«El vigor de una sociedad aumenta con el número de individuos incómodos que la forman.» Frase atribuida a Jean-Paul Marat, médico suizo que sufría dermatitis (quizás dermatitis herpetiforme), lo que le obligaba, para aliviar el prurito, a permanecer mucho tiempo en el baño, donde fue asesinado. Durante la Revolución Francesa se erigió en líder y portavoz de los pobres y débiles. Como éstos avanzaban más rápido que él, para poder seguirles el paso se vio obligado a crear muchas frases célebres.
El hombre, en otros aspectos creativo, tiende a la reiteración en su forma de relacionarse socialmente. De hecho, parece repetir los mismos esquemas en el espacio, el tiempo y en grupos cada vez menores, como si fuese un fractal (fig. 1). Os proponemos una reflexión sobre la estructura social de la Dermatología, sugiriendo que, como diversión, intentéis leer este trabajo buscando similitudes en vuestro entorno.
En la Edad Media el modelo de organización social era el feudal1. El señor feudal basaba su poder en los vínculos de vasallaje, y sus preocupaciones principales eran la posesión de la tierra y su defensa. La sociedad estaba formada por nobles, religiosos, sus respectivos vasallos y pocos ciudadanos libres que se concentraban en las ciudades. Era una sociedad estática: cada individuo permanecía en su clase social y habitualmente en su zona. En esta época no se separaba el rol social de la identidad personal, por lo que no se daba valor a la originalidad, sino a la aceptación del statu quo. El poder político era algo intrínseco a cada persona, permanente.
Su traducción en grupos pequeños sería la del jefe autoritario, que centraliza el poder y lidera el grupo. La autoridad del jefe, y los beneficios que el cargo conlleva, dependen de que sea capaz de mantener la situación. Cuando surgen conflictos su posición es más fácil de defender, al encontrarse rodeado de iguales, todos ellos sin poder. En este contexto un experto como Maquiavelo recomendaba favorecer las intrigas entre los iguales, para evitar su confabulación contra el señor, así como hacerlos depender económica y socialmente de éste. Es una estructura social que responde a una utilidad defensiva y que lleva asociada una asignación territorial.
Edad Moderna-ContemporáneaLa transición de la Edad Media a la Edad Moderna se produjo, entre otros factores, por el desarrollo del comercio y el ascenso de la burguesía. Inicialmente aparecieron reyes absolutos que limitaron el poder a los nobles haciendo, de paso, que desparecieran sus hostilidades. Esto originó un marcado desarrollo económico y social. Obligó también a que los señores se uniesen a la corte y se viesen forzados a adoptar modos más civilizados, en los que la negociación y la comprensión de las intenciones y deseos del otro eran básicas para el crecimiento.
Posteriormente, estas cortes fueron adoptando una forma parlamentaria. Por métodos más o menos violentos el poder de los reyes se vio eliminado o reducido a un papel simbólico y moderador y aparecieron las democracias en Francia, Inglaterra y EE.UU. Fue el inicio de la Edad Contemporánea, en la que se produjo la desaparición de los privilegios estamentales y la extensión de la base social de la decisión política. Así el poder político de cada persona no era algo intrínseco y propio, sino fruto de la delegación del poder en los demás.
La traducción en grupos pequeños de este proceso de difusión del poder sería la de grupos de iguales en los que la estructura jerárquica está más repartida, con delegación de las funciones en subjefes. Este modelo de organización hace difícil mantener la posición del jefe en situaciones de inestabilidad, bien originada en el grupo, bien en el exterior. Es una estructura más favorable a la colaboración y a la apertura a los grupos próximos.
En la región mediterránea, y en España, la incorporación a los cambios de la Edad Contemporánea se realizó tardíamente. Quizás ésta sea una de las causas de que se adoptase más intensamente como ideal de vida el modelo de comportamiento de la nobleza. Así el desapego por el trabajo, o el rechazo de la puntualidad como muestra de libertad y despreocupación, adquirieron una connotación positiva.
