Hace unos años, cuando comenzamos a interesarnos en la búsqueda de las figuras del Museo Olavide, la idea que teníamos muchos dermatólogos es que el Museo se creó en el antiguo Hospital de San Juan de Dios (Antón Martín) y que posteriormente se trasladó a la calle Dr. Esquerdo (Actual Gregorio Marañón), que el número de figuras era indeterminado (unos indicaban 1.500, otros 400) y que se realizó su cierre en los años 60 y a partir de ese momento entró en un periodo de olvido tanto administrativamente como dermatológicamente. También sabíamos que José Eugenio Olavide había sido el promotor de dicho museo y que las figuras fueron realizadas principalmente por escultor llamado Zofío y algunas posteriores por Barta. Esta era esquemáticamente una idea casi generalizada entre los dermatólogos, aunque se conocían algunos datos más, pero en la mayoría de los casos eran por transmisión oral o sin ninguna confirmación documentada1.
En el año 2005 después de años de búsqueda e investigaciones encontramos la mayoría de las figuras de la colección en cajas de madera en un almacén del Hospital del Niño Jesús (27-12-2006) y, para nuestra sorpresa, en algunas cajas en vez de figuras aparecían abundante documentación. Analizando esta documentación comenzamos a plantearnos cómo fue la realización de estas figuras, el origen y los autores, pudiendo contactar con las familias de Enrique Zofío Dávila y de José Barta Bernadotta, las cuales aportaron datos y amplia documentación de ambos. Sin embargo, de Rafael López Álvarez el último escultor solo encontramos una pequeña referencia periodística en la que indicaba que fue el encargado de cerrar el Museo y embalar las figuras en 19661 (fig. 1).
Comenzamos entonces una tarea ardua de consultar trabajos, visitar organismos oficiales y recabar todo tipo de información sobre San Juan de Dios, el Museo, Olavide, Zofío y posibles otros escultores; para ello consultamos las magníficas tesis doctorales de los Dres. Padrón, Del Río, Cubillana y Heras2–5, todas ellas relacionadas con San Juan de Dios y el Museo Olavide.
También Actas Dermo-Sifiiliográficas nos sirvió de guía, pues allí encontramos excelentes y detallados trabajos publicados por los Drs. del Río y García Pérez6–10. En otros casos fueron las monografías y artículos en revistas diversas de los Drs. Sierra y Calap11–14. En cada unos de estos trabajos encontrábamos nuevas referencias de anteriores trabajos o publicaciones que iban añadiendo datos y fechas así como personajes a esta historia, aunque en muchos casos los datos encontrados eran contradictorios.
A partir de todos estos trabajos sabemos que el Museo se inauguró un 26 de diciembre de 1882 y que el cierre fue en el año 1966 realizado por el ultimo escultor restaurador Rafael López Álvarez (fig. 2), del cual aunque sea el mas moderno de todos, es del que menos conocimiento tenemos, pero también que existió otro escultor llamado José Barta Bernardota, posible discípulo de Zofío, del cual se encuentran numerosas figuras y curiosamente ninguna con Zofío y si algunas López Álvarez.
Del Dr. Olavide existe numerosos datos y su vida es bastante completa y conocida por ello nos centramos en los escultores del Museo que como dijimos anteriormente solo se les mencionaba con el apellido.
En primer lugar, al no ser apellidos frecuentes Zofío y Barta, hicimos una investigación exhaustiva en guía telefónica, registro civil, cementerios etc. pudiendo encontrar familiares directos de ambos (bisnieta de Zofío y nieto de Barta). Ellos fueron los que aportaron muchos datos de su vida preferentemente familiar, pero muy poca o nula de la vida laboral. En el caso de Enrique Zofío Davila nos recordaron muy vehementemente su dedicación o profesión militar (existía un retrato al óleo propiedad de la familia en el que se encontraba con uniforme militar). Con estos datos nos dirigimos al Archivo Militar de Segovia y pudimos conseguir su hoja de servicio del Cuerpo de Sanidad Militar donde permaneció desde 6-7-1864 al 31-5- 1911, pero en calidad de «contratado civil», nunca militar de carrera, aunque su retrato con uniforme militar y tres medallas nos llevaran a la confusión de su condición de militar.15 (fig. 3).
Este documento ha sido fundamental para conocer la vida de Enrique Zofío Dávila y de camino como veremos después para plantearnos muchas incógnitas del origen de las figuras y la relación de Zofío con San Juan de Dios y con Olavide.
También este documento nos abrió paso para investigar trabajos publicados de la Historia de la Sanidad Militar, los Hospitales Militares y los Museos existentes especialmente el Hospital Militar de Carabanchel donde Zofío estuvo destinado gran tiempo de su vida profesional y realizó numerosas figuras anatómicas y algunos moldeados dermatológicos16,17.
