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Vol. 89. Núm. 6.
Páginas 309-314 (junio 1998)
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Hiperplasia siringofibroadenomartosa en las neoplasias cutáneas.
Syringofibroadenomatous hyperplasia in cutaneous neoplasms
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Eloy Rodríguez-Díaz, Javier Bravo Piris, Miguel Armijo
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Actas Dermosifiliogr., 1998;89:309-314

ESTUDIOS CLÍNICOS Y DE LABORATORIO


Hiperplasia siringofibroadenomatosa en las neoplasias cutáneas

ELOY RODRÍGUEZ-DÍAZ*

JAVIER BRAVO PIRIS**

MIGUEL ARMIJO**

*Servicio de Dermatología. Hospital de Cabueñes. Gijón (Asturias). **Departamento de Dermatología. Hospital Clínico Universitario de Salamanca. Salamanca

Correspondencia:

E. RODRÍGUEZ DÍAZ. Avda. Constitución, 45; 1-C. 33208 Gijón (Asturias)

Aceptado el 10 de marzo de 1998.


Resumen.--El siringofibroadenoma ecrino es un tumor fibroepitelial benigno con diferenciación hacia los sectores dérmico distal e intraepidérmico del conducto ecrino. Ocasionalmente, es posible observar, en la vecindad de neoplasias cutáneas, proliferaciones fibroepiteliales semejantes al siringofibroadenoma cuyo significado es el de una hiperplasia reactiva.

En una serie de 4.299 tumores, constituida por carcinomas basocelulares, carcinomas espinocelulares, queratoacantomas y melanomas, encontramos fenómenos asociados de hiperplasia siringofibroadenomatosa en un total de 42 neoplasias (0,9%). El queratoacantoma fue el tipo de neoplasia que con una mayor frecuencia asociaba hiperplasia siringofibroadenomatosa (4,81%).

Las hiperplasias, junto con los adenomas, proliferaciones organoides sistematizadas y carcinomas, constituyen el espectro completo de proliferaciones siringofibroadenomatosas. Este tipo particular de hiperplasia ductal reproduce la imagen histopatológica del siringofibroadenoma, si bien en un contexto clínico-patológico diferente. El adecuado reconocimiento de este fenómeno contribuirá a evitar interpretaciones histopatológicas inadecuadas.

Palabras clave: Siringofibroadenoma ecrino. Hiperplasia siringofibroadenomatosa.


INTRODUCCIÓN

Los tumores fibroepiteliales son aquellos en que se combina una doble proliferación, epitelial y conjuntiva. La histogénesis de este tipo de neoplasias plantea la interesante cuestión de la interrelación mesénquimo-epitelial (1): es posible que ocurra tanto una primitiva alteración conjuntiva que induzca secundariamente la proliferación epitelial, como una proliferación epitelial primaria que determine, secundariamente, la activación estromal. Pinkus, en 1953, describió un tumor fibroepitelial constituido por células basaloides indiferenciadas al que comparó con el fibroadenoma intracanalicular de mama (2). En 1963, Mascaró (3) individualizó una variante de tumor fibroepitelial con diferenciación hacia los conductos sudoríparos ecrinos a la que denominó siringofibroadenoma ecrino.

El siringofibroadenoma de Mascaró, en sus estadios iniciales, comienza como focos de proliferación celular peri-acrosiringial semejantes, microscópicamente, a los nidos de hidroacantoma simple. Las células que lo constituyen, pequeñas y monomorfas, son algo más claras que los queratinocitos de la epidermis circundante debido a la acumulación intracelular de glucógeno (4). En estadios más avanzados de la proliferación, se configuran cordones epiteliales de pocas células de espesor que, en un estroma fibrovascular rico en mucina, forman bandas anastomosadas en cuyo interior es posible reconocer luces ductales con cutícula eosinófila.

