congreso nacional–. Si bien el índice de publicación de las comunicaciones presentadas en un congreso representa un buen marcador de su impacto científico, parece impensable plantear una restricción de las comunicaciones según sus posibilidades futuras de publicación. Sin embargo, y valorando la baja tasa de publicación observada en nuestro estudio, quizás deberíamos reflexionar sobre la idoneidad de una aceptación sistemática de comunicaciones sin ningún criterio previo de selección.
En ningún momento hemos planteado o propuesto un cambio en el enfoque de la estructura del Congreso, ya que sólo hemos intentado aportar datos adicionales con respecto a un aspecto puntual de la calidad científica del Congreso Nacional de Dermatología. De forma ideal, el conocimiento de estos aspectos debería ser un parámetro más a valorar en el diseño y la estructuración de futuros congresos nacionales con el objetivo final de alcanzar un nivel máximo de calidad.