En los últimos años hemos sido testigos de la progresiva aparición de varios tratamientos para el cáncer cutáneo metastásico. Estos tratamientos han tenido un impacto destacado en la supervivencia de nuestros pacientes. A la vez, este hecho se ha acompañado por un progresivo interés de la oncología médica por el cáncer de piel. Un interés que podría ir en aumento con el uso de estos tratamientos para regímenes de adyuvancia, es decir para tratar pacientes de alto riesgo, pero libres de enfermedad.
Si queremos que el dermatólogo continúe liderando el tratamiento del cáncer cutáneo será esencial dotarle de herramientas para que pueda llevarlo a cabo. En esta línea debe aplaudirse la iniciativa de la AEDV de realizar guías de práctica clínica (GPC) para el manejo de los principales cánceres de piel. En estas guías se revisa la evidencia disponible para resolver los principales dilemas en el manejo de algunas situaciones y se emiten recomendaciones adaptadas a nuestro medio. En este número se publica una de estas guías, la que hace referencia al carcinoma de células de Merkel1.
En el carcinoma de células de Merkel es especialmente útil disponer de una GPC al tratarse de un tumor cuya incidencia está incrementándose de forma notoria debido a un incremento de la población de riesgo (envejecimiento de la población, exposición a radiación ultravioleta, inmunosupresión)2 y donde, debido a su agresividad (solo un 45% de supervivencia a los 5 años en los estadios T1)3, la toma de decisiones correctas en las fases iniciales de la enfermedad puede ser esencial para conseguir el éxito terapéutico.