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Vol. 98. Núm. 4.
Páginas 283-285 (mayo 2007)
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Get Back. Los Beatles dermatólogos
Get Back. The Beatles dermatologists
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J. Ferrandoa, A. Guilaberta
a Servicio de Dermatología. Hospital Clinic. Universidad de Barcelona. Barcelona. España.
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Seguro que muchos de vosotros ya habéis oído hablar de ello, escuchado nuestros discos, o incluso nos hayáis visto en directo. Sí, es cierto, todos tenemos alguna faceta artística, lúdica o deportiva más o menos desarrollada o por explotar. Muchas veces se trata de pequeños sueños o ilusiones que el tiempo puede darle a uno la oportunidad de cumplir, y que cuando se presentan, no se pueden dejar escapar. Y esto fue lo que ocurrió... y esta es nuestra pequeña historia:

Juan: ex tuno de Medicina, siempre quiso tener una guitarra eléctrica y emular las glorias de sus ídolos, The Beatles; pero los estudios, su desarrollo profesional y familiar se lo fueron impidiendo hasta que, finalmente, se encontró a un viejo amigo de correrías tunescas y montaron un grupo de música de los años sesenta. Corrían los ochenta y aquella formación se llamaba Blue Moon. ¡Hasta se compró un bajo eléctrico asegurándose así la perpetuidad del puesto! Allí conoció a Màrius, cantante y guitarrista ­aunque lo suyo de siempre habían sido los timbales­ y lo más importante: también apasionado de The Beatles. Más trabajo y un nuevo niño en la familia obligaron a Juan a abandonar definitivamente el grupo; pero esto no iba a quedar así...

Tono: en 2002 optó por el Hospital Clinic de Barcelona cuando tuvo que elegir plaza de Dermatología para su formación MIR. Mentalizado en colgar sine die la guitarra, poco imaginaba que allí encontraría a otro apasionado de The Beatles, y que ello le permitiría seguir desarrollando su música preferida, la que desde siempre había estudiado y admirado. Inevitablemente, Tono y Juan (John y Paul, en nuestra fábula) tuvieron un encuentro (guitarras en ristre) que supuso el alumbramiento de Get Back. Entonces, Paul llamó a George y el segundo ensayo también incluyó a Màrius. Irremediablemente cuajó; teníamos las dos voces principales. Tono es John y Màrius es Paul. En cuanto a los instrumentos, el ajuste es perfecto: Tono es el guitarra solista (George), Màrius toca la batería (Ringo) y Juan ­luciendo un flamante bajo Höffner­ se transmuta en Paul. Con todo y con esto, faltaba el cuarto elemento: la guitarra rítmica, y cómo no, se halló en Internet. Un mensaje «en una botella» que desde hacía dos años iba a la deriva por la red de redes, y en el que se expresaba un deseo retórico por formar parte de un grupo «Beatle», llegó a nosotros. Y así apareció en escena Josema (antiguo componente de Los Flamingos) con una guitarra Rickenbaker al hombro, como la que lucía John en la primera época de la banda (1962-1966).

Como The Beatles, nuestro primer nombre no fue el actual y definitivo Get Back, sino ­y como consecuencia de un divertido malentendido telefónico­ «4 som4». Al igual que John bautizó a los cuatro fabulosos de Liverpool, Juan dio nombre al cuarteto de Barcelona. Del mismo modo que The Beatles tuvieron su lugar de ensayo y conciertos iniciales en The Cavern, nosotros también dimos nuestros primeros pasos en un local en un barrio marginal llamado La Rulot, a las afueras de Barcelona (2003-2004). Luego siguieron fiestas privadas, conciertos en congresos (La piel un enigma, European Hair Research Society, Reunión Clínica Internacional de Barcelona), «bolos» de verano: Canyelles, Café Belgrado en St. Cugat, recitales memorables en las populares discotecas Luz de Gas y Sutton de Barcelona donde artistas consumados como Santi Carulla (Mustangs) han actuado con nosotros, en lugares tan emblemáticos como El Forum de las Naciones de Barcelona (Centenario del Hospital Clínico) o El Círculo de Bellas Artes de Madrid (Congreso Nacional de Dermatología), y recientemente la Guru Disco en Valencia en el Congreso de la SemFyc (¡Con el grupo Seguridad Social de teloneros!).

