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y para mayor comodidad existe Internet&#46;</p><p id="p0010" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En los a&#241;os ochenta&#44; cuando comenzamos a madurar el programa de datos bibliogr&#225;fico&#44; la inform&#225;tica no hab&#237;a hecho a&#250;n estragos en las personas j&#243;venes&#44; aunque muchos comenzaban a introducirse en este mundo con m&#225;quinas de juegos como el Spectrum y el Atari&#46; Entre los profesionales de la medicina&#44; de forma personal&#44; comenzaba el inter&#233;s por la inform&#225;tica y por su posible aplicaci&#243;n en actividades profesionales y en las consultas privadas&#46; En los hospitales s&#243;lo exist&#237;an ordenadores en los departamentos anatomocl&#237;nicos&#44; laboratorios o centros de investigaci&#243;n&#44; y en muchas ocasiones eran manejados por personal t&#233;cnico no m&#233;dico&#46; Parec&#237;a de ciencia-ficci&#243;n el ver a un cl&#237;nico manejando un ordenador con fines cient&#237;ficos&#44; y m&#225;s cuando este era un denominado &#171;port&#225;til&#187; &#40;&#161;6-10<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>kg de peso&#33;&#41;&#46; Algunos ten&#237;amos un rudimentario ordenador de sobremesa en casa que en muchas ocasiones era una m&#225;quina de escribir inteligente&#44; ya que los programas eran inexistentes y en muchas ocasiones era utilizado por nuestros hijos para juegos denominados &#171;de marcianitos&#187;&#44; y que por su simpleza hoy d&#237;a su uso estar&#237;a vetado a mayores de 5 a&#241;os&#46;</p><p id="p0015" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Las prestaciones de estos armatostes entre los a&#241;os 1981-1984 eran rid&#237;culas&#59; los almacenamientos eran de tipo casete&#44; con capacidad de 64<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>k sin disco duro &#40;Amstrad CPC464&#41;&#44; o con disquete y capacidad de 128<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>k &#40;ZX-Spectrum y Commodore 64&#41;&#46; En muchos casos los disquetes eran de 3&#44;5 o de 5&#44;25&#44; o ambos&#59; el almacenamiento era con frecuencia de tipo magn&#233;tico&#44; con toda la problem&#225;tica de seguridad y conservaci&#243;n que esto conllevaba&#46; Es ya a partir de 1984 cuando aparecen los primeros ordenadores con disco duro&#44; en principio de 10<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>MB&#44; y a finales de los ochenta con m&#225;s de 230<span class="elsevierStyleHsp" style=""></span>MB&#59; son principalmente la gama de IBM PC 8088&#44; 8088XT y los IBM-PS 230&#44; 250&#44; 280 con almacenamiento con tecnolog&#237;a &#243;ptica&#44; lo cual supon&#237;a que hab&#237;a que cargarlos con 10 o m&#225;s disqueteras&#44; con todos los problemas que ello acarreaba&#44; junto con precios en muchas ocasiones prohibitivos&#46;</p><p id="p0020" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Los microprocesadores &#40;aut&#233;nticos cerebros de los ordenadores&#41; comienzan a utilizarse entre 1979-1981&#44; fabricados por Intel &#40;Intel 8086&#44; 8088&#41;&#44; dando lugar a una evoluci&#243;n vertiginosa de la tecnolog&#237;a inform&#225;tica y m&#225;s cuando en el a&#241;o 1993 hace aparici&#243;n el Intel Pentium&#44; quinta generaci&#243;n de microprocesadores que va evolucionando con los Pentium II y III&#44; IV y V&#44; este &#250;ltimo con doble o cu&#225;druple unidad de proceso <span class="elsevierStyleItalic">&#40;Dual Core&#41;&#46;</span></p><p id="p0025" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Junto con estos avances del <span class="elsevierStyleItalic">hardware&#44;</span> en los a&#241;os noventa comienza la aparici&#243;n de diversos <span class="elsevierStyleItalic">softwares</span> que van a ir popularizando y facilitando la utilizaci&#243;n de los ordenadores&#46; Windows abre la puerta a numerosos programas de base de datos&#44; c&#225;lculo&#44; escritura&#44; presentaci&#243;n&#44; etc&#46; Nosotros&#44; despu&#233;s de diversas pruebas&#44; escogemos el programa Lotus SmartSuit y de &#233;l la base de datos Approach&#46; La elecci&#243;n la realizamos tomando como base su sencillez en el manejo&#44; por ser muy intuitiva y sobre todo porque es una base que admite constantes modificaciones&#46;</p><p id="p0030" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Con este &#171;material&#187; nos propusimos realizar una base de datos f&#225;cil de manejar&#44; pero que contuviera la mayor&#237;a de datos &#250;tiles para la realizaci&#243;n de b&#250;squedas diversas&#46; En un principio la utilizamos para &#171;organizar&#187; las numerosas pel&#237;culas y discos que ten&#237;amos en nuestro domicilio&#44; creamos campos como T&#237;tulo&#44; Actores&#44; Director&#44; Pa&#237;s&#44; Duraci&#243;n&#44; Tema&#44; A&#241;o&#44; Palabras Clave&#44; etc&#46; Con &#233;l pod&#237;amos realizar la b&#250;squeda por cada uno de los campos o por varios campos a la vez&#46; Observamos el manejo del programa&#44; as&#237; como la facilidad para poder a&#241;adir o quitar campos y especialmente las m&#250;ltiples ventajas para realizar