La dermatitis seborreica (DS) es una enfermedad inflamatoria cutánea crónica, recurrente y frecuente1. Su patogenia se podría explicar por la colonización por Malassezia spp, la presencia lipídica en la superficie cutánea y la susceptibilidad individual. Presenta una prevalencia del 3% y es más frecuente en varones1. En la práctica clínica hay casos de DS moderada-grave que no responden, o lo hacen de forma incompleta, a una gran variedad de tratamientos: antifúngicos orales o tópicos, corticoides tópicos, retinoides tópicos o bien jabón que contenga ácido salicílico1–4. Este carácter recurrente de la entidad supone una carga psicológica para los pacientes1. En ocasiones se opta por tratarla con isotretinoína con la que se ha descrito una buena respuesta, que podría explicarse por la inhibición en la expresión de citocinas, así como de las interleucinas producidas tanto por los queratinocitos y los sebocitos y la inactivación de los receptores toll-like tipo 21,3,5. Paralelamente, mediante una reducción en la diferenciación y proliferación de los sebocitos y la disminución de la producción del sebo, se logra una disminución del tamaño de la glándula sebácea1,3,5.
Para sintetizar los estudios más relevantes que evalúan la respuesta de la DS a la isotretinoína, King et al.3 realizaron una revisión sistemática en la que seleccionaron siete estudios que engloban 229 pacientes. Un 52% eran varones y la población estudiada tenía una media de edad de 28 años. Los estudios incluidos evaluaron dosis bajas de isotretinoína (≤0,5mg/kg/día), con un promedio de 9,2mg/día durante cuatro meses. Hubo una mejora del prurito del 81% (IC 95%: 68,5% – 95,2%) en los pacientes tratados con isotretinoína respecto al 61% (IC 95%: 53% – 76,2%) en los pacientes tratados con itraconazol (p=0,003). El 96% de los pacientes habían mostrado una mejora de la DS con la isotretinoína, presentando un 45% una respuesta completa. La tasa de recurrencia a los tres meses tras suspender el fármaco fue del 11%.
Yanfei et al.1 realizaron un estudio retrospectivo (n=48) en el que se incluyeron pacientes con DS moderada y grave tratados con isotretinoína desde enero de 2019 hasta diciembre de 2020. Este estudio incorpora dos aspectos interesantes como son la comparación de dos dosis distintas del fármaco (26 pacientes recibieron tratamiento con 20mg de isotretinoína/día y 22 recibieron 10mg/día del mismo fármaco) y la valoración objetiva de los cambios producidos en los pacientes mediante la escala de síntomas de la DS (ESDS), en la que se valoran los ítems principales de esta entidad: el eritema, la descamación y prurito, valorándose de 0 a 5, siendo 0 asintomático y 5 muy grave4. Se valoró la ESDS antes del tratamiento y a los dos meses de este. El valor absoluto de ESDS antes y después de empezar el tratamiento fue 12,91 ±1,12 vs. 2,28 ±0,37. No hubo diferencias significativas entre recibir 10 o 20mg al día. No se observaron efectos adversos (EA) graves, siendo la queilitis más frecuente.
Ambos estudios coinciden en las zonas de mayor afectación (tronco, cara y cuero cabelludo) y en que no se produjeron EA graves, siendo la queilitis el EA más frecuente.
El diseño retrospectivo de los estudios y el seguimiento corto de los pacientes son limitaciones importantes en los estudios mencionados anteriormente, sin que se pueda conocer la frecuencia de las recaídas a largo plazo.
A pesar de que actualmente no se encuentra su indicación en la ficha técnica, la isotretinoína a dosis bajas parece ser un tratamiento efectivo, tolerable y seguro para los pacientes con DS moderada y grave.
Sin embargo, consideramos necesario la realización de estudios prospectivos, aleatorizados, doble ciego, controlados con placebo y con un largo tiempo de seguimiento, que puedan valorar la respuesta de la DS a la isotretinoína, valorado distintas dosis y en distintas poblaciones.