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Vol. 105. Núm. 8.
Páginas 774-779 (octubre 2014)
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Páginas 774-779 (octubre 2014)
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Análisis de la población con infección genital por Chlamydia trachomatis en una consulta de enfermedades de transmisión sexual
Analysis of Patients With Chlamydia trachomatis Genital Infection in an STD Clinic
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J.B. Repiso-Jiméneza,
Autor para correspondencia
boscorepiso@gmail.com

Autor para correspondencia.
, T. Fernandez-Moranoa, F. Rivas-Ruizb, M. de Troya-Martina
a Servicio de Dermatología, Empresa Pública Hospital Costa del Sol, Marbella, Málaga, España
b Unidad de Investigación, Empresa Pública Hospital Costa del Sol, Marbella, Málaga, España
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Tabla 1. Características sociodemográficas y conductas sexuales
Tabla 2. Resultados clínicos
Tabla 3. Tratamiento
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Resumen
Introducción y objetivos

La infección genital por Chlamydia trachomatis (CT) tiene una alta incidencia en nuestro medio y su tratamiento precoz puede evitar complicaciones. Describimos la población de pacientes diagnosticados en una consulta de enfermedades de transmisión sexual.

Material y métodos

Estudio observacional descriptivo de corte transversal de la población diagnosticada de infección por CT entre 2010 y 2011. Se recogieron datos demográficos, hábitos sexuales, asociación con otras infecciones de transmisión sexual (ITS) y diversos aspectos del tratamiento.

Resultados

Encontramos positividad para CT en el 12,3% de las muestras. Se incluyeron 62 pacientes con una media de edad de 31 años. De estos 43 eran hombres y el 75% era heterosexual. El 87% de los pacientes había tenido una pareja sexual en los últimos 2 meses. El uso del preservativo se consideró deficiente en el 81, 79 y 65% de los pacientes en el sexo vaginal, oral y anal respectivamente. Aparecieron síntomas en el 13% y la ITS asociada con más frecuencia fueron las verrugas anogenitales. El tratamiento más usado fue la doxiciclina.

Conclusiones

La detección de CT en nuestra consulta es elevada, procediendo en su mayoría las muestras de varones jóvenes. Demostramos una alta incidencia de infección genital asintomática por CT en pacientes sin prácticas sexuales de alto riesgo y que acudieron a la consulta por otros motivos. Es necesario el despistaje sistemático de CT en la consulta de ITS para tratar de forma precoz al paciente y a sus parejas recientes.

Palabras clave:
Infecciones de transmisión sexual
Chlamydia trachomatis
Hábitos sexuales
Abstract
Introduction and objectives

Chlamydia trachomatis genital infection is common in our setting and early treatment can prevent complications. The aim of this study was to report on patients diagnosed with C trachomatis genital infection in a sexually transmitted disease (STD) clinic.

Material and methods

This was a descriptive, cross-sectional, observational study of patients diagnosed with C. trachomatis infection between 2010 and 2011. We recorded demographic data and information on sexual habits, concomitant sexually transmitted infections (STIs), and various aspects of treatment.

Results

In total, 12.3% of the samples analyzed were positive for C trachomatis genital infection. Sixty-two patients (43 men) with a mean age of 31 years were studied; 75% were heterosexual and 87% had had a sexual partner in the previous 2 months. Condom use was inconsistent in 81%, 79%, and 65% of patients who practiced vaginal, oral, and anal sex, respectively. Thirteen percent of the patients had symptoms and anogenital warts were the most common associated STI. The most widely used treatment was doxycycline.

Conclusions

A high prevalence of genital C. trachomatis infection was detected in our STD clinic, and the majority of cases were found in young men. We observed a high rate of asymptomatic infection in patients who do not engage in high-risk sexual behavior and who had come to the clinic for another reason. Systematic screening of C. trachomatis infection should be implemented in STD units to enable the early treatment of patients and their recent sexual partners.

Keywords:
Sexually transmitted infections
Chlamydia trachomatis
Sexual behavior
Texto completo
Introducción

