INTRODUCCION
La bibliometría es, como ya se apuntó en un artículo anterior, la disciplina encargada de cuantificar la actividad científica mediante distintos indicadores que informan sobre aspectos sociales de la ciencia relacionados con la producción, transmisión, consumo y repercusión de la información 1.
De todos los indicadores bibliométricos, los más divulgados son los de repercusión que se obtienen a partir del análisis de las citas o menciones que un trabajo recibe en artículos posteriores. El cómputo de citas permite determinar la repercusión o impacto que han tenido las publicaciones y sus autores. Sin embargo, es importante destacar que impacto y calidad de la investigación no son términos sinónimos. Se ha observado que muchas de las publicaciones que reúnen criterios de calidad atendiendo a la opinión de expertos, apenas reciben citas, es decir, que producen escaso impacto. La razón es que el número de citas recibidas por una publicación depende de su calidad, pero también de otras variables no totalmente identificadas entre las que se incluye el prestigio del autor y/o de su lugar de trabajo, la actualidad del tema, la lengua utilizada y la revista de publicación, que condicionarán la mayor o menor difusión del trabajo 2,3.
El número de citas que recibe un artículo se halla mediante la consulta de algún índice que informe de cuántos artículos lo mencionan (índice de citas) 4. Estos índices son muy laboriosos ya que requieren el análisis de todas las referencias bibliográficas de todos los artículos publicados en las revistas científicas, o al menos las de una disciplina 5. El índice por excelencia utilizado para el cálculo del factor de impacto de autores y revistas es la base de datos Science Citation Index (SCI), difundida por el Institute for Scientific Information (ISI). Dicho índice recoge la totalidad de las referencias bibliográficas que figuran en los artículos de aproximadamente 3.300 revistas multidisciplinarias sobre ciencia y tecnología (la mayoría anglosajonas) consideradas por el ISI como las más representativas de la ciencia actual 5. Es una realidad que la representación española en el conjunto de revistas fuente del SCI es muy pequeña. El estudio de la repercusión de Actas Dermo-Sifiliográficas (AD) a través de las citas emitidas por las revistas del SCI, entre las que no se encuentra AD ni ninguna revista dermatológica española, pretende únicamente aproximar su repercusión y analizar el patrón de citación de la misma.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estrategia de búsqueda y recogida de datos
Aunque AD no se encuentre incluida entre las revistas con capacidad citadora, sus artículos pueden ser citados por las revistas fuente y, por tanto, estas citas están recogidas en la base de datos del SCI. El estudio de la repercusión de la revista AD se basará en el análisis de éstas.
Se recopilaron las citas recibidas entre los años 1985-1990 y entre 1998-2003 por los artículos publicados por AD en los periodos 1984-1989 y 1997-2002. Para ello se recurrió al paquete informático ISI Web of Knowledge y dentro de este a la Web of Science (WOS), que incluye la base de datos del Science Citation Index Expanded (SCI).
Para la selección de documentos se escogió la opción Cited Reference Search y se introdujeron en el campo Cited Work (revista citada) las diferentes denominaciones con las que aparece recogida la revista AD en el SCI (tabla 1).
Análisis bibliométrico
Cálculo del factor de impacto
El objetivo del estudio fue el cálculo del factor de impacto (FI) y del factor de impacto relativo (FIR) de la revista AD al principio y al final del periodo estudiado. Concretamente, se analizó el valor anual del FI en los periodos 1986-1990 y 1999-2003.
El FI corresponde al cociente entre las citas recibidas en un año por los artículos publicados en AD durante los 2 años anteriores entre el total de artículos citables publicados en esta revista en los 2 años previos. Esto es, el FI de AD de 2001 corresponde al cociente entre el número de citas recibidas en 2001 entre los artículos publicados en 1999 o 2000 y el número total de artículos publicados en esos 2 años. El SCI sólo considera documentos citables los artículos originales, las revisiones y las notas clínicas.
El FIR se calcula dividiendo el FI obtenido por AD entre el mayor FI de las publicaciones incluidas en el Journal Citation Reports (JCR) bajo el epígrafe Dermatology & Venereology y multiplicado por 100. No pudimos calcular el factor de impacto relativo de la revista AD en el primer periodo por carecer de los valores de FI para esos años.
