El liquen escleroso vulvar (LEV) es una dermatosis crónica infradiagnosticada e infratratada1,2. Tiene una prevalencia estimada del 0,1 al 1,7%2, y un pico bimodal en prepúberes y mujeres posmenopáusicas. Se caracteriza por prurito y lesiones cicatriciales que dificultan el normal funcionamiento sexual y urinario1. La sobreregulación de la vía Th1 generaría un estado proinflamatorio crónico en los queratinocitos. La inactivación de genes de supresión tumoral como p53 y CDKN2A propiciaría cambios displásicos que posteriormente facilitarían el desarrollo de carcinoma escamoso vulvar (CECv)1-4. La finalidad de las diversas terapias utilizadas (corticoides e inhibidores de la calcineurina tópicos y terapia fotodinámica, entre otros) es aliviar la sintomatología, prevenir los cambios cicatriciales y evitar la transformación maligna1. Los corticoides tópicos de alta potencia son el tratamiento de elección (tabla 1)1-5. Su uso podría disminuir la transformación a CECv5, pero se desconoce si pueden reducir la recurrencia de CECv.
Tratamiento recomendado del liquen escleroso vulvar
Tratamiento recomendado | Corticoides tópicos de alta potencia como el propionato de clobetasol al 0,05%* |
Régimen recomendado | Aplicación tópica diaria durante 1 a 3meses, dependiendo de la respuesta clínica, luego a días alternos, para finalmente realizar una pauta de mantenimiento aplicándolo dos veces a la semana |
Potenciales beneficios | Disminución de la sintomatologíaReducción de los cambios estructurales asociados, como sinequias y cicatricesDisminución del desarrollo de carcinoma escamoso vulvarReducción de la recurrencia de carcinoma escamoso vulvar |
Duración del tratamiento | Indefinido |
Efectos adversos potenciales | Atrofia cutánea, telangiectasias, irritación y alteraciones de la pigmentación, ente otros efectos secundarios locales. Sin embargo, en los estudios con largo período de seguimiento no se han descrito efectos adversos graves para las pacientes |
Otras alternativas incluyen otros corticoides tópicos, como el fluorato de mometasona al 0,1%, corticoides intralesionales, inhibidores de la calcineurina tópicos, testosterona 2% tópica, progesterona 2% u 8% tópica, retinoides y ciclosporina tópica, fototerapia y terapia fotodinámica. Entre los tratamientos sistémicos se han utilizado diversos inmunosupresores, como los glucocorticoides, la ciclosporina y el metotrexato. La cirugía y el láser CO2 se reservan para el tratamiento de las complicaciones.
Además, es recomendable el uso de emolientes, ropa interior suave (de seda o similar) y evitar el roce, el rascado, el uso de jabones y el lavado frecuente con agua.
Fuente: Lee et al.5.
Chin et al.3 han publicado recientemente los resultados de un estudio de cohorte en pacientes con LEV con antecedentes de CECv o neoplasia intraepitelial vulvar diferenciada (NIVd) extirpado/a, estudiando la asociación entre la terapia indefinida con corticoides tópicos (uso diario con ajuste de dosis una vez conseguido el control de la enfermedad, definido como piel de textura normal y sin decoloración blanca) y el riesgo de recurrencia de CECv o NIVd. Se excluyeron los pacientes con CECv/NIVd asociado a virus del papiloma, los individuos sin buena adherencia al tratamiento corticoideo y a aquellos con menos de 5años de seguimiento, incluyendo un total de 11 pacientes. De estos, 8 (73%) permanecieron libres de recurrencia, con un seguimiento medio de 10,5años (rango, 5,1-16,5). Dos pacientes (18%) presentaron recidivas del CECv: uno de ellos desarrolló múltiples recurrencias de CECv, y un paciente (9%) tuvo recurrencia de su NIVd. En total, el 27% presentaron algún tipo de recurrencia, en contraposición con las tasas de recurrencia a 5años de los pacientes que no realizan tratamiento de mantenimiento, que se calculan entre el 44 y el 47% en la literatura. Solo un paciente (9%) desarrolló múltiples recaídas, un porcentaje mucho menor al descrito en otros estudios3,4 No se describieron efectos adversos significativos asociados a la terapia corticoidea tópica. Una de las limitaciones del trabajo es su pequeño tamaño muestral, aunque el largo periodo de seguimiento da robustez a sus resultados. Previamente, Lee et al.5 demostraron que el tratamiento indefinido con corticoides de alta potencia generaba mejores resultados clínicos: reducía las alteraciones anatómicas, reducía la sintomatología y podía prevenir el desarrollo de CECv, comparado con estudios previos en los que los corticoides tópicos se utilizaban solo cuando el paciente presentaba síntomas. El uso prolongado de corticoides tópicos reduciría la inflamación crónica asociada al desarrollo del CECv y podría reducir los costes sanitarios y la morbilidad.
Cada vez más facultativos optan por el tratamiento indefinido con corticoides tópicos, pero aún muchos temen los posibles efectos secundarios y deciden suspenderlo una vez controlados los síntomas1,2. Queremos remarcar la importancia de su uso crónico en los pacientes con LEV, sobre todo en aquellas con un CECv/NIVd previo, para evitar recurrencias y secuelas posquirúrgicas.