Las manifestaciones cutáneas relacionadas con la infección por el síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 (SARS-CoV-2, del inglés: Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2) se han descrito desde la comunicación de los primeros casos en China1 y la publicación de varias series como la italiana por Recalcati2 o Galván-Casas et al.3 en nuestro país. Una de las clasificaciones sugeridas para estas lesiones es la propuesta por Marzano et al. en 6 subgrupos: erupciones urticariales, exantemas maculopapulares/morbiliformes, exantemas papulovesiculares, lesiones acrales o acro-isquémicas, lesiones livedoides o lesiones purpúricas/vasculíticas4. Se describe a continuación un caso de erupción papuloescamosa que recuerda clínica e histológicamente a una psoriasis guttata en una paciente afecta de Coronavirus Disease 2019 (COVID-19).
Una mujer de 39 años, sin antecedentes personales de interés y con un tío paterno afecto de psoriasis, fue remitida desde ugencias a nuestro servicio por unas lesiones pruriginosas, acompañadas de fiebre de hasta 38,5°C, odinofagia y malestar general. Las lesiones cutáneas habían comenzado 2 semanas antes, inicialmente en los brazos para extenderse posteriormente al tronco, los miembros inferiores, la cara y el cuero cabelludo. Consistían en unas pápulas eritematosas milimétricas, con una descamación superficial, confluentes en algunas zonas, que en el cuero cabelludo se acompañaban de una hiperqueratosis importante (figs. 1 y 2). El estudio histológico de una de las lesiones mostró una epidermis acantósica de tipo psoriasiforme irregular, con hiperqueratosis y paraqueratosis. Se advertían agregados de neutrófilos entre las láminas de queratina, junto con focos de exudado. En la dermis, se identificó la presencia de un infiltrado inflamatorio mononuclear perivascular superficial y medio. Estos hallazgos fueron compatibles con una dermatitis psoriasiforme similar a una psoriasis guttata (fig. 3). El resultado de RT-PCR fue positivo para SARS-CoV-2 y en la analítica inicial no se observaron alteraciones. Los anticuerpos antiesptreptolisina O (ASLO) fueron positivos a título de 879 UI/ml a los 24 días. No se realizó, sin embargo, un cultivo de un exudado faríngeo. La paciente recibió tratamiento antibiótico oral con amoxicilina-ácido clavulánico durante 10 días, y tópico con pomada de calcipotriol y betametasona. En ese periodo se obtuvo una remisión completa de las lesiones cutáneas con una hiperpigmentación residual y la desaparición de la clínica sistémica.
La psoriasis guttata es la forma de psoriasis más frecuentemente diagnosticada en la población joven. A pesar de que el inicio de este tipo de psoriasis se ha relacionado clásicamente con la infección por un estreptococo, presente entre un 56 y un 97% de los pacientes5, también es conocida su asociación con otras infecciones agudas producidas por el virus como la varicela6 o el virus de Epstein-Barr7, entre otros. Dada la reciente aparición del SARS-CoV-2, en la actualidad únicamente se ha comunicado un caso de psoriasis guttata relacionada con la infección por este virus8. Se trataba de un varón con antecedentes personales de psoriasis vulgar que sufrió un brote con lesiones cutáneas típicas de psoriasis en gotas concomitante a la detección de SARS-CoV-2. En este caso no se detectaron ASLO. En nuestro paciente, la erupción coincidió con la infección aguda por SARS-CoV-2 y una posible coinfección por estreptococo, dada la positividad de ASLO detectada; pudiendo ser tanto el SARS-CoV-2 como el estreptococo, los posibles desencadenantes de la enfermedad cutánea.
En el contexto actual, la aparición de lesiones psoriasiformes junto a otros síntomas sugestivos como fiebre u odinofagia debe hacernos pensar y descartar una posible COVID-19.