una b&#250;squeda r&#225;pida y c&#243;moda&#46; La creaci&#243;n de este &#171;programa&#187; coincidi&#243; con mi etapa de bibliotecario de la Academia Espa&#241;ola de Dermatolog&#237;a y Venereolog&#237;a &#40;AEDV&#41;&#44; por lo que apliqu&#233; este mismo programa &#40;con ligeras modificaciones&#41; para los libros existentes en la biblioteca de la AEDV&#44; indexando 536 libros hasta el a&#241;o 1994&#46; Esta base de datos se dej&#243; en la Academia para que fuera continuada por los posteriores bibliotecarios&#44; pero creemos que cay&#243; en el olvido&#46;</p><p id="p0035" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Por esa &#233;poca&#44; el buscar bibliograf&#237;a y referencias era dificultoso y se depend&#237;a de laboratorios &#40;Industria Farmac&#233;utica&#41; o de algunas bibliotecas de centros sanitarios pocoasequibles&#44; por ello hicimos un proyecto de aplicaci&#243;n de este programa a la Dermatolog&#237;a&#44; y comenzamos con una revista no muy antigua y que estuviera muy ligada a nuestro trabajo habitual &#40;Dermatolog&#237;a Laboral y Dermatitis de Contacto&#41;&#46; Elegimos la <span class="elsevierStyleItalic">Contact Dermatitis&#44;</span> pues la ten&#237;amos desde el primer n&#250;mero&#46; Esta revista se comenz&#243; a publicar de manera oficial en 1975&#44; y as&#237; metimos la primera ficha&#58; &#171;<span class="elsevierStyleItalic">Contact dermatitis at a spinal injuries centre&#187;&#44;</span> de Margaret M&#46; Walshe&#59; posteriormente&#44; al encontrar los n&#250;meros anteriores de esta revista&#44; que se denominaba <span class="elsevierStyleItalic">Contact Dermatitis Newsletter&#44;</span> incluimos todos los art&#237;culos desde su comienzo en enero de 1967&#44; con el primer art&#237;culo de N&#46; Hjorth <span class="elsevierStyleItalic">&#171;Perfume Dermatitis&#187;&#46;</span></p><p id="p0045" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Con esta experiencia&#44; y con la satisfacci&#243;n de los buenos resultados&#44; comenzamos a indexar <span class="elsevierStyleItalic">Actas</span> desde el a&#241;o 1968&#44; que eran los n&#250;meros de los que dispon&#237;amos en nuestra biblioteca del Servicio de Dermatolog&#237;a&#59; una vez comprobadas su eficacia y comodidad para la b&#250;squeda&#44; fuimos m&#225;s ambiciosos y nos propusimos realizar la indexaci&#243;n de <span class="elsevierStyleItalic">Actas</span> desde el primer n&#250;mero&#46; En esa &#233;poca era yo el bibliotecario de la Junta Directiva&#44; cuyo presidente era el Profesor Armijo&#44; y ello me facilit&#243;&#44; junto con la valiosa colaboraci&#243;n de la Srta&#46; Milagros de la AEDV&#44; la revisi&#243;n de todos los n&#250;meros de <span class="elsevierStyleItalic">Actas</span> hasta completar el trabajo&#46;</p><p id="p0050" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Fue emocionante introducir el primer trabajo&#44; &#171;Curas con alquitr&#225;n de hulla en varias dermatosis&#187;&#44; de Juan de Az&#250;a&#44; y ver&#44; al ir introduciendo las diversas fichas&#44; c&#243;mo evolucionaba la Dermatolog&#237;a y c&#243;mo estos precursores de la Dermatolog&#237;a de principio del siglo xx realizaban diagn&#243;sticos certeros y tratamientos sofisticados con los escasos medios existentes&#44; que en muchas ocasiones llevaban a la curaci&#243;n de la enfermedad&#46; En parte este inter&#233;s nos retrasaba el trabajo&#44; pues muchos art&#237;culos eran tan interesantes que nos obligaba a leerlos detenidamente y a observar c&#243;mo en muchas ocasiones temas o apartados de la Dermatolog&#237;a que cre&#237;amos que se hab&#237;an descubierto en los &#250;ltimos a&#241;os o por autores extranjeros&#44; estaban magn&#237;ficamente descritos por nuestros antepasados y no se hac&#237;a ninguna referencia en nuestras publicaciones&#46;</p><p id="p0055" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Para esta labor ingente contamos con la ayuda de m&#233;dicos dermat&#243;logos residentes que rotaban por el Servicio&#44; destacando principalmente la Dra&#46; Elfida S&#225;nchez&#44; que se encari&#241;&#243; con la tarea de revisar <span class="elsevierStyleItalic">Actas&#46;</span> Las dificultades fueron diversas&#44; especialmente en los art&#237;culos de los primeros a&#241;os&#44; en los cuales los autores s&#243;lo firmaban con su primer apellido&#44; o con el segundo&#44; sin poner su nombre en casos muy conocidos como los de Gay Prieto &#40;Gay&#41;&#44; G&#243;mez Orbaneja &#40;Orbaneja&#41;&#44; S&#225;nchez Covisa &#40;Covisa&#41;&#44; etc&#46; Esto nos llev&#243; a corregirlo para dar uniformidad al archivo&#59; las palabras clave no exist&#237;an&#44; lo que nos oblig&#243; a ponerlas y dar cierta agilidad a las b&#250;squedas&#46; Para ello procuramos poner alguna palabra que existiera en el t&#237;tulo y luego agrupar en grandes apartados las enfermedades seg&#250;n su etiolog&#237;a&#46; As&#237; creamos los apartados generales de Ven&#233;reas&#44; Parasitarias&#44; Tumores&#44; C&#225;ncer&#44; etc&#46;&#44; intentando poner un m&#237;nimo de 3 o 4 palabras clave&#46; Fue una labor dura&#44; en