Los estudios de calidad de vida (CV) cada vez son más frecuentes en dermatología. Esto se debe a la gran repercusión que las enfermedades cutáneas tienen en el ámbito social, familiar, laboral y psicológico de nuestros pacientes1.
El cáncer cutáneo no melanoma (CCNM) es el tumor maligno más frecuente en el ser humano. Su incidencia ha aumentado en los últimos años afectando cada vez a una población más joven. Es un tipo de neoplasia que, pese a contar con una baja mortalidad, su tratamiento asocia una elevada morbilidad. El 80% de estos tumores asientan en la región cérvico-facial y se estima que el 40% de los pacientes que han presentado un primer CCNM padecerán al menos un segundo en los 2 años siguientes al diagnóstico2. De este modo nos encontramos ante una enfermedad con carácter crónico y mutilante, con un elevado potencial de secuelas estéticas, funcionales y emocionales, en la cual el concepto de CV adquiere especial relevancia.
En las últimas décadas han sido múltiples los cuestionarios empleados para explorar la CV en pacientes con CCNM. Los cuestionarios habituales en dermatología (Skindex, Dermatology Life Quality Index), orientados a enfermedades benignas y sintomáticas, los cuestionarios oncológicos (Functional Assessment of Cancer Therapy-General Version) y los genéricos (Short Form 36-item Health Survey) han demostrado tener una escasa sensibilidad a la hora de valorar la CV en pacientes con CCNM. Ello ha motivado la elaboración de herramientas de medida de CV específicas teniendo en cuenta las características propias de esta enfermedad. En concreto en la actualidad, el Skin Cancer Quality of Life Impact Tool (SC-QOLIT) y el Skin Cancer Index (SCI), son 2 cuestionarios específicos que han demostrado tener validez y fiabilidad en pacientes con CCNM.
El primero de estos cuestionarios es el SC-QOLIT, elaborado en inglés para pacientes con cáncer de piel no metastásico incluyendo melanoma3. Se compone de un total de 10 ítems y pese a haber sido validado, en la actualidad consta con solo 2 referencias en la literatura y no ha sido adaptado al castellano.
El segundo es el SCI, un cuestionario de 15 ítems, específico para CCNM, que evalúa 3 dominios de la CV (emocional, social y apariencia)4. Este ha sido empleado en múltiples estudios en poblaciones de diferentes nacionalidades con excelentes resultados. La versión española de este cuestionario fue validada recientemente e igualmente ha demostrado tener unas excelentes propiedades psicométricas5. Esta adaptación transcultural ha supuesto una reducción del número de ítems a un total de 12, y ha agrupado los 3 dominios originales de CV en 2, apariencia-social y emocional.
El impacto en la CV que sufren los pacientes con CCNM es uno de los aspectos más importantes de esta enfermedad, y por tanto debe adquirir la relevancia que merece en la práctica clínica. El empleo de cuestionarios de CV permite conocer esta dimensión, y facilita un abordaje integral de estos pacientes. Disponer en la actualidad de una herramienta específica y validada en castellano supone un gran avance, y facilita de forma notable esta tarea.