Gracias a estos documentos conocemos de una manera precisa toda la actividad desarrollada durante su vida profesional, conocemos los diversos ascensos, condecoraciones y los dos viajes realizados a París; el primero en 1878 a la exposición Universal acompañando a Don Cesáreo Fernández Losada (personaje que veremos posteriormente asociado a Zofío en la realización de figuras de cera) y Nicasio Landa, en este viaje se informa que va como «asesor» de diseños y croquis (posiblemente modelos anatómicos) y que los trabajos fueron elogiados por los asistentes a la exposición.
Su segundo viaje se realiza en 1882 y para «perfeccionarse en los talleres de trabajos anatómicos». Como vemos, ninguno de estos viajes coincide con el que hicieron los Castelo (Eusebio y Fernando) y los Olavide (José Eugenio y José) en 1889 con ocasión del Congreso Internacional de Dermatología en Paris y donde se refiere que se llevaron 90 figuras del Museo Olavide (seguramente todas de Zofío) que fueron muy elogiadas por todos los participantes.
Con estos datos podemos considerar que Enrique Zofío Dávila comenzó como escultor anatómico militar relacionándose o a las órdenes de Fernández Losada, realizando figuras anatómicas para diversos hospitales militares, pero también se cita de forma velada la existencia de «figuras de cera dermatológicas». Posteriormente se hace ya una descripción detallada de la realización de estas figuras (n.° y título) de cera en los años 1908, 1909, 1910 y 1911 fecha de su jubilación17.
Analizadas las figuras realizadas por Zofío entre 1880 y 1897, época en que se traslada el hospital San Juan de Dios de Antón Martín a Dr. Esquerdo, es cuando Zofío realiza la gran mayoría de su obra escultórica y es también donde más detalles podemos obtener ya que todas las figuras van acompañadas de su historial clínico y tratamiento así como la procedencia del enfermo, el año, número de cama del enfermo, el Dr. que hace la historia etc. y es aquí donde nos planteamos ¿ dónde realizaba las figuras?, ¿qué relación teníe con San Juan de Dios?
Es curioso que no hayamos encontrado ningún dato o documento que relacione laboralmente a Zofío con San Juan de Dios. El lugar donde se realizaron las figuras también es un misterio pues no existen datos de que en San Juan de Dios de Antón Martín existiera taller, ya que la fotos que hemos encontrado del taller del Museo Olavide parece ser que corresponden a cuando ya se encontraba en Dr. Esquerdo (1901-1967). Apoya esta teoría el leer la autobiografía de Azua cuando dice «En 1887 fui destinado a San Juan de Dios a un servicio de suplente y el 89 encargado de un servicio fijo de consulta dermatológica que con gran interés realice en una especie de carbonería (altura del techo 1,70) con una antesala constituida por un urinario»12, y nos hacemos la pregunta: ¿cómo se le iba a dar a un escultor sin ninguna relación con el hospital un espacio mas amplio que el de un jefe de servicio del temperamento de Azua? La otra pregunta es: si estaba trabajando para la entidad militar, ¿cómo podía estar a «pie de cama» para realizar las figuras de los enfermos?
El caso es que las figuras realizadas en esa época por Zofío son todas de médicos de San Juan de Dios (Sánchez Bombín, Castelo, Olavide, Azua, etc.) todas tiene su historial clínico, la sala, la cama que ocupaban en la sala, el historiador, la fecha de ingreso, alta y tratamiento. Pero también es curioso el que se encuentran figuras procedentes de las «Clínicas privadas» de Olavide, Azua, Fernández Losada, etc., y lo más curioso es que en algunas figuras existe una etiqueta de Fernández Losada sobre la que se ha puesto una del Museo Olavide.
Para mayor complejidad nos encontramos que figuras duplicadas idénticas a las que hemos recuperado en Madrid se encuentran en Granada y algunas de ellas llevan de nuevo la etiqueta de «Museo Anatómico Losada. Progreso 5», otras «Enrique Zofío. Escultor. Madrid» (Fig. 4).
En este caso las historias clínicas son idénticas que las de las figuras recuperadas, el mismo papel, la misma redacción, pero la etiqueta refiere que la procedencia es Hospital Militar de Madrid indicando la sala, a cama y la clínica en algunos casos del Dr. Camisón el cual no creemos que perteneciera a San Juan de Dios (fig. 5).
Existe un dato muy importante que ayuda o complica este tema, nos referimos al incendio ocurrido el 8 de febrero de 1889 en el viejo caserón del Seminario de Nobles donde se encontraba el Hospital Militar de Madrid y el Museo Anatomopatológico. Según se indica en los trabajos revisados se destruyó casi en su totalidad el contenido de este museo (unas 1.151 piezas, no se indican qué tipo de piezas eran, ¿anatómicas? ¿cera?). Las piezas que se salvaron permanecieron durante un tiempo en el Instituto de Higiene Militar (en el mismo Hospital Militar de Madrid), de allí pasaron a un chalet en 1898 a Paseo de Rosales 12, hasta que en 1901 llegaron a el nuevo Hospital Militar de Carabanchel donde Zofío escultor-pintor es destinado como conservador y para poner a punto el Museo al que se le denominaría Museo Anatomopatológico15,16.