Estructura social de la DermatologíaTodos podemos hallar en nuestro entorno ejemplos de ambos tipos de organización y divertirnos encontrando paralelismos históricos. Cualquiera de las formas de organización tiene sus ventajas e inconvenientes: ¿desde cuál es más fácil defenderse de las pretensiones de nuestros empleadores? ¿Cuál preferirías siendo jefe?, ¿y subordinado? En cualquier caso es sorprendente la facilidad con la que podemos encontrar similitudes entre la estructura social de nuestro entorno y la sociedad medieval.
Estructura social de otras especialidadesNo todas las especialidades tienen una estructura semejante. Probablemente sean muchos los factores que han influido en esto. La estructura de la universidad procede de la Edad Media, y en cierta medida la refleja. Por ello nos parece muy probable que especialidades como la Dermatología, que crecieron a la sombra de la universidad, tengan una organización más jerárquica que otras especialidades que crecieron ligadas al Sistema Nacional de Salud.
Los conflictos dentro de la Dermatología bajo esta ópticaA gran escala, las disputas suelen deberse a cuestiones territoriales o a luchas para alcanzar el poder. En estos temas el modelo feudal es más proclive al conflicto, porque la disputa territorial es más marcada, y es difícil alcanzar el poder mediante el consenso.
A menor escala, los motivos que generan inestabilidad son parecidos. En la práctica los jefes del grupo suelen plantearse dos problemas en su función. Uno de ellos es si captar a miembros brillantes para el grupo y estimular su crecimiento o preferir favorecer la lealtad y la sumisión. Otra decisión significativa es si favorecer el que los miembros del grupo expresen su opinión o acallar las voces discordantes. La respuesta a estas preguntas suele depender del tipo de modelo social que se adopte2.
Todos desempeñamos roles de un modelo u otro, según la circunstancia. Pero la sociedad moderna y contemporánea ha sido más fructífera, conllevando un mayor avance. En nuestro entorno están presentes las fuerzas que indujeron el cambio de la Edad Media a las sociedades actuales: el aumento de la burguesía y del comercio dermatológicos, el incremento del número de hombres libres (emigrados, independientes, con pérdida de los vínculos de vasallaje) y una mayor facilidad para encontrar trabajo. Existen también signos que remedan los cambios a la Edad Moderna: los jefes locales han ido perdiendo poder, que se ha trasladado fuera de su entorno a estructuras superiores poco accesibles, políticas, dejándoles un papel mínimo en la corte.
Pero el cambio principal está pendiente: la desaparición de los privilegios estamentales y el aumento de la base social del poder. El mantener formas medievales tiene varios inconvenientes. Primero, genera conflictos territoriales y de poder estériles. Por otra parte, atendiendo al paralelismo histórico, la verdadera lucha actual es la que se establece entre las monarquías absolutas (los nuevos poderes que actúan sobre los dermatólogos y sus jefes) y la burguesía emergente (el grueso de los dermatólogos). En esta situación las «clases privilegiadas» actúan como parapeto de la monarquía absoluta. Su posición hace que los enfrentamientos contra los monarcas sean vistos por parte del grupo con desagrado y escepticismo: es difícil saber si el enfrentamiento con el monarca persigue el deseable aumento del peso político de la burguesía o sólo defender los intereses de los privilegiados.
El paralelismo histórico es tan marcado que creemos que los cambios descritos son inevitables. Esperamos que esta reflexión nos permita adoptar una actitud menos escéptica frente a nuestros conflictos y favorezca la ineludible transición hacia una Dermatología socialmente contemporánea, de iguales.
AgradecimientosA Diego García Doval por sus comentarios y a José Ramón Rodríguez por la cita inicial y sus comentarios.
Conflicto de interesesDeclaramos no tener ningún conflicto de intereses.