El colgajo del lector o colgajo «reading man» fue descrito por Mutaf et al. en 2008 como un nuevo recurso para la cobertura de defectos circulares1. Se denomina así por la morfología que toman el defecto y las plastias recordando la silueta de una persona leyendo (fig. 1A). Es una técnica fundamentada sobre el desarrollo de una z-plastia asimétrica. Principalmente, ha sido utilizado para la reconstrucción de defectos faciales. Dado que su característica más importante es que garantiza un cierre con una tensión baja, creemos que puede ser de gran utilidad en el cierre de defectos en regiones sometidas a movimientos de flexoextensión.
A y B) Diseño del margen quirúrgico de contorno circular y diseño de la doble plastia de transposición. C) Defecto resultante tras exéresis tumoral y labrado de ambos colgajos. D) Resultado inmediato posquirúrgico. E) Buen resultado estético y funcional a los 3 meses de la cirugía.
Un varón de 102 años, parcialmente dependiente para las actividades básicas de la vida diaria, pero con una movilidad total conservada de las extremidades superiores e independiente para la alimentación, fue intervenido en un solo tiempo quirúrgico y en régimen de cirugía mayor ambulatoria, bajo anestesia local y sedación, de un carcinoma epidermoide circular en la región dorsal radial de la muñeca izquierda (fig. 1B). El defecto final resultante fue de 4cm (fig. 1C). Se diseñó un colgajo del lector para la reconstrucción de dicho defecto, que fue suturado de forma directa con seda 3/0 (fig. 1D). Se realizaron curas diarias con clorhexidina y vendaje suave, con retirada de los puntos a los 10 días. Además, se recomendó no cargar pesos o realizar movimientos de fuerza con esa extremidad durante 15 días. No se presentaron complicaciones posquirúrgicas, excepto una pequeña necrosis superficial en el vértice del segundo colgajo. No obstante, se obtuvo un resultado tanto estético como funcional muy satisfactorio a los 3 meses (fig. 1E).
DiscusiónEl «reading man» se fundamenta sobre el desarrollo de una z-plastia asimétrica (fig. 2). La línea central, tangencial al defecto y perpendicular a la línea de baja tensión cutánea, debe tener una longitud un 50% superior al diámetro del defecto (línea negra). En el extremo alejado se diseña una línea formando un ángulo de 60° de longitud igual al diámetro del defecto (línea roja) y en el extremo proximal al defecto, otra línea de trazado opuesto a la anterior, formando un ángulo de 45° de igual longitud (línea verde). Posteriormente, se realiza una doble transposición mediante la cual se cubre el defecto tumoral con el colgajo inicial de morfología cuadrangular (F1) y, a su vez, se cubre el defecto dejado por el primer colgajo con la transposición del segundo colgajo de morfología triangular (F2).
En la literatura indexada hemos encontrado 14 artículos que reúnen un total de 147 casos publicados. La principal localización en la que se ha usado esta plastia es en la cara, en concreto en la región malar2,3, seguida del tronco. En esta última localización, el colgajo del lector se ha utilizado principalmente para la cobertura de defectos grandes tras intervenciones de mielomeningoceles4 o úlceras por presión5. En estas situaciones es una alternativa muy útil frente a los colgajos miocutáneos o de perforantes. Sin embargo, no hemos encontrado ninguna publicación que resalte las ventajas de esta plastia en localizaciones de flexoextensión como la de nuestro paciente.
La tasa de complicaciones referida es realmente baja. Existen casos residuales descritos de dehiscencias leves y casos de orejas de perro y efecto trampilla transitorio debidos principalmente a un diseño demasiado ampliado de la primera plastia6. Destaca, además, un caso de necrosis distal parcial en el vértice de la segunda plastia4. Estas complicaciones parecen ser más habituales en los casos de utilización extrafacial7.
Se ha comparado esta plastia en modelos artificiales de piel humana con otros colgajos de transposición como el Limberg o el bilobulado y ha demostrado menor tensión de sutura, menor extirpación de piel sana y más longitud de cicatriz respecto al Limberg pero con un área cicatricial similar1,8.
La reconstrucción de los defectos de cobertura sobre áreas periarticulares constituye un reto terapéutico, siendo los colgajos más utilizados los colgajos de transposición, sobre todo colgajos bilobulados o colgajo de Limberg, ya que permiten bajar la tensión de cierre respecto a otro tipo de reconstrucciones. Existe una publicación con buenos resultados del colgajo tipo Keystone en estas áreas9; sin embargo, la mayoría de los pacientes eran más jóvenes y con una piel mucho menos atrófica que la de nuestro paciente. Otras opciones, como los injertos de piel total, presentan el inconveniente del riesgo de contractura posterior del injerto y por tanto una mayor probabilidad de limitaciones funcionales.
En resumen, el colgajo del lector es una plastia segura, de relativa fácil realización y cuya principal cualidad reside en que garantiza un cierre con tensión baja. De esta forma presenta un riesgo menor de necrosis, dehiscencia y mala cicatrización, una menor distorsión y tracción de tejidos adyacentes, y una extirpación menor de piel sana10.
ConclusiónPese a que inicialmente el colgajo del lector fue descrito para la cobertura de defectos circulares de mejilla, siendo una buena opción en esa localización, creemos que dadas las ventajas mencionadas que aporta respecto a otras plastias locales, puede ser una opción especialmente útil en zonas sometidas a alta tensión como los grandes defectos de tronco o como lo constituyen las áreas corporales que soportan movimientos de flexoextensión, como la muñeca en el caso de nuestro paciente. Especialmente en estas zonas sometidasa flexoextensión, otras opciones reconstructivas como los injertos, o las plastias tipo Limberg, pueden generar más tracción y un riesgo mayor de déficit funcional.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.