Uno de los retos que nos planteamos todos los dermatólogos es el de conseguir una correcta educación de la población en materia de fotoprotección1-3. En nuestro centro, el Hospital Universitario Infanta Sofía, realizamos desde 2009 una jornada con este objetivo dirigida a los trabajadores y usuarios. Escogimos como lema de la jornada el de: «Si cuidas tu piel, cuidas tu vida», y como imagen del cartel de la jornada, una de las obras de Sorolla pintada en 1909: Paseo a orillas del mar (fig. 1).
Joaquín Sorolla Bastida nació en Valencia en 1863 y murió en Cercedilla (Madrid) en 1923. Su éxito se hizo internacional a partir del encargo que, sobre paisajes y personajes típicos de distintas regiones españolas, le hizo la Hispanic Society of America de Nueva York. Muchos de sus modelos fueron miembros de su propia familia: su mujer, sus hijos y su suegro4-5.
Su obra ha sido etiquetado de formas diferentes según distintos autores. Para unos es claramente impresionista, postimpresionista para otros y luminista para el resto. De lo que no cabe duda es de que, aunque sus primeras obras no lo hicieran presagiar, fue un auténtico maestro de la luz6-8.
El análisis de su obra puede aportarnos datos sobre las costumbres que con respecto a la protección solar tenía la población española del tiempo en el que le tocó vivir.
ObjetivoEl objetivo del presente trabajo es analizar los elementos relacionados con la protección solar que podemos encontrar en la obra pictórica de Sorolla.
Material y métodosRevisión iconográfica y bibliográfica de las pinturas, relacionadas con el tema objeto de estudio, realizadas por Joaquín Sorolla y Bastida.
ResultadosSorolla pintó sus escenas en varias de las playas más concurridas de su época: las de la Malvarrosa y el Cabañal de Valencia, las de Jávea, la Caleta de Málaga, las de San Sebastián, de Zarauz y de Biarritz.
En su obra pinta personas que corresponden a diferentes clases sociales, sexos y edades.
Cuando en los cuadros aparecen niñas —El baño en Jávea (1905) (fig. 2), Las dos hermanas (1909) o Niña en la playa (1910)—, las más mayores llevan un vestido largo de manga corta, mientras que las más pequeñas aparecen desnudas. En ninguno de los tres cuadros se cubren la cabeza.
En las obras en las que los niños son los protagonistas —Triste herencia (1899)9, El bote blanco (1905), El balandrito (1909) o Niños en la playa (1910) (fig. 3)—, estos aparecen desnudos y tampoco llevan cubierta la cabeza.
Estas diferencias se mantienen en aquellos cuadros en los que vemos niños de ambos sexos: Niños en la orilla del mar (1903), Idilio en el mar y Corriendo por la playa (1908) o Niños en la playa (1910).
Si nos fijamos en el estatus social de los retratados, vemos que en aquellas escenas en las que aparecen trabajadores, habitualmente pescadores, varones adultos, como en Pescadores valencianos (1895) o El pescador (1904) (fig. 4), los retratados pueden llevar camisa o no, pero cubren su cabeza con un amplio sombrero.
Sin embargo, en aquellas en las que las protagonistas son mujeres adultas trabajadoras, también pescadoras, como en Las tres velas (1903), Pescadora con su hijo (1908) y Pescadoras valencianas (1915) (fig. 5), se cubren adecuadamente con la ropa de diario, y aunque hay una tendencia a no cubrirse la cabeza, también podemos ver algunas figuras que protegen su cabeza con grandes pañuelos.
Cuando las imágenes pertenecen a las clases sociales más favorecidas que veranean en las playas valencianas —Después del baño (1902), Clotilde en la playa (1904) o Paseo a la orilla del mar, Elena en la playa, Antonio García en la playa, de 1909—, en la playa de Zarauz —Bajo el toldo, playa de Zarauz (1905 y 1910) (fig. 6), Sobre la arena (1910)—, en la playa de San Sebastián —Bajo los toldos (1906)— o en la playa de Biarritz —Instantánea de Biarritz, María en la playa de Biarritz o Contraluz, En la playa de Biarritz, Clotilde bajo el toldo, Elena en la playa, Biarritz, Bajamar, Elena en Biarritz, En la playa de Biarritz o Figura en blanco, todas de 1906—, se aprecia que tanto hombres como mujeres llevan la cabeza tapada con sombrero, portando las mujeres en muchas ocasiones velos para tapar la cara y sombrillas de mano. El vestido de las mujeres es largo y generalmente con manga completa, y el de los varones es el traje de chaqueta blanco10.
ConclusionesSorolla muestra en su obra algunas diferencias en los hábitos que sobre una protección solar adecuada tenían los distintos miembros de la sociedad de su tiempo: las niñas se protegen más que los niños, y los miembros de las clases sociales altas tienden a protegerse mejor que los trabajadores de la época.