La larva migratoria cutánea es una parasitosis propia de países tropicales y subtropicales con clima cálido y húmedo. Debido a la mayor facilidad que existe hoy día para viajar a estos países no es excepcional encontrarla en nuestro medio (1-3). Cursa con una clínica característica consistente en lesiones lineales eritematosas, de morfología serpiginosa y tuneliforme, muy pruriginosas, que están originadas por el desplazamiento del parásito en la piel (4-6).
Presentamos dos casos de larva migratoria cutánea tratadas con tiabendazol tópico con excelente resultado.
CASOS CLÍNICOS
Caso 1
Paciente con antecedente reciente de un viaje a Méjico que llegó a nuestra consulta para valorar unas lesiones cutáneas en ambos pies, diagnosticadas y tratadas previamente como eccema dishidrótico sin notar mejoría. Se apreciaban lesiones vesiculoampollosas en planta de varios dedos de ambos pies junto con otras lesiones eritematosas lineales, serpentiformes y que hacían un discreto relieve, localizadas en dorso y caras laterales de ambos pies (Fig. 1). La paciente se quejaba de intenso prurito y refería que «dichos túneles» avanzaban de un día para otro.
FIG. 1.--Caso 1. Lesiones vesiculoampollosas en los dedos y serpiginosas en la planta.
En la analítica general, placa de tórax y cultivo de hongos y bacterias no se apreciaron resultados de interés. La biopsia del extremo de una de las lesiones linea-les reflejó un infiltrado inflamatorio de predominio perivascular, intensa espongiosis y con vesículas espongióticas, rellenas de material fibrinoide. Con tiabendazol tópico al 6,25% dos veces al día las lesiones desaparecieron en el curso de 8 días.
Caso 2
Mujer de 28 años de edad que acudió a consulta por presentar unas lesiones lineales que han ido avanzando a partir de pequeñas pápulas que presentaba en el pie derecho desde hacía 5-6 días. Las primeras lesiones aparecieron a la semana de volver de una estancia en Costa Rica. A la exploración se apreciaban estas lesiones lineales, eritematosas y serpentiformes, así como pequeñas pápulas eritematosas, ambas en dorso de pie derecho (Fig. 2).
FIG. 2.--Caso 2. Lesiones serpiginosas elevadas en doso y cara lateral del pie.
Los estudios practicados, al igual que en la anterior paciente, fueron normales. No se practicó biopsia de la lesión. El tratamiento tópico con tiabendazol al 6,25% dos veces al día resolvió las lesiones a la semana de iniciar el tratamiento.
COMENTARIOS
De una manera amplia el síndrome de larva migratoria cutánea o erupción reptante puede considerarse como el producido por el desplazamiento en la piel de la fase larvaria de cualquier parásito. De esta manera podrían incluirse aquí numerosos agentes etiológicos: las miasis cutáneas debidas a la larva de moscas de los géneros Gasterophilus e Hypoderma, la larva currens originada por Strongyloides stercoralis, el loa loa producido por la migración de Dracunculus medinensis, etc. (7). Sin embargo, es más frecuente referirse a esta entidad de un modo restringido como a la originada por nematodos o vermes redondos (las larvas de los gusanos que parasitan perros y gatos, sobre todo Ancylostoma brasiliensis, son su causa más frecuente) (8).
El diagnóstico es clínico, ya que aunque se realicen cortes seriados no suele encontrarse la larva, que avanza por delante de la lesión cutánea (tan sólo en una de cada 35 biopsias se encuentra al parásito) (9). Hay una serie de signos indirectos de la infestación que son: túneles en epidermis (puede existir material fibrinoide en su interior), espongiosis y vesículas intraepidérmicas con queratinocitos necróticos y un infiltrado inflamatorio crónico con abundantes eosinófilos en epidermis y dermis superior (10).
Se han ensayado diversos tratamientos, tanto locales como sistémicos. Entre los primeros destacan la crioterapia y el tiabendazol. La crioterapia es para algunos autores la mejor opción terapéutica en lesiones únicas, actuando no por destrucción de la larva, sino por la propia alteración de los tejidos cutáneos que impediría la migración del gusano (11). Nosotros abogamos por el tiabendazol tópico como tratamiento de elección en lesiones localizadas debido a su facilidad de aplicación, ausencia de efectos secundarios y excelentes resultados. La primera publicación de este tratamiento data de 1963 (12) y desde entonces se han publicado otros artículos confirmando su eficacia (11, 13-16). En nuestros casos queremos aportar los excelentes resultados obtenidos con el tiabendazol tópico al 6,25% frente al resto de casos publicados que suelen emplear concentraciones del 10-15%. Basándonos en publicaciones que citan el empleo de suspensión oral de tiabendazol al 10-15% (14, 15), nosotros empleamos tópicamente dos veces al día un preparado comercial de tiabendazol en suspensión oral al 6,25% (Triasox suspensión®), logrando la desaparición de todas las lesiones en el transcurso de 1 semana sin ningún efecto secundario.
En cuanto a los tratamientos orales, son de especial interés el albendazol, con muy buena tolerancia y alta efectividad a una dosis de 400-800 mg/día durante 1-7 días (11, 17), y la ivermectina (12 mg en dosis única), también con muy buena tolerancia, y, aunque todavía hay pocos estudios, parece que tiene tasas más altas de curación y con menor número de recaídas, por lo que actualmente se considera el tratamiento de elección para casos múltiples y/o difusos (18).