En la delimitación del lugar nosológico que ocupa la neoformación, Mascaró la contrapuso al hidradeno-fibroma de Civatte y Chevalier (5), que sería la variante secretora o glomerular de fibroadenoma de las glándulas sudoríparas ecrinas, mientras el siringofibroadenoma sería la variante ductal o canalicular de fibroadenoma sudoral. Hoy se considera que el siringofibroadenoma ecrino es una neoplasia con diferenciación hacia los sectores dérmico distal e intraepidérmico del conducto ecrino (4). Abenoza y Ackerman sin embargo, atribuyeron diferenciación de tipo apocrino a una gran parte de las tumoraciones que, hasta el momento, se han publicado como siringofibroadenomas ecrinos (6).

Ante la ocasional observación de proliferaciones fibroepiteliales semejantes al siringofibroadenoma ecrino en la vecindad de neoplasias cutáneas, nos hemos planteado estudiar la auténtica relevancia de este hallazgo, definir el lugar nosológico que ocupa, así como explorar eventuales diferencias de comportamiento de las cuatro neoplasias cutáneas malignas mas frecuentes en cuanto a este fénomeno.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se planteó un estudio de selección, retrospectivo, observacional, por un período de siete años (1987-1993), con material del archivo de Dermatopatología del Departamento de Dermatología del Hospital Universitario de Salamanca. De este período, se examinaron, los cuatro tipos de neoplasias cutáneas malignas más frecuentes: carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular (incluyendo únicamente los originados en piel, y desechando los procedentes de mucosas dermopapilares), queratoacantoma y melanoma. De acuerdo con los criterios precedentes se contó con un material para valoración de 4.299 neoplasias (2.400 basocelulares, 1.605 espinocelulares, 166 queratoacantomas y 128 melanomas). Las piezas incluidas en el estudio fueron estudiadas mediante la tinción convencional con hematoxilina-eosina y, sólo ocasionalmente y de forma discrecional, se utilizó marcaje inmunohistoquímico para el antígeno CEA (anti-CEA, Dako), siempre si se disponía de material suficiente y adecuado.

En cada una de las piezas histológicas examinadas se valoró la eventual presencia de fenómenos de hiperplasia siringofibroadenomatosa en el entorno tumoral. Consideramos hiperplasia siringofibroadenomatosa la existencia de una proliferación de cordones epiteliales anastomosados, de pocas células de espesor, en cuyo seno es posible apreciar luces ductales con cutícula eosinofílica, en un imagen semejante a la del siringofibroadenoma ecrino de Mascaró.

La aleatoriedad de las eventuales diferencias encontradas, en la tabla de frecuencias confeccionada para los diferentes tipos de neoplasia, fue analizada mediante el test de homogeneidad de Chi cuadrado (programa estadístico Stat-View II de Abacus Concept para Macintosh) prefijando, como criterio de decisión en el contraste de hipótesis, un nivel de significación del 0,01.

RESULTADOS

Hemos encontrado fenómenos de hiperplasia siringofibroadenomatosa asociados a un total de 42 neoplasias, cuya distribución por tipos específicos de tumor y sus correspondientes frecuencias, se recoge en la tabla I. Las diferencias encontradas en cuanto a la frecuencia de presentación de hiperplasia siringofibroadenomatosa, entre cada uno de los cuatro tipos de neoplasias valoradas, resultaron estadísticamente significativas (p < 0,01). Estos resultados indican que la presencia de hiperplasia siringofibroadenomatosa es máxima en los queratoacantomas (4,81%) y mínima en los carcinomas basocelulares (0,29%).

TABLA I: FRECUENCIA DE PRESENTACIÓN DE HIPERPLASIA SIRINGOFIBROADENOMATOSA

Tipo de neoplasia

Número de casos examinados Número de casos con HS Frecuencia de HS (%)

Carcinoma basocelular 2.400 7 0,29
Carcinoma espinocelular 1.605 24 1,49
Queratoacantoma 166 8 4,81
Melanoma 128 3 2,34
Totales 4.299 42 0,9

HS: Hiperplasia siringofibroadenomatosa.

