En España, la incidencia del carcinoma basocelular se estima en 253,23 (IC 95%: 273,01-269,45)/100.000 personas/año y la incidencia del carcinoma espinocelular cutáneo en 38,16 (IC 95%: 31,72-39,97)/100.000 personas/año1. Las tiazidas son un grupo de diuréticos muy utilizado en España, con una aprobación en la ficha técnica para el tratamiento de la hipertensión arterial; el edema asociado a una insuficiencia cardiaca, renal o hepática; la diabetes insípida y la hipercalciuria idiopática.
Recientemente, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) ha realizado unas recomendaciones basadas en un informe realizado por el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC). Este informe evalúa los riegos de la hidroclorotiazida (la tiazida más utilizada), tras la publicación de 2 estudios epidemiológicos realizados en Dinamarca llevados a cabo con los datos procedentes de bases de datos nacionales. En ellos se mostraba una asociación entre la administración de este diurético y un incremento de riesgo de cáncer cutáneo no melanocítico2–4. En estos estudios, los pacientes expuestos a hidroclorotiazida, con una dosis acumulada de 50.000mg o superior tenían un riesgo de desarrollar un carcinoma basocelular 1,3 veces superior, y un riesgo de desarrollar un carcinoma espinocelular cutáneo 3,9 veces al de la población de referencia (población no expuesta o expuesta a dosis menores). Este riesgo aumentaba en pacientes con dosis acumuladas superiores a 200.000mg a 1,54 y 7,382–4. Estos datos son muy relevantes dado que los tratamientos antihipertensivos, que corresponden a la indicación principal de hidroclorotiazida en estos pacientes, suelen ser continuos y se mantienen durante muchos años, lo que aumenta la posibilidad de alcanzar la dosis acumulada del medicamento que se ha relacionado con un riesgo mayor2.
Se ha propuesto que el mecanismo biológico plausible que podría explicar este aumento de riesgo sería la actividad fotosensibilizante de las tiazidas, que aumentaría la posibilidad de daño actínico. Cabe destacar que no se ha observado un incremento en el riesgo de desarrollo de melanoma5.
En base a las recomendaciones de la AEMPS, podría ser relevante que los pacientes que requieren un tratamiento con hidroclorotiazida sean identificados por su riesgo de desarrollar un cáncer de piel no melanocítico para sugerir la necesidad de recomendar alternativas a la hidroclorotiazida e informar de las medidas adecuadas de fotoprotección solar. Así mismo, será importante identificar y notificar nuevos casos de cáncer de piel no melanocítico que puedan estar relacionados con el uso de hidroclorotiazida.