Un varón de 26 años con antecedentes de relaciones sexuales de riesgo con hombres consultó en el Servicio de Urgencias por odinofagia y disfagia de dos meses de evolución con empeoramiento progresivo, sin otras lesiones cutáneomucosas ni manifestaciones sistémicas asociadas. A la exploración presentaba unas placas blanquecinas verrucosas en las amígdalas, el paladar blando, la úvula y el dorso de lengua (fig. 1), asociado a unas adenopatías cervicales bilaterales y rodaderas. La serología luética fue positiva (RPR 1/16, FTA positivo), mientras que las serologías para VIH y VHC fueron negativas. Se tomó una biopsia amigdalar, en la que se observó una acantosis, con una infiltración linfoplasmocitaria del corion y presencia de exocitosis de neutrófilos. La inmunohistoquímica para treponemas demostró la presencia de abundantes espiroquetas entre los queratinocitos de la mucosa y la tinción de Warthin Starry mostró la presencia de espiroquetas cercanas a los vasos superficiales. Con estos datos se diagnosticó al paciente de sífilis y se pautó tratamiento con penicilina G benzatina 2,4 millones de UI intramusculares, con una mejoría clínica tras dos semanas.
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual causada por Treponema pallidum. La forma secundaria puede producir clínica mucocutánea muy variada y es el estadio en el que más frecuentemente se han descrito lesiones orales como parte de la clínica. Sin embargo, los casos de lesiones orales aisladas como única manifestación de la enfermedad son infrecuentes y suponen un reto diagnóstico de gran trascendencia por la incidencia creciente de esta enfermedad en los últimos años.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de interés.