Una mujer de 48 años, sin antecedentes de interés, consultó por unas lesiones cutáneas pruriginosas diseminadas de una semana de evolución. La paciente tenía un buen estado general y no asociaba sintomatología sistémica. En la exploración presentaba unas placas erosivocostrosas numulares, de diferentes tamaños (fig. 1), y ampollas tensas, algunas de contenido claro y otras de contenido purulento, localizadas de forma generalizada en los miembros superiores, la región hipogástrica y de forma extensa en los miembros inferiores, abarcando tanto los muslos como la región pretibial. Las lesiones ampollosas eran más numerosas en la mano derecha (fig. 2). No se apreciaban lesiones en las mucosas.
Se realizó un cultivo bacteriano de una ampolla de contenido purulento, así como una biopsia cutánea de una de las lesiones para su estudio histológico y con inmunofluorescencia directa. Histológicamente (fig. 3a) se observó un patrón de reacción espongiótica aguda, con la presencia de una ampolla subcórnea con neutrófilos en su interior y unas estructuras filamentosas PAS positivas en la capa córnea (fig. 3b). Tanto el cultivo bacteriano como la inmunofluorescencia directa resultaron negativos.
¿Cuál es el diagnóstico?
DiagnósticoTiña variante ampollosa.
Evolución y tratamientoCon estos hallazgos histopatológicos se realizó una anamnesis dirigida que reveló el contacto previo con gatos callejeros. Se realizó toma de escamas para cultivo micológico, en el que se aisló Microsporum canis. Las lesiones se resolvieron tras el tratamiento con terbinafina oral 250mg/día durante 4 semanas e imidazol tópico.
ComentarioLa tiña ampollosa, descrita por Costello en 19521, constituye una variante clínica de las dermatofitosis con menos de 70 casos descritos en la literatura. De forma característica aparecen ampollas dentro de un contexto inflamatorio intenso, normalmente a causa de un dermatofito zoofílico, siendo el Tricophyton mentagrophytes y el Microsporum canis los más aislados2. El pie es la localización descrita con mayor frecuencia. Habitualmente las lesiones ampollosas se restringen a los bordes de las placas, siendo excepcionales los casos extensos como el de nuestra paciente3. El diagnóstico diferencial de lesiones ampollosas diseminadas en un adulto es amplio e incluye las infecciones, la dermatitis de contacto, el prurigo por insectos y las enfermedades ampollosas autoinmunes4. La localización asimétrica de las lesiones ampollosas en la tiña puede ayudar a distinguirla de una enfermedad ampollosa autoinmune, aunque en casos extensos como el nuestro no permite diferenciarlas clínicamente. La presentación secundaria de una tiña no ampollosa en el seno de una enfermedad ampollosa autoinmune tratada con corticoides también puede simular una tiña ampollosa5. Las dermatofítides pueden diferenciarse de la tiña ampollosa porque el examen directo y el cultivo son negativos al tratarse de una reacción de hipersensibilidad a distancia.
La tiña ampollosa responde a la pauta habitual de tratamiento de las dermatofitosis6. No obstante, debido a la mayor tasa de resistencia de Microsporum canis a la terbinafina, se debe valorar una pauta de tratamiento con dosis superiores a las recomendadas y/o de forma prolongada en estos casos.
Este caso ilustra una manifestación inusual de una dermatosis frecuente en nuestro medio que conviene considerar en el diagnóstico diferencial de las lesiones ampollosas, en un contexto epidemiológico adecuado.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.