Una mujer de 66 años durante el transcurso de un ingreso hospitalario por una enfermedad de causa tromboembólica, recibió una dosis de carboximaltosa de hierro por vía intravenosa administrada en la vena cefálica del antebrazo, por tener un nivel bajo de hemoglobina. Días después, en su domicilio, observó la aparición de la mácula hiperpigmentada mostrada en la imagen (fig. 1A) en la vecindad del lugar donde se había realizado la inyección del compuesto previamente mencionado, que no se acompañaba de otra sintomatología acompañante. Tras varias semanas, la paciente acudió a las consultas externas de Dermatología para valoración.
Se realizó una biopsia cutánea en sacabocados cuyo estudio histológico mostró la existencia de una elastosis en la dermis papilar y una inflamación crónica discreta con la presencia intersticial de macrófagos pigmentados, tipo hemosiderófagos, en todo el espesor dérmico resaltados mediante la tinción de Perls (fig. 1B).
Con la correlación clínico-patológica, se estableció el diagnóstico de siderosis cutánea, secundaria a la extravasación del compuesto de hierro intravenoso.