Análisis de los documentos citadores
De cada artículo citado se estudió el/los artículos citadores del mismo y se recogieron las siguientes variables: autores citadores, revista fuente, país de publicación e idioma de la revista fuente, institución/es firmante, área temática del artículo citador y residencia del primer firmante del mismo. También se registró el primer autor de los artículos citados. Cuando existía al menos un autor común entre el documento fuente y el citado se consideró que se trataba de una autocita.
Con estos datos se analizó la distribución de las revistas en las que se habían originado las citas, así como el país de publicación y el idioma de la misma. También se analizó el país de origen del primer firmante del documento citador, el/los centros citadores del trabajo y el área temática del documento. Por último, se calculó el porcentaje de citas que correspondían a autocitaciones a los autores del documento.
RESULTADOS
Análisis de la repercusión durante el periodo 1986-1990
Cálculo del factor de impacto
La tabla 2 muestra las citas recibidas entre 1985 y 1990 por los artículos publicados en AD entre 1984 y 1989. En ningún año el número de citas fue superior a 4.
La tabla 3 muestra el FI de AD entre 1986 y 1990. Vemos que el FI en estos años osciló entre el 0,011 obtenido en 1988 y el 0,019 de 1987. No hemos podido calcular el FIR para estos años por carecer de los valores de FI máximo en dermatología.
Revistas citadoras de AD
El patrón de citación de AD durante el periodo estudiado mostró una considerable dispersión de las revistas fuente o citadoras (tabla 4). Las 38 citas que recibió AD entre 1985 y 1990 (por artículos publicados entre 1984-1989) se originaron en 15 revistas diferentes. La revista que más veces citó a AD fue la publicación francesa Annales de dermatologie et de venereologie (5 citas). Le siguieron las revistas Vestnik dermatologii i venerologii, Archives of dermatolgy, Journal of the American Academy of Dermatology y Dermatology con 4 citas cada una. Las 10 revistas restantes aportaron entre 3 y 1 cita cada una. Un total de 12 de las revistas fuente eran publicaciones de la especialidad, dos lo eran de histopatología y una de genética.
Los países de origen de las 15 revistas fueron Estados Unidos (4 revistas), Reino Unido (4 revistas), Dinamarca (3 revistas), Suiza (1 revista), Francia (1 revista), Alemania (1 revista) y Rusia (1 revista). Ninguna de las revistas citadoras de AD estaba editada en España.
Distribución de las citas por país de origen del primer autor
La mayoría de citas realizadas a nuestra revista procedían de artículos publicados por autores españoles (63,2 %) en revistas internacionales (tabla 5). El resto de citas se repartió entre otros 7 países. Llama la atención, por la dificultad del idioma, las citas emitidas por autores procedentes de Rusia y Japón. En ambos casos se trataba de autores nacionales de esos países y en sus documentos no constaba que existiera colaboración con autores españoles.
De las 24 citas españolas cuatro lo fueron en forma de autocita, por lo que el porcentaje de autocitación de este periodo fue del 10,5 %.
Relación de centros citadores de AD
En la tabla 6 se exponen los 28 centros a los que pertenecían los primeros autores firmantes de los documentos que citaron a AD. De las 38 citas, 20 fueron emitidas por 16 centros españoles (52,6 %). La mayoría pertenecía a centros diferentes y sólo ocho firmaron dos documentos, dos de ellos españoles, uno francés y otro japonés.
Las 20 citas españolas se repartieron entre hospitales (12 citas), universidades (7 citas) y una cita del Instituto Nacional de Medicina y Seguridad en el trabajo. La mayoría de estos centros pertenecían a las provincias de Madrid (7 centros de los 16 españoles) y Barcelona (3 centros). Las otras 6 provincias con un centro cada una fueron Salamanca, Palma de Mallorca, Murcia, Sevilla, Asturias y Valencia. Así, las provincias con mayor contribución fueron Madrid con 9 citas (23,7 %) y Barcelona con 4 citas (10,5 %).