ocasiones tediosa&#44; pero que yo aconsejar&#237;a a todo dermat&#243;logo joven&#44; pues adem&#225;s de conocer la historia de la Dermatolog&#237;a espa&#241;ola a trav&#233;s de los m&#250;ltiples trabajos realizados&#44; se obtiene una valoraci&#243;n cient&#237;fica de nuestros antepasados&#44; que con mucha frecuencia se olvida citar en las numerosa publicaciones de car&#225;cter internacional que se realizan en nuestro pa&#237;s&#46;</p><p id="p0060" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Con todo ello&#44; despu&#233;s de dos a&#241;os de trabajo intenso cont&#225;bamos con una base de datos importante que fue pronto conocida por numerosos dermat&#243;logos&#44; los cuales nos ped&#237;an b&#250;squeda tanto por trabajos &#40;para publicaciones&#41; como por autores &#40;para curr&#237;culo&#41;&#46; Debemos destacar en esa &#233;poca al Dr&#46; S&#225;nchez Yus y al Dr&#46; Requena&#44; los cuales&#44; mientras dirig&#237;an <span class="elsevierStyleItalic">Actas&#44;</span> cada vez que recib&#237;an un trabajo en el que no se hiciera menci&#243;n a trabajos publicados en <span class="elsevierStyleItalic">Actas&#44;</span> me ped&#237;an una b&#250;squeda y&#44; si se encontraba alg&#250;n trabajo no referenciado&#44; devolv&#237;an el trabajo al autor para que se incluyese&#46;</p><p id="p0065" class="elsevierStylePara elsevierViewall">En 1992 se recog&#237;an unas 7&#46;500 referencias&#59; el programa continu&#243; hasta el 2007&#44; en que se recogieron unas 9&#46;200 referencias&#46; Hay que indicar que tambi&#233;n se recogieron todos los art&#237;culos desde el inicio de <span class="elsevierStyleItalic">Medicina Cut&#225;nea</span> y de <span class="elsevierStyleItalic">Piel&#44;</span> y que en total en el a&#241;o 2007 el programa contaba con 13&#46;802 referencias&#46;</p><p id="p0070" class="elsevierStylePara elsevierViewall">El programa tuvo &#233;xito&#44; por lo que a trav&#233;s de la AEDV la editorial Masson&#44; que editaba en esa &#233;poca <span class="elsevierStyleItalic">Actas&#44;</span> me pidi&#243; que se le cediera el programa para uso de la editorial y de los acad&#233;micos&#59; en compensaci&#243;n nos obsequi&#243; con un ordenador port&#225;til para que pudi&#233;ramos&#44; de forma m&#225;s sencilla&#44; poder desplazarnos con &#233;l a la sede de la AEDV y seguir poniendo al d&#237;a el DERMABASE&#44; que fue como se denomin&#243; el programa&#46; Dicho programa est&#225; hoy d&#237;a incluido en la p&#225;gina web de la AEDV para realizar todo tipo de b&#250;squedas anteriores a 1999&#46;</p><p id="p0075" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Este &#171;programa&#187; bibliogr&#225;fico lo extendimos a otras revistas&#44; como <span class="elsevierStyleItalic">Medicina del Trabajo&#44;</span> adem&#225;s del <span class="elsevierStyleItalic">Contact Dermatitis</span> y <span class="elsevierStyleItalic">Dermatitis</span> hasta el a&#241;o 2007&#44; en el que se ten&#237;an m&#225;s de 20&#46;000 art&#237;culos indexados&#46;</p><p id="p0080" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Asimismo aplicamos una variaci&#243;n de este programa para realizar nuestra base de datos para el Servicio de Dermatolog&#237;a Laboral incluyendo un mayor n&#250;mero de campos &#40;58&#41; y formas de b&#250;squeda m&#225;s complejas&#46;</p><p id="p0085" class="elsevierStylePara elsevierViewall">Para nosotros es una gran satisfacci&#243;n que un programa que en un principio estaba destinado a nuestro ocio y sin fines cient&#237;ficos&#44; despu&#233;s de algunas modificaciones&#44; tenga utilidad cient&#237;fica y haya podido ser utilizado para la b&#250;squeda bibliogr&#225;fica dentro del entorno de la AEDV&#46;</p></span>"
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Vol. 100. Núm. 6.
Páginas 441-442 (agosto 2009)
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EDITORIAL DEL CENTENARIO
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DERMABASE: el primer acercamiento para la búsqueda bibliográfica de Actas
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L. Conde-Salazar
Escuela Nacional de Medicina del Trabajo. Instituto de Salud Carlos III. Madrid. España
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Actualmente, para realizar una búsqueda bibliográfica o incluso obtener un artículo publicado, existen muchos medios, unos gratuitos, otros bajo pago, en ocasiones simbólico; ello hace que se agilice la realización de cualquier búsqueda bibliográfica y se pueda llegar a las revistas o libros más diversos y en ocasiones de difícil acceso hace unos años. Asimismo hoy día, cuando deseamos iniciarnos en la informática, encontramos todo tipo de facilidades y comodidades para poder trabajar sin grandes sobresaltos. Los aparatos son de todo tipo, y se puede elegir el que creemos que va a cumplir nuestras necesidades, traen sistema operativo y multitud de programas instalados o de fácil instalación. Los servicios de asistencia y mantenimiento son múltiples y existen verdaderos profesionales y técnicos dedicados por completo a la informática, y para mayor comodidad existe Internet.