Según el grado de la hiperplasia siringofibroadenomatosa, las proliferaciones epiteliales pueden variar desde incipientes gemaciones reticuladas desde la epidermis sana peritumoral (Figs. 1A y 1B), hasta formas intensas con largos cordones epiteliales que llegan a alcanzar localización subtumoral (Fig. 2). La naturaleza del fenómeno es fibro-epitelial y, así, la estroma que rodea a la proliferación epitelial toma la tinción convencional con hematoxilina-eosina de manera diferente a zonas adyacentes de la dermis. Se trata de una estroma de aspecto fibro-mixoide y muy vascularizada (Figs. 3A y 3B). E1 marcaje inmunohistoquímico positivo para el antígeno CEA confirma la diferenciación ductal de los cordones epiteliales hiperplásicos (Fig. 3C).

FIG. 1 (A y B).--Queratoacantoma. Estadio incipiente de hiperplasia siringofibroadenomatosa peritumoral.

FIG. 2.--Carcinoma basocelular. Hiperplasia siringofibroadenomatosa peritumoral.

A

B

C

FIG. 3.--Melanoma. A y B: Hiperplasia siringofibroadenomatosa muy desarrollada: los cordones epiteliales, con luces ductales en su interior, envuelven a los lóbulos de la neoplasia. C: El marcaje inmunohistoquímico para el antígeno CEA se fija a las luces reconocibles en los cor-

dones epiteliales.

En un ejemplo de queratoacantoma (Fig. 4) se pudo observar la coexistencia de dos proliferaciones anexiales diferenciadas: el que se ha llamado «collarete peritumoral» rodeando a la neoplasia y la hiperplasia siringofibroadenomatosa más periféricamente. Collarete peritumoral e hiperplasia siringofibroadenomatosa tienen en común la localización en la periferia de tumores y pueden compartir, también, el origen ductal, por la cual se puede plantear algún problema de discriminación morfológica entre estos dos tipos de hiperplasia. E1 collarete peritumoral hace referencia a unos repliegues de epitelio acantósico, constituidos a expensas de una o pocas estructuras anexiales (ductales y/o foliculares) que, desplazadas centrífugamente por una neoplasia, aparecen en cercana e íntima aposición al contorno más periférico del tumor. Por el contrario, la hiperplasia siringofibroadenomatosa es una proliferación de finos cordones epiteliales anastomosados, que puede llegar a significar un gran número de estructuras tubulares ductales, alcanzar una notable distancia periférica respecto a la neoplasia, y para la cual no se conoce una evidente relación con el crecimiento expansivo del tumor adyacente.

FIG. 4.--Queratoacantoma. Periféricamente a la tumoración co-existe la acantosis anexial del «collarete peritumoral» (adyacente al tumor) y la proliferación reticulada de la hiperplasia siringofibroadenomatosa (más periférica).

DISCUSIÓN

Desde la descripción original del siringofibroadenoma de Mascaró, se han publicado casos que, si bien exhiben características histológicas idénticas, parecen corresponder a contextos muy diferentes desde el punto de vista clínico. Por una parte (así el trabajo original de Mascaró) lesiones tumorales solitarias, en general verrucosas, y con distribución preferente en extremidades (3, 7). Y por otra, lesiones múltiples (nevus acrosiringial, siringofibroadenomatosis), con un patrón sistematizado de distribución, de aparición aislada (4, 8-13) o en el contexto de cuadros sindrómicos que cursan con alteraciones generalizadas de las glándulas ecrinas (displasia ectodérmica hidrótica, síndrome de Schopf-Schulz-Passarge) (14-18). Incluso se ha sugerido, en función de algunas observaciones, una eventual afectación de caracter más sistematizado, con implicación cutáneo-mucosa y patologías internas asociadas (19).

El hecho de que un mismo proceso patológico se pueda presentar como una neoformación aislada, o bien como lesiones sistematizadas múltiples no es infrecuente. Así ocurre con el tricoepitelioma solitario y los tricoepiteliomas múltiples familiares, el carcinoma basocelular y el síndrome del carcinoma basocelular nevoide, o el cilindroma solitario y los tumores en turbante de Ancell-Spiegler.

Hasta el momento, sólo una publicación (20) hace referencia a una tumoración maligna, con diferenciación tanto escamosa como glandular, de arquitectura retiforme, y localizada en íntima aposición a un siringofibroadenoma benigno preexistente. Los autores de este trabajo, si bien con alguna prevención, consideran la posibilidad de que esta neoplasia sea un siringofibrocarcinoma, la variante maligna del siringofibroadenoma de Mascaró.