Distribución por área temática de los documentos citadores de AD
El tema que se trató en un mayor número de documentos citadores de AD fue el de pediatría y genodermatosis (8 citas), seguido de infecciones (7 citas) y dermatopatología (7 citas) (tabla 7).
Análisis de la repercusión durante el periodo 1999-2003
Cálculo del factor de impacto y factor de impacto relativo
La tabla 2 muestra las citas recibidas por AD entre 1998 y 2003 por los artículos publicados en AD entre 1997 y 2002 que sirvieron para calcular, junto con los artículos publicados en esos años, el FI de la revista en el periodo 1999 a 2003. En estos últimos años del estudio se consiguió duplicar el número de citas de los años 1985-1990, pasando de las 38 citas recogidas en aquel periodo a 76 entre 1998 y 2003.
Como muestra la tabla 3, el FI entre los años 1999 y 2003 fue superior al obtenido para el primer periodo del estudio, y oscilaba entre el 0,013 de 2002 y el 0,040 de 2003. Al relativizar este resultado por el máximo FI en dermatología obtenido por la revista Journal of investigative dermatology, se ve que el año 2003 sigue siendo el de mayor FI para AD.
Revistas citadoras de AD
Entre 1998 y 2003 la revista AD fue citada (por artículos que había publicado entre 1997 y 2002) en 76 ocasiones (tabla 8). La fuente de estas citas fueron 25 revistas y destacaron 2 publicaciones pertenecientes a las Academias de Dermatología Europea y Americana. Nos referimos a la revista publicada en Holanda Journal of the European Academy of Dermatoly and Venérelogy y a la revista americana Journal of the American Academy of Dermatology, que emitieron 13 y 12 citas, respectivamente. Ambas aportaron el 33 % del total.
A diferencia de lo que ocurrió entre 1985 y 1990, en que no había ninguna revista española citadora de AD, en este periodo fueron cuatro las revistas que citaron a AD en sus documentos: Revista clínica española (6 citas), Archivos de bronconeumología (4 citas), Medicina clínica (3 citas) y Enfermedades infecciosas y microbiología clínica (1 cita).
De las 21 revistas extranjeras, 6 estaban publicadas en Estados Unidos, 5 en el Reino Unido, 3 en Francia, 2 en Alemania y 2 en Dinamarca. Las otras tres publicaciones pertenecían a Holanda, Suiza e Irlanda. La contribución de las publicaciones pertenecientes a cada uno de estos países fue la siguiente: Estados Unidos (24; 31,6 %), España (14; 18,4 %), Holanda (13; 17,1 %), Reino Unido (8; 10,5 %), Suiza (6; 7,9 %), Francia (6; 7,9 %), Alemania (2; 2,6 %), Dinamarca (2; 2,6 %) e Irlanda (1; 1,3 %).
País de origen del primer autor
España fue, con diferencia, el país que más citas emitió, con el 81,6 % (tabla 5). La contribución de autores de otras nacionalidades fue muy escasa, y destacan con 5 citas los autores alemanes. Estados Unidos, Francia, Argentina y Suiza aportaron cada uno 2 citas y Sudáfrica aportó una. De las 62 españolas, 24 lo fueron en forma de autocita, por lo que el porcentaje de autocitación de este periodo fue del 31,6 %.
Relación de centros citadores de AD
Los primeros firmantes de los documentos citadores de AD pertenecían a 42 centros diferentes (tabla 9). De éstos, 33 eran centros españoles y 9 extranjeros. En la tabla 9 se presenta la distribución de citas para cada uno de estos centros.
El 81,6 % de las citas pertenecían a centros españoles, por lo que la contribución de centros extranjeros se limitó al 18,4 %. De las 62 citas españolas, 59 eran a centros hospitalarios y sólo tres a universidades, concretamente las universidades de La Laguna, la de Granada y la de Málaga. Las provincias con más hospitales citadores fueron Madrid, con 7 centros, y Barcelona, con cinco. La contribución de las principales provincias citadoras fue la siguiente: Madrid (16 citas, 21 %), Barcelona (10 citas, 13,2 %), Galicia (6 citas, 7,9 %), Málaga (5 citas, 6,6 %) y Alicante (4 citas, 5,3 %). Otras 11 provincias aportaron tres o menos cada una.