En los años ochenta, cuando comenzamos a madurar el programa de datos bibliográfico, la informática no había hecho aún estragos en las personas jóvenes, aunque muchos comenzaban a introducirse en este mundo con máquinas de juegos como el Spectrum y el Atari. Entre los profesionales de la medicina, de forma personal, comenzaba el interés por la informática y por su posible aplicación en actividades profesionales y en las consultas privadas. En los hospitales sólo existían ordenadores en los departamentos anatomoclínicos, laboratorios o centros de investigación, y en muchas ocasiones eran manejados por personal técnico no médico. Parecía de ciencia-ficción el ver a un clínico manejando un ordenador con fines científicos, y más cuando este era un denominado «portátil» (¡6-10kg de peso!). Algunos teníamos un rudimentario ordenador de sobremesa en casa que en muchas ocasiones era una máquina de escribir inteligente, ya que los programas eran inexistentes y en muchas ocasiones era utilizado por nuestros hijos para juegos denominados «de marcianitos», y que por su simpleza hoy día su uso estaría vetado a mayores de 5 años.

Las prestaciones de estos armatostes entre los años 1981-1984 eran ridículas; los almacenamientos eran de tipo casete, con capacidad de 64k sin disco duro (Amstrad CPC464), o con disquete y capacidad de 128k (ZX-Spectrum y Commodore 64). En muchos casos los disquetes eran de 3,5 o de 5,25, o ambos; el almacenamiento era con frecuencia de tipo magnético, con toda la problemática de seguridad y conservación que esto conllevaba. Es ya a partir de 1984 cuando aparecen los primeros ordenadores con disco duro, en principio de 10MB, y a finales de los ochenta con más de 230MB; son principalmente la gama de IBM PC 8088, 8088XT y los IBM-PS 230, 250, 280 con almacenamiento con tecnología óptica, lo cual suponía que había que cargarlos con 10 o más disqueteras, con todos los problemas que ello acarreaba, junto con precios en muchas ocasiones prohibitivos.

