Sr. Director:
El angioma capilar lobular es una lesión vascular benigna muy común que aparece con mayor frecuencia tras traumatismos en encías, labios, mucosa nasal, cara o dedos. Más raramente aparece de forma múltiple o multifocal; en estos casos puede formar parte de un síndrome paraneoplásico, pero en otros no se ha encontrado ninguna enfermedad subyacente. Se han descrito variantes más raras como los localizados a nivel subcutáneo e intravenoso. También se han descrito tras la ingesta de determinados fármacos como retinoides orales1,2.
Presentamos el caso de un paciente varón de 74 años con antecedentes de hipertensión arterial maligna de larga evolución, insuficiencia renal crónica por nefroangioesclerosis, anemia por trastorno crónico, poliposis colónica con polipectomías múltiples con histología de adenomas tubulares y tubulovellosos.
Seguía tratamiento con carvedilol, torasemida, ácido acetilsalicílico, nifedipino, enalapril y eritropoyetina.
El paciente refería una historia de 4 a 5 años de evolución con aparición de lesiones cutáneas sésiles y nodulares subcutáneas, de consistencia blanda, coloración rojo-violácea de tamaño variable, de 0,5 a 2cm de diámetro y localizadas fundamentalmente en el tronco y el cuello (fig. 1). Las mucosas se encontraban respetadas.
En la analítica de sangre encontramos una hemoglobina de 9,4mg/dl con el resto del hemograma normal; en la bioquímica presentaba: creatinina de 3,22, urea de 114 y ácido úrico de 8,24, siendo el resto normal.
Se extirparon varias lesiones y el examen histológico demostró lesiones lobuladas dérmicas compuestas por canales vasculares de pared delgada formadas por células endoteliales. Los nidos de células endoteliales se encuentran agrupados y separados por un estroma fibroso (fig. 2).
Se le realizó una tomografía axial computarizada toracoabdominopélvica que no demostró hallazgos de interés.
En la colonoscopia se encontraron 6 nuevos pólipos que se extirparon.
En la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) con hematíes 99mTc se observaban múltiples nódulos subcutáneos con características de angiomas en extremidades, región dorsal, lumbar y maxilar izquierdo, así como una lesión similar en el lóbulo superior del pulmón derecho posterior (fig. 3).
Concluimos que los angiomas capilares lobulares múltiples aparecen de forma excepcional. Se han descrito casos en pacientes sin patología de base, en los que aparecen de novo3-5; en otros casos se han asociado a traumatismos previos como puede ser la extirpación o electrocoagulación de una lesión única previa, tras quemaduras6 o tras dermatitis exfoliativa. Otras veces aparecen tras tratamiento con metotrexato, etretinato o factor estimulante de colonias granulocíticas7,8. También se han publicado casos asociados a procesos malignos: enfermedad de Hodgkin, leucemia linfática crónica, melanoma maligno o mieloma9, inmunodeficiencias como el déficit de IL-2 y procesos inflamatorios o infecciosos crónicos en general como glomerulonefritis, hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares.
Se han descrito angiomas al nivel intestinal en pacientes con angiomas capilares lobulares cutáneos múltiples. Esta asociación ocurre en menos de un 2 % de los casos. Se debe tener en cuenta en pacientes que presenten síntomas asociados como melena o anemización progresiva. Una técnica muy útil para su detección es el SPECT con hematíes 99mTc10.
En el caso de nuestro paciente, además de los angiomas capilares lobulares subcutáneos, se detectó una lesión similar en el pulmón que se identificó mediante SPECT.
El posible desencadenante de las lesiones angiomatosas puede ser la múltiple patología sistémica crónica que presentaba el paciente.
La mayoría de las lesiones se resuelven espontáneamente; si no es así se pueden tratar con crioterapia, electrocoagulación, extirpación quirúrgica o láser de colorante pulsado. En el caso de nuestro paciente se extirparon las lesiones que le producían molestias y se decidió una actitud expectante.