¿Cómo se «montan» las canciones? Pues tan simple como esto: desmenuzarlas, hacerles realmente la anatomía patológica, instrumento por instrumento, voz a voz, y a montarlas de nuevo buscando todos los matices instrumentales, los timbres de voz apropiados, los empastes sonoros adecuados, y si todo ello cristaliza ¡adelante con ellas! Sorprendentemente, canciones que pudieran parecer fáciles de versionar a priori se tornan imposibles; mientras que otras que en un primer contacto parecen difíciles, se nos dan bien a la postre. De todo ello, lógicamente, nos quedamos con los temas que se ajustan más a nuestra horma musical. En el estudio, es otro cantar. A la base musical del «directo» se le añaden efectos musicales, complementos ad hoc: teclados, samplers o distorsión de guitarras para la segunda época; o bien palmas y algún cencerro en algunos temas de la primera etapa, elementos a los que The Beatles eran, por cierto, muy proclives. De todos modos, hemos de confesar que lo nuestro es el poderío y el ímpetu del directo, con todo el feeling participativo que se genera y que compromete tanto al público como a nosotros.

Un par de trabajos discográficos avalan nuestro proyecto. Como The Beatles, tenemos un disco rojo y un disco azul. El disco azul Get Back en Concierto es un trabajo en vivo terminado en estudio (La Rulot, 2004). El disco rojo Bringing Back The Beatles (2006) es un disco enteramente concebido en estudio en el MG57 Estudi de Manu Guix (Operación Triunfo, Grease). Ambos CD aglutinan canciones de la primera y segunda épocas, y se pueden adquirir en Barcelona en Discos Castelló y en El Corte Inglés de Diagonal. Nuestra web, www.get-back.com, permite escuchar algunos de los temas, además de proporcionar imágenes de los conciertos, repertorio, noticias, etc.

Somos conscientes de que nuestra meta no es sino un imposible (es decir, sonar «igual, igual» que ellos) y precisamente esto es lo que nos mantiene en forma para superarnos e intentar trasmitir la magia y el poder de aquellas envolventes canciones que aún hoy nos erizan la piel y que nos trasportan a un pasado imborrable, glorioso y rejuvenecedor, referente de entrañables recuerdos, de una época con sello propio que hasta los mas jóvenes de hoy en día respetan contagiados de su imperecedero encanto.

La música de John, Paul, George y Ringo realmente ha traspasado la barrera del tiempo y es venerada aún en la actualidad por todas las generaciones, culturas y civilizaciones.

En sus discos pueden encontrarse verdaderas joyas de todos los estilos musicales. Nuestro propósito no sólo es interpretar (lo más parecido posible) sus canciones más famosas (sus hits), sino dar a conocer esas piezas únicas, más desconocidas, que al igual que las buenas cervezas deben tomarse varias veces para que uno pueda imbuirse plenamente de su seductor aroma. Como dirían ellos...Hello, Goodbye.

Transcribo a continuación el texto de Luis Picabia, crítico musical, creador y redactor del Diario Pop y de la revista Actual acerca de nuestro disco:

Get back: con fuerza desde la primera a la última nota

El «Oh Yeah, Ah...» con que Get Back da comienzo a la primera canción de su nuevo álbum es toda una declaración de intenciones y de principios. Es un grito de guerra, un aviso de que no sólo empiezan con fuerza, sino de que van a seguir así todo el disco, todos los conciertos y todos los CD que graben después. Es, además, una advertencia para que aquellos que no entienden el maridaje sinérgico entre sensibilidad y vibraciones eléctricas se den cuenta de una vez por todas de que Los Beatles lo consiguieron en los sesenta. Y con tanta intensidad que su espíritu continúa con igual o mayor potencia.