Distribución por área temática de los documentos citadores de AD
Los principales temas tratados en los documentos citadores de AD fueron las infecciones (22,4 %), la terapéutica (18,4 %), la pediatría (18,4 %) y la oncología/hematología (14,5 %) (tabla 7). Las enfermedades autoinmunes y la dermatopatología contribuyeron con cinco documentos cada una.
DISCUSION
El valor del FI de revistas nacionales como AD, no incluidas en la base de datos SCI, ha de interpretarse con suma cautela. Su cálculo, laborioso y basado en el recuento de las citas emitidas por las revistas fuente del SCI viene condicionado por una serie de limitaciones o sesgos. El más importante de estos es el que se deriva de la escasa representación de España en este repertorio. En la edición del JCR de 2003 (datos tomados de la consulta de la propia base de datos para este año) se incluían 29 revistas españolas, de las que 17 pertenecían a ciencias de la salud (14 médicas y 3 farmacológicas). Entre las privilegiadas revistas españolas incluidas en esta base de datos no había ninguna publicación dermatológica nacional. El segundo sesgo, aunque en este caso es poca su trascendencia, deriva de los posibles errores de recopilación de las citas cometidos por el SCI, a la que se le calculan el 25 % de citaciones incorrectas 6.
Según nuestros resultados y a pesar del bajo FI de AD, es importante observar cómo éste ha variado entre los primeros años del estudio y los últimos. Se ha pasado de unos valores cercanos a 0,01 entre 1986 y 1990 a un valor de 0,04 en 2003. Este valor no tiene nada que ver con los FI obtenidos por las grandes revistas incluidas en el campo Dermatology & venereal diseases del SCI, como el Journal of investigative dermatology (revista con mayor factor de impacto entre 1999 y 2003), que en 2003 obtuvo un FI de 4,194, Archives of dermatology con un FI de 3,535, el Journal of the American Academy of Dermatology, con FI de 2,971, o el British journal of dermatology, con FI de 2,659. De las 38 revistas incluidas en este campo las que obtuvieron un FI más bajo en 2003 fueron la revista Suiza Current problems of dermatology, con un FI de 0,176 y la estadounidense Journal of cosmetic science, con FI de 0,195.
Si comparamos con el FI de otras revistas españolas incluidas en SCI vemos que para el año 2003 obtuvieron los siguientes FI: Medicina clínica (1,018), Revista española de cardiología (0,959), Archivos de bronconeumología (0,885), Enfermedades infecciosas y microbiología clínica (0,869), Revista española de enfermedades digestivas (0,348), Revista clínica española (0,257) y Revista de neurología (0,201).
Otros estudios sobre revistas no incluidas en SCI han calculado, al igual que nosotros, el FI a través del recuento manual de las citas emitidas por las revistas fuente de este repertorio. Una de estas revistas analizadas fue Anales españoles de pediatría, para la que se calculó el FI entre 1997 y 2001 y se obtuvo un valor que osciló entre el 0,052 obtenido en 1997 y el 0,101 de 1999 7. Otra revista analizada de igual forma fue Archivos de bronconeumología, que hasta 2002 no estaba incluida en SCI. Esta revista obtuvo en el periodo 1997 y 2000 un FI que osciló entre 0,089 en 1998 y 0,119 en 2000 8. Observemos la diferencia con el valor de 2003 (FI de 0,885) cuando ya estaba incluida en la base de datos del ISI. Al ser incluida en el SCI y posteriormente en el JCR, Archivos de bronconeumología actuó como revista fuente y sus autocitas se utilizaron para calcular el FI, lo que se tradujo en un aumento significativo del mismo.
El hecho de que la base de datos del SCI excluya la mayor parte de revistas de Europa continental, entre ellas las españolas, implica que no puedan extraerse conclusiones válidas sobre la ciencia que se cultiva en esta zona 9. Por tanto, el bajo factor de impacto obtenido por AD, no comparable con los de las revistas dermatológicas incluidas en el SCI, solamente refleja su escasa repercusión en el área científica angloamericana. El propio Garfield (fundador en 1964 del SCI) consciente de la situación que como España sufrían muchos países con una limitada representación en el SCI propuso como única solución la creación de índices de citas que partiesen de publicaciones de disciplinas y áreas determinadas, de forma que las conclusiones de los indicadores creados se ciñeran a ese marco perfectamente definido 10.
