El cuero cabelludo es una localización relativamente frecuente de tumores cutáneos. La escasa distensibilidad cutánea y el daño actínico frecuente suponen una limitación para la reconstrucción, sobre todo en defectos de mediano-gran tamaño. Entre los colgajos más empleados se encuentra el doble colgajo en hacha, que constituye una buena opción, ofreciendo resultados estéticos excelentes.
Presentamos el caso de una paciente de 62 años, hipertensa y con diabetes mellitus. Fue remitida a nuestras consultas por presentar un carcinoma basocelular de 3,4×3,5cm a nivel parietal derecho (fig. 1a). Tras confirmación histológica mediante biopsia se programó para exéresis bajo anestesia local y sedación.
El defecto quirúrgico resultante medía aproximadamente 4,2×5,7cm y en profundidad respetaba el periostio. Se diseñó un colgajo en hacha bilateral (fig. 1b). La longitud de cada colgajo fue 1,5 veces el diámetro del defecto y el pedículo un tercio la longitud del colgajo. La disección se realizó a nivel subgaleal (fig. 1c), con posterior cierre por planos y colocación de un drenaje a nivel posterior, el cual se retiró al día siguiente (fig. 2a). Durante la evolución se obtuvo un resultado estético óptimo, con mínima cicatriz residual, sin datos de recidiva al año de seguimiento (fig. 2b).
La localización de tumores en cuero cabelludo no es un hallazgo infrecuente, tratándose en algunos casos de lesiones de gran tamaño, que requerirán la realización de técnicas quirúrgicas laboriosas.
Entre las opciones reconstructivas1,2 se incluye el cierre por segunda intención, que es posible cuando se conserva el periostio. Constituye una opción aceptable en defectos de pequeño tamaño y en pacientes de edad avanzada o con comorbilidades, aunque supone un tiempo de cicatrización prolongado, ocasionando una zona deprimida y alopécica. Otra posibilidad son los injertos, con los que se obtiene un resultado estético generalmente de peor calidad con respecto a las plastias, así como la alopecia de dicha área.
En cuanto a los colgajos, disponemos de distintas opciones. Los colgajos de avance, rotación y transposición suelen ser una buena opción en aquellos defectos que supongan modificaciones anatómicas especiales. Concretamente son menos empleadas las plastias de avance y transposición, aunque pueden considerarse como opción reconstructiva en función del tamaño del defecto y la localización. Los colgajos de rotación y los mixtos de rotación-avance son los más aplicables debido a la convexidad anatómica, entre los que se incluye el colgajo en hacha bilateral, así como el colgajo O-Z, que es muy empleado para reconstrucción de defectos en cuero cabelludo.
Los colgajos libres vascularizados suponen mayor complejidad técnica, requiriendo además hospitalización y mayores costes a corto-medio plazo.
Cabe destacar que cuando el defecto incluye el periostio, dejando la calota, o incluso el diploe, expuestos, las únicas posibilidades reconstructivas recogen la realización de plastias a nivel local o colgajos libres vascularizados, ya que un injerto en esa situación no tendría lecho para nutrirse y prender, llevando a su pérdida.
El doble colgajo en hacha, descrito inicialmente por Emmet en 1977, supone una opción especialmente útil para la reconstrucción de defectos de pequeño-moderado tamaño en cuero cabelludo1,3. Se trata de una plastia triangular con aporte vascular aleatorizado, que permite un doble movimiento, de rotación-avance, favorecido por una descarga en la base, lo cual permite el cierre de defectos de mayor diámetro3. Este procedimiento se lleva a cabo en un solo tiempo quirúrgico, de forma ambulatoria y bajo anestesia local, salvo en defectos de gran tamaño que pueden requerir sedación y una breve hospitalización3.
En cuanto al diseño del colgajo, tras la exéresis de la lesión de forma circunferencial se toma como referencia el diámetro del defecto, la longitud del colgajo será 1,5 veces el diámetro del defecto y el pedículo vascular al menos un tercio la longitud del colgajo. La disección se realiza a nivel subgaleal, lo que permite un menor sangrado, conservando la vascularización supragaleal. El inconveniente de este plano de disección es la menor elasticidad del tejido, obligando a un despegamiento de mayor amplitud, que permita mayor movilidad de la plastia, con el objetivo de distribuir la tensión de la herida quirúrgica, previniendo así la aparición de ciertas complicaciones, como la dehiscencia. Por último se realiza un cierre por planos, con sutura en V-Y.
Durante el control postoperatorio inmediato se requiere la realización de curas periódicas con seguimiento evolutivo estrecho.
El colgajo en hacha bilateral permite obtener resultados estéticos excelentes, al aportar un tejido de similares características en cuanto a conservación del cabello, textura y grosor3, con rápida curación y mínima cicatriz y comorbilidad. Como posibles complicaciones se encuentran la necrosis, la dehiscencia o la formación de cicatrices hipertróficas1,2,4,5.
Por todos estos motivos, el colgajo en doble hacha es una de las mejores técnicas en cuanto a simplicidad del diseño, rapidez de ejecución, necesidad de mínimos cuidados durante el postoperatorio y excelentes resultados a medio-largo plazo5.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.