En este número de la revista se publica el primer trabajo realizado a partir de los datos recogidos en el registro español de cirugía de Mohs (REGEMOHS) (REF). REGEMOHS es un proyecto ambicioso e interesante financiado y coordinado desde la Fundación de la Academia Española de Dermatología y Venereología que pretende recoger datos válidos para conocer y compartir con la comunidad científica la experiencia que hay de este tipo de cirugía en España.
En este estudio se hace una primera presentación de los datos recogidos sobre una muestra de 655 pacientes durante un periodo de 15 meses. Indudablemente, la primera lectura de este dato subraya el potencial que puede haber en nuestro país si se consiguen coordinar grupos que quieran compartir datos y trabajar en equipo. La recogida de datos es ardua y fastidiosa y no gusta a nadie, pero la posibilidad de trabajar y analizarlos cuando se obtienen tamaños de muestra elevados permite obtener conclusiones impensables en estudios basados en series de pacientes recogidas en un único servicio. Este esfuerzo no debe menoscabar la posibilidad de seguir trabajando e investigando cada centro o especialista en el área que le interese, puesto que gracias esos grupos de «francotiradores» se han conseguido trabajos de gran relevancia. Muy al contrario, ayuda a reconocer un aspecto característico de nuestra especialidad que, si bien no debe ser despreciado, no debe ocultar la necesidad de realizar investigación clínica en equipo. Este aspecto no es otro que el gusto por el caso clínico aislado del que, probablemente con excesiva frecuencia, se extraen conclusiones dogmáticas. Junto a este gusto por el diagnóstico clínico, el dermatólogo o al menos los servicios de dermatología docentes, deberían potenciar el trabajo de hormiga obrera que representa la recogida de datos para luego recolectar los frutos con el contraste de hipótesis sobre los datos recogidos, que de otra manera nunca habrían podido conocerse. Este grupo es una buena muestra de esta otra cara del trabajo médico.
Además de los datos presentados, los autores hacen un llamamiento a todos los demás grupos que realizan cirugía de Mohs y que no se han animado a la inclusión de sus casos en el registro, a unirse en este proyecto abierto a la entrada de nuevos participantes.
Todavía queda muy lejos el ejemplo australiano que recoge más de 10.000 pacientes, pero es un excelente paso para mostrar a los compañeros el camino a seguir. De acuerdo con la comparación con lo publicado a partir de otros registros similares, se observa que las indicaciones de la cirugía de Mohs y las características de los pacientes y los tumores tratados son muy similares. Este detalle resalta cómo los protocolos de trabajo están basados en evidencias científicas recogidas en la literatura.
Creo que este proyecto debe animar a otros similares que ya existen en nuestro país a seguir y estimular el lanzamiento de otros diferentes que puedan mejorar la calidad científica de la investigación dermatológica española.