La infección genital por Chlamydia trachomatis (CT) es la infección de transmisión sexual (ITS) más frecuente en Europa con 343.958 casos declarados en 23 países miembros de la Unión Europea en el año 2009, incluida España1. CT es también la principal ITS de declaración obligatoria en nuestra área sanitaria (datos no publicados). La mayoría de las infecciones son leves y asintomáticas, lo que motiva que el paciente no acuda a los servicios de salud. Grupos de trabajo españoles vienen alertando hace años de la necesidad de establecer un protocolo consensuado de despistaje en poblaciones atendidas en consultas de ITS2. En la mujer las infecciones persistentes son responsables de la enfermedad inflamatoria pélvica, causa de infertilidad y de embarazos ectópicos3. La detección precoz de las infecciones del cérvix en la mujer ha demostrado ser eficaz en la disminución de las complicaciones4. En los varones la infección afecta fundamentalmente a la uretra con escasas complicaciones, sin embargo la probabilidad de transmisión a sus parejas femeninas es elevada5. En España se desconoce cuál es la prevalencia real de la infección y los factores de riesgo de adquisición de la misma, y son escasas las publicaciones que los analizan6. El propósito del presente estudio fue conocer la prevalencia de la infección por CT en la población estudiada y describir el perfil de riesgo de los pacientes diagnosticados en una consulta de ITS perteneciente al área de dermatología de un hospital público de la Costa del Sol occidental.

Material y métodos

Estudio observacional descriptivo de corte transversal de la población diagnosticada de infección por CT entre enero de 2010 y diciembre de 2011 en la consulta de ITS del Hospital Costa del Sol de Marbella, que atiende a una población censada a 1 de enero de 2011 de 387.036 habitantes, según datos del padrón municipal proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística. Se evaluaron todos los pacientes atendidos en la consulta de ITS y se incluyeron en el estudio aquellos que tuvieron una prueba de CT positiva en cualquier momento de su seguimiento en muestras de uretra, cérvix o de canal anal. Se excluyeron del estudio aquellos pacientes que no dieron su consentimiento para la recogida de los datos. Se recogieron datos de filiación y hábitos sexuales mediante una encuesta englobada dentro de la historia clínica sexual que se cumplimenta de forma habitual en la consulta. Como método de diagnóstico se usó el test de reacción en cadena de polimerasa artus® (C. trachomatis Plus RG PCR Kit for use with QIAsymphony® SP/AS and Rotor-Gene® Q Instrument. QIAGEN, Hilden, Alemania) en muestras uretrales de los varones, de cérvix en las mujeres y anales en ambos sexos cuando existían antecedentes de prácticas anales recientes. Se recogieron asimismo las características clínicas de la infección, la asociación con otras enfermedades de transmisión sexual y diversos aspectos del tratamiento. Se realizó un análisis descriptivo con medidas de tendencia central y dispersión para variables cuantitativas y distribución de frecuencias para las cualitativas.

Resultados

Se obtuvieron un total de 729 muestras (388 uretrales, 181 de cérvix y 160 anales) correspondientes a 560 pacientes de la consulta en el periodo que duró el estudio. El 12,3% (90 muestras) fueron positivas para CT en 78 pacientes. De estos se incluyeron 62 pacientes que respondieron íntegramente a la encuesta, de los cuales eran 43 hombres y 19 mujeres. La media de edad fue de 30,8 años (IC 95%: 28,4-33,3), con origen predominante español (71%) y de raza caucásica (82,3%). El 95% de los pacientes había cursado algún tipo de estudios, siendo inferior a estudios universitarios en el 79,3%. Las profesiones más frecuentes estaban relacionadas con la restauración y la hostelería (tabla 1).

Tabla 1.

Características sociodemográficas y conductas sexuales

  Frecuencia  Porcentaje 
Sexo
Hombre  43  69,4 
Mujer  19  30,6 
Nivel de estudiosa
Sin estudios  5,2 
Primarios  21  36,2 
Secundarios  22  37,9 
Universitarios  12  20,7 
Procedencia
España  44  71 
América Central y del Sur  12  19,4 
Europa  6,5 
Norte de África  3,2 
Orientación sexual
Heterosexuales  46  74,2 
Homosexuales  15  24,2 
Bisexuales  1,6 
Parejas último año
Menos de 5  47  75,8 
Mayor o igual a 5  15  24,2 
Parejas último mes
Ninguna  11,3 
Menos de 5  54  87,1 
Mayor o igual a 5  1,6 
Pareja estableb
No  18  30,5 
Sí  41  69,5 
Sexo anal
No  39  62,9 
Sí  23  37,1 
Condón en sexo anal
Nunca  39,1 
Ocasional  26,1 
Siempre  34,8 
Sexo vaginal
Ausencia  15  24,2 
Presencia  47  75,8 
Condón en sexo vaginal
Nunca  11  23,4 
Ocasional  27  57,4 
Siempre  19,2 
a

Pacientes perdidos para nivel de estudios: 4.

b

Pérdidas en variable pareja estable: 3.

