El Agave americana, comúnmente conocido como Pita, es una planta subtropical perenne de la familia de las Agavaceae a la que se ha dado distintos usos medicinales, alimenticios y textiles. Desde su importación durante el descubrimiento de América el Agave americana se ha distribuido por la cuenca mediterránea de Europa. En España existe una gran población de ella en el litoral de Andalucía, Murcia y Valencia, donde se ha adaptado extraordinariamente. La savia de esta planta tiene activos irritantes como los cristales de oxalato cálcico, el ácido oxálico o las saponinas.
Presentamos el caso de un varón de 37 años sin antecedentes de interés, que acudió a la consulta de Dermatología de Urgencias por la aparición de lesiones muy pruriginosas en los miembros inferiores y superiores, de 48 horas de evolución. Refería haber trabajado en el jardín y haber talado una pita (Agave americana) (fig. 1) con una motosierra, salpicándole la savia de forma abundante y apareciendo posteriormente lesiones en las áreas no cubiertas por la ropa.
A la exploración presentaba en las localizaciones referidas numerosas lesiones papulosas y vesiculosas brillantes y confluyentes. En algunas zonas, coexistían lesiones purpúricas que no desaparecían a la vitropresión. Las áreas afectas estaban bien limitadas, con bordes netos y artefactos, que coincidían con las zonas que estaban protegidas por el tejido (fig. 2). Además el paciente refería haber padecido sensación febril y malestar en las 8 horas siguientes al suceso.
El hemograma, la bioquímica y el estudio de coagulación fueron normales. Se realizó biopsia cutánea, que mostró paraqueratosis, atrofia epidérmica con queratinocitos necróticos, intenso edema dérmico papilar con extravasación eritrocitaria e infiltrado linfocitario perivascular y perianexial (fig. 3).
Se inició tratamiento con betametasona y ácido fusídico tópicos y antihistamínicos orales con resolución completa del cuadro en 7 días.
Exiten pocos casos descritos de dermatitis de contacto producidos por los componentes de la savia de Agave americana1–3. La clínica habitual consiste en la aparición muy rápida de prurito y quemazón intensos ligados al desarrollo de importante eritema y edema en la zona afectada. A continuación se presentarán lesiones papulosas y vesiculosas con componente lineal o en “trayecto de salpicadura”. En tan sólo cuatro casos de los publicados aparecieron asociadas lesiones purpúricas, como ocurría en el nuestro4–7. La patogenia de esta dermatosis está unida a la salpicadura a alta velocidad de la savia al cortar la planta con una sierra eléctrica o motosierra. Los cristales de oxalato y las saponinas son modificados por la acción mecánica de la sierra y se absorben a nivel cutáneo. A diferencia de otras fitodermatosis no existen fenómenos de fototoxia o fotoalergia influidos por la luz. Se ha propuesto la presencia de un mecanismo de toxicidad vascular dosis-dependiente en relación con estas sustancias. De forma análoga, a nivel renal y en pacientes con nefrolitiasis parece demostrado que los cristales de oxalato presentes en las vías urinarias van a causar una toxicidad uroepitelial similar a la que producirían a nivel cutáneo8. En aquellos casos en los que la dosis de cristales de oxalato absorbida por la piel sea muy alta se desarrollarán lesiones purpúricas4. En ocasiones se han descrito síntomas generales, como fiebre (que también aparecía en nuestro paciente), mialgias, cefalea y diarrea9,10, que también podrían estar relacionados con la dosis.
En conclusión, presentamos un raro caso de dermatitis irritativa de contacto por Agave americana de interés por su mecanismo patogénico no fotoinducido. Tiene además la peculiaridad de asociar un raro componente purpúrico, lo cual traduce la presencia de toxicidad vascular dosis dependiente por cristales de oxalato y saponinas.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.