Esta fue la razón que llevó en 1990 al actual Instituto de Historia de la Ciencia y Documentación López Piñero (IHCD) a la creación del Índice de citas e indicadores bibliométricos de las revistas españolas de medicina interna y sus especialidades, cuyo propósito fue el de ofrecer un material de estudio sobre un área de la ciencia, como es la medicina interna, y en un marco geográfico concreto, en este caso España 11.
Se editaron dos volúmenes del Índice de citas e indicadores bibliométricos de las revistas españolas de medicina interna y sus especialidades, que recogían las citas que aparecieron en los trabajos publicados durante los años 1990 y 1991 en 24 revistas médicas (entre las que se incluyó AD). El objetivo básico fue el análisis del consumo de la información científica por parte de este sector de la medicina así como el cálculo del FI nacional de las revistas analizadas. Según el índice de citas de 1990, la revista AD, que ocupaba la séptima posición en número de documentos publicados, también estuvo entre las revistas que obtuvieron más de 15 citas en ese año. Esto le dio un FI (que podemos asumir como factor de impacto nacional en el área de medicina interna y sus especialidades) de 0,08, algo inferior al obtenido por Piel, con un FI de 0,32, o el de otras revistas incluidas en el estudio como Medicina clínica (2,07), Gastroenterología y hepatología (1,34), o Revista clínica española (1,32). Desafortunadamente, la elaboración de los índices de citas nacionales se limitó a los años 1990 y 1991.
Tras unos años en los que la única forma de calcular el FI de revistas no incluidas en el SCI era el recuento manual de las citas emitidas por las revistas fuente y recogidas en la propia base de datos del SCI ad hoc (como hemos realizado en nuestro trabajo), el IHCD elabora el proyecto de estudio del Factor de impacto potencial de las revistas médicas españolas 12, cuyo objetivo principal es determinar el hipotético FI nacional e internacional de las revistas biomédicas publicadas en España. En este trabajo se ha calculado el FI nacional de estas revistas en los años 2001 y 2002, para lo cual se han recogido las citas recibidas en esos años (por cada una de las revistas analizadas) por artículos publicados en los 2 años previos al analizado procedentes de las revistas fuente o revistas citadoras (87 en 2001 y 98 en 2002), seleccionadas basándose en su inclusión en la base de datos Índice Médico Español (IME) y en alguna otra base de datos internacional: Medline, Embase o Science Citation Index. Junto con el FI nacional se ha calculado también el FI internacional sumando a las citas emitidas por las revistas fuente españolas las emitidas por las revistas fuente del SCI.
Según este último estudio, AD obtuvo un FI nacional para 2002 de 0,089 y un FI internacional de 0,103. Otras revistas incluidas en la categoría de Dermatología y Enfermedades Venéreas obtuvieron los siguientes FI nacionales e internacionales: Enfermedades infecciosas y microbiología clínica (0,372; 0,707), Revista iberoamericana de micología (0,094; 0,6) y Fontilles revista de leprología (0,031; 0,031). En el mismo estudio algunas de las revistas incluidas en la categoría de Medicina General e Interna obtuvieron los siguientes FI nacionales e internacionales: Medicina clínica (0,962; 1,259), Atención primaria (0,603; 0,652), Revista clínica española (0,348; 0,48) y Anales de medicina interna (0,188; 0,261).
El cálculo del FI nacional llevado a cabo por el trabajo del IHCD constituye un importante avance a la hora de analizar la repercusión de las revistas españolas en el panorama nacional y la ayuda a este tipo de estudios debería mantenerse en años posteriores. En el caso del FI internacional, aunque constituye una información válida de la repercusión internacional de las revistas españolas, sigue sujeto al mismo sesgo para el cálculo del FI por parte del SCI y que es básicamente la inclusión o no de la revista en esta base de datos.