El 75% era heterosexual y el 25% afirmaba haber tenido más de 5 parejas sexuales en el último año. El 87% de los encuestados había tenido menos de una pareja en los 2 últimos meses y el 70% tenía pareja estable en el momento del diagnóstico de la infección. El 81% de los pacientes que practicaban sexo vaginal, el 79% de los que practicaban sexo oral y el 65 de los que que practicaban el anal no utilizaron de forma consistente el condón (tabla 1).

Ninguno de los pacientes se dedicaba a la prostitución, no se había inyectado drogas ni había intercambiado sexo por drogas. Dos varones reconocieron que habían obtenido sexo por dinero en el último año.

El 13% de los pacientes tuvo sintomatología en relación con la infección. En 39 de los 43 varones (90,7%) la muestra fue positiva en la uretra, teniendo 6 de ellos (15,4%) síntomas del tipo disuria y exudado uretral. Una mujer de las 18 con muestra positiva en el cérvix presentó exudado cervical sintomático. En 4 varones homosexuales y en 3 mujeres heterosexuales se aisló material genético de la bacteria en la muestra del canal anal, sin dar lugar a ninguna sintomatología. En 10 de los 57 pacientes (17,5%) con muestras positivas para CT a los que se les realizó serología se demostraron anticuerpos frente a CT, siendo del tipo IgM en el 80%. No apareció complicación alguna en ninguno de los pacientes en el periodo estudiado (tabla 2).

Tabla 2.

Resultados clínicos

  Frecuencia  Porcentaje 
Sintomáticos
No  54  87,1 
Sí  12,9 
Muestra (presencia)a
Uretra  39  62,9 
Cérvix  18  29,0 
Anal  11,3 
Serologíab
Negativa  47  82,5 
Positiva  10  17,5 
Otras ITS (presencia)c  57  91,9 
Verrugas anogenitales  46  80,7 
Enfermedad maligna en relación con el VPH  16  28,1 
Herpes genital  14 
Sífilis  8,8 
VIH 
Otras uretritis  3,5 

ITS: infecciones de transmisión sexual; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; VPH: virus del papiloma humano.

a

Sobre 62 pacientes.

b

Sobre 57 pacientes.

c

ITS: 81 en 57 pacientes.

Se encontraron 81 ITS en los pacientes estudiados. En el 92% de ellos se asoció al menos otra ITS; 46 pacientes (80,7%) tenían verrugas anogenitales, 16 (28,1%) presentaron enfermedades relacionadas con el virus del papiloma humano (VPH) oncogénicos, 8 (14%) tenían herpes genitales, 5 (8,8%) sífilis y 2 varones (3,5%) uretritis por otros patógenos. Cinco pacientes eran positivos para el VIH (7%) (tabla 2).

El tratamiento más usado fue la doxiciclina (69,4%), a dosis de 100mg cada 12h durante una semana. En 4 pacientes se comprobó que el tratamiento no se realizó por distintos motivos. Se facilitó a los pacientes información y medicación para las parejas recientes identificables según nuestro protocolo. En 43 pacientes (69,4%) se constató que al menos una pareja recibió la información y se trató. En 4 de los 32 pacientes tratados en los que fue posible realizar un nuevo test a los 3 meses del tratamiento este fue positivo (tabla 3).

Tabla 3.

Tratamiento

  Frecuencia  Porcentaje 
Tratamientoa
Doxiciclina  43  69,4 
Azitromicina  11  17,7 
Azitromicina y doxiciclina  3,2 
Ninguno  6,5 
Tratamiento pareja
No  19  30,6 
Sí  43  69,4 
Test de confirmación
Realizado  32  51,6 
No realizado  30  48,4 
Resultado test confirmación
Negativo  28  87,5 
Positivo  12,5 
a

Sobre 60 pacientes.

Discusión

En nuestra consulta encontramos un alto porcentaje de aislamiento de CT, procediendo las muestras fundamentalmente de varones y adultos jóvenes, de raza caucásica y de origen español. En cuanto a los factores de riesgo para contraer la infección encontramos un alto porcentaje de pacientes heterosexuales, con una sola pareja sexual en los meses precedentes y habitualmente con pareja estable, pero con un bajo uso de preservativo en sus relaciones sexuales. En la mayoría de los casos el test para CT se realizó como una prueba más de despistaje en pacientes asintomáticos que acudieron a la consulta por otras ITS, generalmente verrugas anogenitales.

