Un varón de 20 años de edad, con antecedentes de infección por VIH bien controlada (carga viral indetectable), acudió con historia de 3meses de seis placas eritematosas, anulares y asintomáticas, con bordes elevados bien definidos y localizados en la diáfisis del pene y el escroto (fig. 1), no existiendo otras lesiones mucocutáneas. No se palparon ganglios locorregionales.
La biopsia cutánea reveló acantosis epidérmica leve e infiltrado denso, de tipo banda, compuesto de numerosas células plasmáticas, en la dermis superficial, indicativas de sífilis secundaria. El ensayo de aglutinación de partículas de Treponema pallidum y la prueba de reagina plasmática rápida (RPR) fueron reactivos, esta última a una dilución de 1:64. Las lesiones desaparecieron completamente, reduciéndose el título de RPR a 1:16 tras la administración de una dosis de 2,4 millones de unidades de penicilina benzatínica por vía intramuscular.
Las lesiones anulares constituyen una presentación inusual de sífilis secundaria, solitaria o múltiple, pudiendo fluctuar entre máculas, lesiones levemente elevadas y placas verrugosas. A menudo comprometen el cuero cabelludo, la cara (es decir, los pliegues nasolabiales y el ángulo de la boca), las palmas, las plantas o la región genital. Sin embargo, se han descrito pocos casos de sífilis anular ubicada exclusivamente en la zona genital, debiendo distinguirse de otras entidades tales como granuloma anular, psoriasis anular, liquen plano anular y dermatofitosis. El examen histopatológico y las pruebas serológicas juegan un papel importante en la distinción de las diferentes entidades.