En el estudio de repercusión de una revista, en este caso de AD, es importante el cálculo del FI, pero también lo es el análisis de quién cita la revista y dónde lo hace. El patrón de citación en ambos periodos, el inicial representado por los años 1985-1990 y el final representado por los años 1998-2003, fue muy parecido. La diferencia básica estribó en el aumento de citas, que se duplicó en el segundo periodo (se pasó de 38 en 1985-1990 a 76 en 1998-2003). En las dos etapas se observó una amplia distribución de revistas citadoras.
Al no existir revistas dermatológicas nacionales con capacidad citadora en la base de datos del SCI, la mayor parte de citas se emitieron desde revistas extranjeras de la especialidad, aunque los autores de los documentos de éstas eran en su inmensa mayoría españoles. En la primera etapa no destacó ninguna revista, estando muy repartido el número de citas entre 15 revistas citadoras, de las que cuatro eran inglesas y otras cuatro americanas. En la segunda etapa sí destacaron 2 revistas, la holandesa Journal of the European Academy of Dermatology and Venerelogy y la estadounidense Journal of the American Academy of Dermatology, revistas, por otra parte, representativas de las academias de dermatología europea y americana, respectivamente. Entre ambas aportaron el 33 % de todas las citas a AD. El resto de citas se repartieron entre 23 revistas de distintas nacionalidades; destacaban, nuevamente, EE.UU. y el Reino Unido con 5 publicaciones cada una.
Otra observación importante fue la presencia de publicaciones españolas como fuente de las citas de AD en los últimos años del estudio. España fue en esta segunda etapa el tercer país en el que se habían publicado más revistas citadoras. La Revista clínica española, Archivos de bronconeumología, Medicina clínica y Enfermedades infecciosas y microbiología clínica aportaron el 18,4 % de citas recibidas por AD en estos años.
La mayoría de autores que citaron AD fueron nacionales que habían publicado sus documentos en revistas extranjeras. Así la contribución de España en el primer periodo fue del 63,2 % del total de citas y del 81,6 % en el segundo. El porcentaje de autocitación entre los autores del documento fuente y el documento citado varió mucho entre un periodo y otro, pasando del 10,5 % en el primero al 31,6 % en el segundo.
A diferencia de lo que ocurre con las revistas de origen anglosajón (principales revistas fuente para las citas de AD y en general para la base de datos del SCI), la citación por parte de autores anglosajones fue prácticamente inexistente, se limitaba a dos citas del Reino Unido en el primer periodo y a dos de Estados Unidos en el segundo.
En el primer periodo el 52,6 % de citaciones partieron de centros españoles (la discrepancia con el 63,2 % de contribución española se debió a la presencia de autores españoles que firmaron desde centros extranjeros) mientras que en el segundo aumentó su porcentaje de participación al 81,6 %. En ambas etapas la distribución por centros citadores fue muy amplia; la mayoría estaban ubicados en las provincias de Madrid y Barcelona y, por tanto, fueron estas provincias las principales productoras de citas.
La repercusión de AD entre otros profesionales de la medicina se podría resumir en dos puntos; el escaso valor obtenido al calcular su FI se traduce una baja influencia internacional condicionada por el idioma, y la ausencia de nuestra revista no sólo en la base de datos SCI (fuente de las citas que van a servir para el cálculo del FI), sino también en Medline. A pesar de estas dificultades es llamativo el aumento de las citas que la revista ha recibido en los últimos años, a expensas de su citación por parte de autores españoles que publican cada vez más en revistas extranjeras de la especialidad y en revistas españolas que han conseguido su inclusión en el repertorio de revistas del SCI. En segundo lugar, las ya discutidas limitaciones que supone el cálculo del FI para revistas que no pertenecen al mundo científico anglosajón hacen necesaria la utilización de repertorios de citas nacionales como el que nos ofrece el Instituto de Historia de la Ciencia y Documentación López Piñero, cuyos valores de factor de impacto nacional tienen mayor validez en nuestro medio al estar calculados a partir de citas de revistas incluidas todas ellas en nuestra base de datos por excelencia, el IME.