A este panorama, hemos de añadir escasas referencias sobre proliferaciones epiteliales semejantes al siringofibroadenoma ecrino de presumible naturaleza hiperplásica. Así, se ha comunicado la aparición de una hiperplasia ductal ecrina siringofibroadenomatosa, siguiendo a episodios recurrentes de ampollas subepidérmicas, en un ejemplo de penfigoide ampolloso, quizá en el contexto proliferativo de la reepitelización (21). Por otra parte, algunos autores (22, 23) han propuesto interpretar algunos ejemplos de siringofibroadenomas, más bien como simples hiperplasias pseudocarcinomatosas de los conductos ecrinos ante una estroma alterada como el que está presente en las placas de linfedema crónico en extremidades inferiores.

Desde nuestro punto de vista, este tipo particular de hiperplasia epitelial, al que reconocemos como hiperplasia siringofibroadenomatosa, completa el espectro de reacciones siringofibroadenomatosas reconocidas hasta el momento (24). A saber: a) hiperplasias: hiperplasia siringofibroadenomatosa; b) proliferación organoide sistematizada: siringofibroadenomatosis; c) adenoma solitario: siringofibroadenoma de Mascaró; y d) siringofibrocarcinoma.

Apenas se había referido, previamente, la observación de fenómenos de hiperplasia siringofibroadenomatosa reactiva en torno a neoplasias cutáneas (25, 26). En nuestra serie, la hiperplasia siringofibroadenomatosa resultó un fenómeno poco frecuente, presente en sólo el 0,9% de las 4.299 neoplasias valoradas (un total de 42 neoplasias). Por otra parte, según se deduce de los hallazgos en nuestra serie, existe una incidencia variable de hiperplasia siringofibroadenomatosa según el tipo de neoplasia asociada. Así, la hiperplasia siringofibroadenomatosa parece especialmente frecuente en asociación a los queratoacantomas (4,81%), de igual modo a lo que ocurre, según es ya conocido, con otros tipos de alteraciones reactivas de las glándulas ecrinas (26, 27).

Las formas hiperplásicas de proliferación fibro-adenomatosa se pueden entender como un tipo particular de hiperplasia pseudocarcinomatosa, con predominante diferenciación ductal, en contraste con la diferenciación espinocelular de la hiperplasia pseudocarcinomatosa anexial clásica (28). Este tipo de proliferación reactiva reproduce la imagen histopatológica del siringofibroadenoma ecrino de Mascaró, si bien en un contexto clínico-patológico diferente. El adecuado reconocimiento de este fenómeno, que completa el espectro amplio de proliferaciones siringofibroadenomatosas, contribuirá a evitar inadecuadas interpretaciones histopatológicas a propósito de pretendidas asociaciones tumorales (29).

Abstract.--Eccrine syringofibroadenoma is a benign fibroepithelial tumor with differentiation toward dermal and intraepidermal portions of the eccrine duct. Occasionally, it is possible to find, close to cutaneous neoplasms, fibroepithelial proliferations analogous to those of syringofibroadenoma, with a reactive hyperplastic significance.

In a series of 4,299 neoplasms, constituted by basal-cell carcinomas, squamous cell carcinomas, keratoacanthomas and melanomas, we found associated phenomena of syringofibroadenomatous hyperplasia in 42 neoplasms (0.9%). Keratoacanthoma was the type of neoplasm which, with a greater frequency, had associated syringofibroadenomatous hyperplasia (4.81%).

Hyperplasias, together with adenomas, organoid proliferations and carcinomas, constitute the whole spectrum of syringofibroadenomatous proliferations. This particular type of ductal hyperplasia reproduces the histological picture of syringofibroadenoma, even though in a different clinico-pathological context. The adequate recognition of this phenomenon will contribute to avoid histopathological misinterpretations.

Rodríguez-Díaz E, Bravo Piris J, Armijo M. Syringofibroadenomatous hyperplasia in cutaneous neoplasms. Actas Dermosfiliograf 1998;89:309-314.

Key words: Eccrine syringofibroadenoma. Syringofibroadenomatous hyperplasia.


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