La infección genital por CT es la principal ITS declarada en nuestra área sanitaria con 238 notificaciones en 2 años, aproximadamente el doble de las declaraciones de sífilis y 5 veces más que las de infecciones gonocócicas. En 2008 en Estados Unidos esta infección fue la más declarada7, encontrándose positividad en el 7% de las mujeres entre 15 y 24 años atendidas en clínicas de planificación familiar entre el 2004 y 20088, y en el 8,3% de las mujeres de ese grupo de edad en el primer trimestre de embarazo atendidas en clínicas prenatales9. En determinadas regiones de España la prevalencia tanto en hombres como en mujeres sexualmente activas se ha establecido en torno al 4%6. Las guías clínicas internacionales recomiendan testar para CT a mujeres sexualmente activas por debajo de los 25 años10, en el primer trimestre en mujeres embarazadas11 y a los varones de aquel grupo de edad12. Los programas eficientes de despistaje de la infección en mujeres jóvenes se han demostrado eficaces en la prevención de complicaciones3,4,13. La realización de un test para CT en una consulta de ITS está justificado por la elevada prevalencia demostrada y su tratamiento podría disminuir la aparición de complicaciones.

No encontramos en nuestro estudio subgrupos especiales de riesgo por su procedencia de países en vías de desarrollo o por razas, ni por su nivel de estudios. Diversos estudios europeos y americanos demuestran cómo la infección por CT es más prevalente en mujeres negras, procedentes de países pobres y con bajo nivel de estudios14,15. El riesgo de infección en jóvenes de ambos sexos se ha asociado en diversos estudios con el uso inconsistente del condón6,16 y el número elevado de parejas sexuales en los últimos 3 meses16. En nuestro estudio no demostramos un número de parejas recientes elevado, presumiéndose que el contagio se produjo desde la pareja actual, con la que el uso de preservativo fue bajo.

Al igual que en la mayoría de los estudios17, los aislamientos en nuestra consulta fueron en su mayoría asintomáticos. Las principales ITS asociadas fueron las infecciones por el VPH. Las infecciones genitales por VPH suponen el principal motivo de derivación a nuestra consulta de ITS y estas a su vez no implican necesariamente comportamientos sexuales de alto riesgo.

En 4 hombres que tenían sexo con hombres (HsH) y en 3 mujeres que practicaban sexo anal la muestra fue positiva en el canal anal. La prevalencia de infecciones por CT en el canal anal en receptores anales recientes se ha mostrado elevada, tanto en mujeres18 como en hombres19, siendo fundamental su diagnóstico y tratamiento para controlar los contagios y disminuir la probabilidad de transmisión del VIH en HsH20.

En cuanto al tratamiento, tanto la doxiciclina como la azitromicina se han mostrado eficaces, aunque la primera se considera superior cuando la infección afecta al canal anal21. El riesgo de reinfecciones puede ser de hasta del 20% en el año siguiente al aislamiento22, por lo que se aconseja repetir el test en el periodo comprendido entre los 3 y 12 meses desde el aislamiento23. El tratamiento de la pareja sexual sin necesidad de evaluación es una medida eficaz en la disminución del riesgo de reinfección24. En nuestro estudio las reinfecciones aparecieron en un porcentaje similar a lo publicado, a pesar de que los tratamientos fueron correctos y el porcentaje de tratamiento a la pareja fue elevado.

Aunque las técnicas de amplificación del genoma tienen una elevada especificidad y sensibilidad, es el cultivo de la bacteria el método más fiable de identificación de la infección genital por CT. Sin embargo, es caro y solo se encuentra disponible en determinados centros de referencia. Por otra parte, en nuestro estudio analizamos fundamentalmente a pacientes que acuden a la consulta de ITS por otras infecciones, y generalmente por presentar verrugas genitales, lo que constituiría un sesgo evidente de selección.

La infección por CT tiene una elevada incidencia en la población atendida en nuestra consulta. Su alta prevalencia y su carácter asintomático hace necesaria la toma de muestra a todos los pacientes que acuden a la consulta por otras ITS, independientemente de sus hábitos de riesgo, que generalmente son de perfil bajo. Creemos que el despistaje de la infección se debería ampliar al resto de la población de riesgo que se trata en centros de salud y en clínicas ginecológicas.

Son necesarios nuevos estudios dirigidos a la población general para conocer la verdadera magnitud del problema. La identificación de la infección y el tratamiento de los pacientes y de sus parejas es fundamental para evitar complicaciones y la transmisión de la enfermedad.

Responsabilidades éticasProtección de personas y animales

Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.

Confidencialidad de los datos

Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes y que todos los pacientes incluidos en el estudio han recibido información suficiente y han dado su consentimiento informado por escrito para participar en dicho estudio.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado

Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.

Conflicto de intereses

Los autores declaran que no tienen ningún conflicto de intereses.

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Copyright © 2014. Elsevier España, S.L.U. y AEDV
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