Los microprocesadores (auténticos cerebros de los ordenadores) comienzan a utilizarse entre 1979-1981, fabricados por Intel (Intel 8086, 8088), dando lugar a una evolución vertiginosa de la tecnología informática y más cuando en el año 1993 hace aparición el Intel Pentium, quinta generación de microprocesadores que va evolucionando con los Pentium II y III, IV y V, este último con doble o cuádruple unidad de proceso (Dual Core).

Junto con estos avances del hardware, en los años noventa comienza la aparición de diversos softwares que van a ir popularizando y facilitando la utilización de los ordenadores. Windows abre la puerta a numerosos programas de base de datos, cálculo, escritura, presentación, etc. Nosotros, después de diversas pruebas, escogemos el programa Lotus SmartSuit y de él la base de datos Approach. La elección la realizamos tomando como base su sencillez en el manejo, por ser muy intuitiva y sobre todo porque es una base que admite constantes modificaciones.

Con este «material» nos propusimos realizar una base de datos fácil de manejar, pero que contuviera la mayoría de datos útiles para la realización de búsquedas diversas. En un principio la utilizamos para «organizar» las numerosas películas y discos que teníamos en nuestro domicilio, creamos campos como Título, Actores, Director, País, Duración, Tema, Año, Palabras Clave, etc. Con él podíamos realizar la búsqueda por cada uno de los campos o por varios campos a la vez. Observamos el manejo del programa, así como la facilidad para poder añadir o quitar campos y especialmente las múltiples ventajas para realizar una búsqueda rápida y cómoda. La creación de este «programa» coincidió con mi etapa de bibliotecario de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), por lo que apliqué este mismo programa (con ligeras modificaciones) para los libros existentes en la biblioteca de la AEDV, indexando 536 libros hasta el año 1994. Esta base de datos se dejó en la Academia para que fuera continuada por los posteriores bibliotecarios, pero creemos que cayó en el olvido.

Por esa época, el buscar bibliografía y referencias era dificultoso y se dependía de laboratorios (Industria Farmacéutica) o de algunas bibliotecas de centros sanitarios pocoasequibles, por ello hicimos un proyecto de aplicación de este programa a la Dermatología, y comenzamos con una revista no muy antigua y que estuviera muy ligada a nuestro trabajo habitual (Dermatología Laboral y Dermatitis de Contacto). Elegimos la Contact Dermatitis, pues la teníamos desde el primer número. Esta revista se comenzó a publicar de manera oficial en 1975, y así metimos la primera ficha: «Contact dermatitis at a spinal injuries centre», de Margaret M. Walshe; posteriormente, al encontrar los números anteriores de esta revista, que se denominaba Contact Dermatitis Newsletter, incluimos todos los artículos desde su comienzo en enero de 1967, con el primer artículo de N. Hjorth «Perfume Dermatitis».

Con esta experiencia, y con la satisfacción de los buenos resultados, comenzamos a indexar Actas desde el año 1968, que eran los números de los que disponíamos en nuestra biblioteca del Servicio de Dermatología; una vez comprobadas su eficacia y comodidad para la búsqueda, fuimos más ambiciosos y nos propusimos realizar la indexación de Actas desde el primer número. En esa época era yo el bibliotecario de la Junta Directiva, cuyo presidente era el Profesor Armijo, y ello me facilitó, junto con la valiosa colaboración de la Srta. Milagros de la AEDV, la revisión de todos los números de Actas hasta completar el trabajo.