Esa forma de empezar Bringing Back The Beatles, el disco de Get Back, y que es un tributo especial a los cuatro fabulosos de Liverpool, nos indica el respeto, la coherencia, el cariño, el rigor y la profesionalidad con que la banda ha tratado la herencia beat. Joan, Tono, Màrius y Josema han superado con creces la encomiable y difícil tarea de mantener viva la llama de ese legado sin caer en caricaturas o clónicas revisiones.

Y el mérito es mayor si nos fijamos en que, al contrario de lo que sucede en Inglaterra o EE.UU. donde entre Administración, artistas y público, se mantiene a los ídolos en sólidos pedestales, en España no se suele recordar, menos reconocer y aún menos apoyar a quienes han hecho tanto por la música moderna. Los británicos se vuelcan en comprar discos, acudir a conciertos y colaborar desde las instituciones con bandas que interpretan y reinterpretan a Beatles, Stones, Kinks o Led Zeppelin con calidad y respeto.

A la altura de los que mejor lo hacen se encuentran los catalanes Get Back. Un cuarteto que ha editado un disco magnífico a base del tiempo y el esfuerzo robados a su descanso semanal, porque todos trabajan en profesiones de escasa o quizá no tan escasa (¿No vibra la piel con la música emocionante?) relación con la música.

Demuestran ser buenos músicos además de amar a Los Beatles, su sonido y sus canciones. Las versiones que contiene el disco están muy cerca de las primigenias pero hay un barniz, un toque personal y moderno que les da impronta especial. Recrean la esencia, van a la almendra de los temas como en «Julia», «Baby It's You» o «Norwegian Wood» pero sin hacer simples imitaciones. Como tampoco las hacían Los Beatles de las canciones de Chuck Berry o de Eddie Cochran, de los que, por cierto, Get Back también eligen alguna como la famosa «Rock & Roll Music» para demostrar su buen gusto y la fuerza de su pasión por Los Beatles que apuran desde la primera a la última nota.

GET BACK, próximo concierto: sala Luz de Gas, Barcelona, 10 de julio, 22 horas.

Comentario

La música

Como en el cine, cada uno de nosotros es propietario de una banda sonora que acompaña la película de nuestras vidas. Las notas de este pentagrama imposible ­virtuales, inadvertidas, invisibles, sinestésicas­ componen melodías de sabores ácidos, dulces, amargos, excitantes, relajantes, misericordiosos o terribles, que colorean de intensidad las emociones y los sentimientos. Sus notas (corcheas, blancas, negras, semicorcheas) pueden ser tan sencillas como el ruido del tren que se alejó de una infancia, o tan complejas como la voz de una madre autoritaria; tan repetitivas como el taconeo sensual de una novia infiel, o tan colosales como el bramido de una bomba que estalló muy cerca; tan suaves como las carcajadas de un hijo, o tan relajantes como el golpear de las olas de un mar complaciente.

La banda sonora de la vida de Joan Ferrando nació en el siglo xx, en la década a caballo entre los sesenta y los setenta. Creció en su interior, y como un alien benigno se quedó para siempre. Hablo de su afición a la guitarra y a Los Beatles, que cultiva con virtuosismo académico junto a sus compañeros de grupo. Hablo de su último disco, Get Back. Cuando suena, estos nuevos juglares del siglo xxi nos envuelven en una oleada de ausencias recobradas, en una marejada de nostalgias, en una orgía de efervescencia rítmica. Se respira de pronto un aire de hace años que, paradójicamente, resulta tan fresco como recién fabricado.

Y es que al final, el río heraclitano donde nos sumergimos una y otra vez, es siempre el mismo aunque las aguas sean diferentes.

¡Oh, yeaaa! ¿Será verdad que los viejos rockeros nunca mueren?

A. Guerra Tapia

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