La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria cutánea crónica cuyo diagnóstico, aunque más prevalente en la edad pediátrica, es cada vez más frecuente en adultos. Como en otras enfermedades inflamatorias crónicas de la piel tales como la psoriasis, cada vez existen más evidencias de que son procesos sistémicos que afectan a la salud general del individuo. Una reciente publicación en el Journal of American Academy of Dermatology estudia las comorbilidades de los pacientes adultos con DA y analiza la utilización de recursos y los costes de esta enfermedad en EE.UU. La conclusión es que los pacientes con AD suponen una carga económica similar a la de los pacientes psoriásicos, con un mayor uso de las urgencias por parte de los primeros1. En este número de Actas Dermosifiliográficas, Sicras-Mainar A et al.2 nos presentan un excelente estudio de base poblacional, similar al anterior, realizado en el área geográfica de Badalona (Cataluña). En él, además de evidenciar una mayor probabilidad de los enfermos con DA de presentar comorbilidades, tanto atópicas (asma), como psicológicas (depresión) o metabólicas (eventos cardiovasculares, obesidad, y hábito tabáquico), estiman un coste de 1.504€ por paciente/año, mayor en los casos graves (3.397 vs. 2.111 y 886€).
Nuestra formación académica como médicos se centra en el conocimiento profundo de las enfermedades, sin reparar, muchas veces, en el coste económico que estas suponen a la sociedad. Sin embargo, estudios como este son necesarios, ya que ayudan a planificar los recursos, a valorar la eficiencia de los nuevos tratamientos y a diseñar estrategias multidisciplinarias para un mejor abordaje de las enfermedades crónicas, en este caso la DA.