Un niño de 6 meses de edad y raza caucásica, con un desarrollo ponderoestatural normal, fue evaluado por haber presentado una hiperpigmentación congénita en las manos y los pies, presente desde el nacimiento, que según referían los padres había desaparecido progresivamente.
A la exploración dermatológica se observó una hiperpigmentación marronácea, bien delimitada, localizada entre el pliegue periungueal proximal y la articulación interfalángica distal de todos los dedos de las manos (fig. 1). No presentaba signo de Hutchinson, alteraciones ungueales o hiperpigmentación en otras localizaciones.
Con estos hallazgos clínicos se realizó el diagnóstico de una hiperpigmentación de las falanges distales del lactante.
Esta alteración es una pigmentación fisiológica considerada como una dermatosis transitoria del recién nacido. Es más frecuente en recién nacidos con piel más constitutiva y más pigmentada. Suele manifestarse entre los 2 y 6 meses, afectando a las falanges distales de las manos, y en ocasiones, de los pies. Se acentúa mediante la luz de Wood. Su intensidad disminuye progresivamente hasta su desaparición en torno al año de vida. Histológicamente se observa un aumento de la cantidad de melanina, pero sin un incremento del número de melanocitos.
El conocimiento de esta entidad permite tranquilizar a los padres, evitando pruebas invasivas o tratamientos innecesarios dado su carácter benigno y autorresolutivo.