Durante un tiempo el museo se fue ampliando adquiriendo colecciones de otros museos militares o adquisición de ejemplares anatómicos pero es curioso que también se cite en los informes anuales la realización de figuras de cera por Zofío e incluso se consideran en el Museo las siguientes secciones Dermatología, Sifilografía, Anatomía normal, Varios, Anatomía Patológica.
Pero es a partir de esta fecha cuando la recién creada Academia Medico Militar realiza presiones para crear una Sección Histórica, por lo que las figuras se trasladaron en un principio la parte Histórica del Museo y posteriormente la de Higiene y Material Sanitario. Así, en 1917 existía un museo de Sanidad Militar en Carabanchel con la parte del Museo Anatomopatológico en franco declive pues ya se había jubilado Zofío y no existía conservador. Sin embargo la sección Histórica presentaba un gran auge y apoyo de las autoridades militares, que se apropiarían de la sección de Higiene y de la de Material Sanitario, dando lugar finalmente en 1918 al Museo de Sanidad Militar. No se sabe los si los objetos de la sección Anatomopatológica llegaron a trasladarse a la Academia Medico-Militar (posteriormente denominada Academia de Sanidad Militar) pero lo cierto es que de esta colección nunca mas se supo.
De José Barta y Bernardotta (1875-1955) sabemos por testimonios familiares que procedía de familia artística especialmente actores de teatro y músicos, fue pintor de cierto relieve habiéndose concedido la medalla del Círculo de Bellas Artes, desconocemos cuándo comenzó a trabajar en el museo, ya que las figuras que realizó no tienen historia clínica ni otros datos que no sean el título. Lo que sí sabemos es que no hay ninguna figura realizada con Zofío y si con López Álvarez y también que en el año 1927 ya estaba trabajando en el Museo, esto último por unas imágenes de la película «La terrible lección» realizada en 1927 donde aparece enseñando el Museo a una serie de personajes de la película y donde además aparecen Bejarano y Sánchez Covisa18.
Con todos estos datos obtenidos podemos afirmar con cierta solvencia y plantearnos las siguientes dudas:
- 1.-
La gran mayoría por no decir la totalidad de las figuras pertenecieron a San Juan de Dios.
- 2.-
Que existió una intensa relación entre el Museo de Sanidad Militar y el Museo Olavide siendo Zofío el punto de unión.
- 3.-
Que Zofío estuvo «contratado» durante toda su vida laboral con el Ejercito, ¿pero qué relación laboral tuvo con San Juan de Dios y el Museo?
- 4.-
Zofío fue un «escultor anatómico» que posteriormente alternó con esculturas de cera dermatológicas y que, como muchos escultores de la época, «duplicaban» las figuras y las vendían a otros museos o centros médicos
- 5.-
Algunas figuras llevan el sello de Losada (Cesáreo Fernández Losada) pero la figura está realizada por Zofío ¿qué relación laboral existía entre ambos? Sabemos que Fernández Losada fue médico cirujano, fundador de la Academia de Sanidad Militar y Fundador del Museo Anatómico y del Instituto Bacteriológico, pero también en sus comienzos fue un acreditado escultor anatómico, inventor de una pasta cerámica que lleva su nombre.
- 6.-
Como indican los documentos revisados, ¿se destruyeron «todas» las figuras de cera en el incendio del Hospital Militar de Madrid en 1889?, y si no se destruyeron, ¿a dónde fueron a parar durante los diversos traslados hasta el definitivo de 1901 al Hospital de Carabanchel?
- 7.-
¿Que ocurrió con las figuras del museo de Sanidad del Hospital de Carabanchel hasta su traslado al Hospital Militar de la Academia de Sanidad Militar en 1917?
- 8.-
¿Son algunas de las figuras encontradas en Granada de esta procedencia?
Puede ser que algunas de las del Museo Olavide lo sean también. Justifica esta hipótesis la existencia de dos historiales sueltos con el mismo número que otros encuadernados en los que figuran la procedencia del Hospital Militar Clínica del Dr. Camisón y Clínica del Dr. Pérez de la Fanosa. No hemos encontrado estas dos figuras históricas.
Todas estas afirmaciones e hipótesis están basadas en los datos que en el día de hoy tenemos o hemos podido conseguir, pero debemos aclarar que aun existen mas de 60 cajas procedentes del Museo Olavide sin abrir y que en muchas de ellas hay documentos y que podríamos encontrar alguno procedente del Museo que nos diera otras pistas o datos para que posteriormente tengamos que rectificar alguno de los datos reseñados.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
A Amaya Maruri y David Aranda restauradores del Museo Olavide por la ayuda prestada.