Fue emocionante introducir el primer trabajo, «Curas con alquitrán de hulla en varias dermatosis», de Juan de Azúa, y ver, al ir introduciendo las diversas fichas, cómo evolucionaba la Dermatología y cómo estos precursores de la Dermatología de principio del siglo xx realizaban diagnósticos certeros y tratamientos sofisticados con los escasos medios existentes, que en muchas ocasiones llevaban a la curación de la enfermedad. En parte este interés nos retrasaba el trabajo, pues muchos artículos eran tan interesantes que nos obligaba a leerlos detenidamente y a observar cómo en muchas ocasiones temas o apartados de la Dermatología que creíamos que se habían descubierto en los últimos años o por autores extranjeros, estaban magníficamente descritos por nuestros antepasados y no se hacía ninguna referencia en nuestras publicaciones.

Para esta labor ingente contamos con la ayuda de médicos dermatólogos residentes que rotaban por el Servicio, destacando principalmente la Dra. Elfida Sánchez, que se encariñó con la tarea de revisar Actas. Las dificultades fueron diversas, especialmente en los artículos de los primeros años, en los cuales los autores sólo firmaban con su primer apellido, o con el segundo, sin poner su nombre en casos muy conocidos como los de Gay Prieto (Gay), Gómez Orbaneja (Orbaneja), Sánchez Covisa (Covisa), etc. Esto nos llevó a corregirlo para dar uniformidad al archivo; las palabras clave no existían, lo que nos obligó a ponerlas y dar cierta agilidad a las búsquedas. Para ello procuramos poner alguna palabra que existiera en el título y luego agrupar en grandes apartados las enfermedades según su etiología. Así creamos los apartados generales de Venéreas, Parasitarias, Tumores, Cáncer, etc., intentando poner un mínimo de 3 o 4 palabras clave. Fue una labor dura, en ocasiones tediosa, pero que yo aconsejaría a todo dermatólogo joven, pues además de conocer la historia de la Dermatología española a través de los múltiples trabajos realizados, se obtiene una valoración científica de nuestros antepasados, que con mucha frecuencia se olvida citar en las numerosa publicaciones de carácter internacional que se realizan en nuestro país.

Con todo ello, después de dos años de trabajo intenso contábamos con una base de datos importante que fue pronto conocida por numerosos dermatólogos, los cuales nos pedían búsqueda tanto por trabajos (para publicaciones) como por autores (para currículo). Debemos destacar en esa época al Dr. Sánchez Yus y al Dr. Requena, los cuales, mientras dirigían Actas, cada vez que recibían un trabajo en el que no se hiciera mención a trabajos publicados en Actas, me pedían una búsqueda y, si se encontraba algún trabajo no referenciado, devolvían el trabajo al autor para que se incluyese.

En 1992 se recogían unas 7.500 referencias; el programa continuó hasta el 2007, en que se recogieron unas 9.200 referencias. Hay que indicar que también se recogieron todos los artículos desde el inicio de Medicina Cutánea y de Piel, y que en total en el año 2007 el programa contaba con 13.802 referencias.

El programa tuvo éxito, por lo que a través de la AEDV la editorial Masson, que editaba en esa época Actas, me pidió que se le cediera el programa para uso de la editorial y de los académicos; en compensación nos obsequió con un ordenador portátil para que pudiéramos, de forma más sencilla, poder desplazarnos con él a la sede de la AEDV y seguir poniendo al día el DERMABASE, que fue como se denominó el programa. Dicho programa está hoy día incluido en la página web de la AEDV para realizar todo tipo de búsquedas anteriores a 1999.

Este «programa» bibliográfico lo extendimos a otras revistas, como Medicina del Trabajo, además del Contact Dermatitis y Dermatitis hasta el año 2007, en el que se tenían más de 20.000 artículos indexados.

Asimismo aplicamos una variación de este programa para realizar nuestra base de datos para el Servicio de Dermatología Laboral incluyendo un mayor número de campos (58) y formas de búsqueda más complejas.

Para nosotros es una gran satisfacción que un programa que en un principio estaba destinado a nuestro ocio y sin fines científicos, después de algunas modificaciones, tenga utilidad científica y haya podido ser utilizado para la búsqueda bibliográfica dentro del entorno de la AEDV.

Copyright © 2009. Academia Española de Dermatología y Venereología
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