El eccema alérgico de contacto (EAC) a los medicamentos que contienen corticoides tópicos puede ser debido al propio corticoide o a los excipientes que lo acompañan. Presentamos el caso de un paciente con EAC al clorocresol, un conservante utilizado en diversos corticoides tópicos. Se trata de un varón de 40 años que acudió a nuestra consulta hace 8 años, diagnosticado en otro centro de una dermatitis atópica desde la infancia. En los últimos años presentaba predominio de lesiones en las manos y los pies, por lo que se realizaron pruebas epicutáneas con la batería estándar del Grupo de Español de Investigación en Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea (GEIDAC), con positividad para el cromo. Se consideró relevante pues el paciente usaba calzado de piel/cuero y era camarero manejando bandejas metálicas, y se añadió el diagnóstico de EAC al cromo. El paciente cambió de puesto de trabajo, evitando el contacto con metales, aunque no utilizaba calzado libre de cromo de forma regular. En los siguientes años el cuadro evolucionó fluctuando de intensidad, manejándose con corticoides tópicos, aunque requirió tratamiento sistémico debido a brotes intensos y mantenidos. Dichos tratamientos consistieron en pautas descendentes de prednisona oral, dos ciclos de ciclosporina A (5mg/kg peso) de 6 y 9 meses, y un ciclo de metotrexato oral (20mg semanal) durante 8 meses. Con dichos tratamientos se obtenían respuestas casi totales, continuadas de episodios de remisión de varios meses que controlaba con corticoides tópicos. Sin embargo, en el último año el paciente comenzó a presentar brotes de lesiones eccematosas intensamente pruriginosas, exudativas, de forma diseminada, afectando el tronco, la cara, los miembros superiores e inferiores y las palmas (fig. 1). El tratamiento con prednisona oral (1mg/kg) obtenía respuestas poco duraderas, por lo que se instauró de nuevo ciclosporina oral a dosis de 5mg/kg sin apenas respuesta. Dado el cambio de morfología y la ausencia de respuesta satisfactoria se repitieron las pruebas epicutáneas, con la batería estándar del GEIDAC, batería de cosméticos (Chemotechnique®) y diversos productos propios utilizados por el paciente, incluyendo productos de higiene, hidratación y diversos corticoides tópicos (Clovate® crema, Fucibet® crema, Adventan® crema y Decloban pomada®). Las lecturas a las 48 y 96 horas fueron positivas (++) para clorocresol en vaselina 1%, Clovate® crema y Fucibet® crema. Se comprobó que el clorocresol formaba parte de dichos corticoides y una posterior prueba del parche con batería de corticoides (Martí Tor®) no mostró ninguna sensibilización adicional. Tras evitar dicho alérgeno, el paciente mejoró y en la actualidad se controla con propionato de clobetasol en pomada (Decloban®) sin efectos adversos.
El clorocresol (p-cloro-m-cresol) es un biocida utilizado como desinfectante y como conservante de diversos productos. Actualmente se encuentra a la concentración del 1% en vaselina en diversas baterías comerciales: cosméticos, peluquería, conservantes, úlceras cutáneas y fluidos de corte; circunstancia que refleja la amplia distribución de esta molécula. Incluso se encuentra dentro de la serie estándar de algunos grupos como el británico, quienes a pesar de obtener positividades relativamente bajas, en torno al 0,6%, recomiendan mantenerlo, ante la dificultad del diagnóstico de EAC por medicamentos tópicos1. Se han descrito casos de EAC por clorocresol en cosméticos, medicamentos tópicos, gel de electrodos y fluidos de corte, entre otros; sin embargo, la mayoría de los casos se han descrito en relación con el uso de corticoides tópicos. En España se emplea como conservante de numerosos corticoides tópicos (tabla 1), y a pesar su amplio uso no son muchos los casos publicados2–5. Además, se han descrito reacciones cutáneas, en ocasiones graves, por clorocresol presente en otros medicamentos, como insulinas y heparinas6,7. Tampoco hay que olvidar que, aunque raramente, también puede provocar urticaria de contacto8. Se ha descrito reactividad cruzada con el cloroxilenol (p-cloro-m-xilenol), otro conservante con una estructura química muy similar (fig. 2). En nuestro caso no hubo sensibilización al cloroxilenol, al igual que ha ocurrido en otros casos donde la sensibilización primaria ha sido a través de corticoides tópicos. Lewis y Emmett, en función de un caso suyo y de una revisión de la literatura, especularon que tal reactividad cruzada se producía solo cuando el sensibilizante inicial era el cloroxilenol y no viceversa4. Yamano et als. demostraron en animales reactividad cruzada bidireccional, pero era necesaria mucha menor concentración cuando la sensibilización inicial era a través del cloroxilenol9.
El caso presentado permite recordar la importancia de llevar a cabo pruebas epicutáneas en cuadros eccematosos con exacerbaciones injustificadas o que no respondan de manera adecuada al tratamiento. Dentro de las pruebas deberían incluirse los productos utilizados por el paciente, y no olvidar nunca los medicamentos tópicos utilizados, no solo evaluando los principios activos, sino también los conservantes y excipientes, como fue el clorocresol en el presente caso.