El potencial impacto del retraso en el diagnóstico y tratamiento en el pronóstico de los pacientes con melanoma cutáneo es preocupante. El 15 de marzo de 2020 se decretó el primer estado de alarma debido a la pandemia por COVID-19, condicionando la paralización de la atención médica presencial de patología no COVID-19 tanto en primaria como en especializada, y siendo sustituida por las consultas telefónicas y telemáticas de carácter preferente o urgente. El servicio de dermatología del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) dejó de atender primeras visitas del 16 de marzo al 22 de abril, pero mantuvo las interconsultas hospitalarias urgentes, interconsultas no presenciales y primeras consultas y revisiones prioritarias vía telefónica o telemática, además de quirófanos locales para la exéresis de carcinomas epidermoides y melanomas.
El objetivo de este trabajo es analizar las diferencias del espesor de Breslow de los melanomas cutáneos diagnosticados de marzo a octubre del 2020 y el mismo periodo del año 2018 y 2019 para así conocer si el cambio asistencial de atención primaria, el confinamiento y/o el miedo de la población al contagio condicionaron un retraso diagnóstico de las lesiones melanocíticas malignas.
Se trata de un estudio descriptivo retrospectivo de tipo transversal que recopila todos los casos de melanomas cutáneos primarios del CHN y del Hospital García Orcoyen (HGO), excluyendo recidivas o metástasis, que atiende a la población del área de Pamplona y Estella con una población de referencia de 545.488 habitantes1. La variable a estudio fue el espesor tumoral de Breslow analizada como variable cuantitativa continua (en milímetros) y cualitativa ordinal estableciendo 5 grupos (melanoma in situ, ≤1mm, >1-2mm, >2-4mm y >4mm). Se realizó t de Student para la comparación de medias de Breslow y χ2 de tendencia lineal para comparar el Breslow ordinal, empleando en ambas un intervalo de confianza del 95% y un valor p<0,05 estadísticamente significativo.
Se incluyeron un total de 210 melanomas: 78 (37,1%) del año 2018, 77 (36,7%) del 2019 y 55 (26,2%) del 2020. Ante la ausencia de diferencias estadísticamente significativas en el espesor de Breslow de los años 2018 y 2019 (p=0,424; p=0,245) (fig. 1), se establecieron dos grupos de comparación 2018-2019 frente al 2020. La media de Breslow del 2018-2019 fue de 1,1mm con desviación estándar (DE) 2,29, y en 2020 la media fue superior a los años previos: 2,28mm con DE 4,29, encontrándose dichas diferencias en el límite de la significación estadística (p=0,056). El principal hallazgo del estudio fue la existencia de diferencias estadísticamente significativas en el análisis del espesor de Breslow en diferentes grupos (p=0,002). Durante los años 2018-2019 el 47,1% de los melanomas diagnosticados fueron in situ; el 25,2% presentaron un Breslow ≤1mm; el 12,3% Breslow >1-2mm; el 9% Breslow >2-4mm, y, por último, el 6,5% restante un Breslow >4mm (fig. 2). En el año 2020, el 21,8% de los melanomas fueron in situ; el 30,9% presentaron un Breslow ≤1mm; el 21,8% Breslow >1-2mm, y los dos últimos subgrupos (Breslow >2-4mm y >4mm) registraron un 12,7% cada uno (fig. 2). Se observó un porcentaje llamativamente menor de diagnósticos de melanoma in situ durante el año 2020 (21,8%) frente al 2018-2019 (47,1%); en cambio, esta tendencia se invertía a medida que el espesor de Breslow aumentaba. El porcentaje de melanomas invasivos (>0,1mm) diagnosticados fue mayor durante el 2020 (78,1%, respecto al 53% del 2018-2019), destacando que hasta el 25,4% presentaron un espesor >2mm (15,5% en 2018-2019) y 3 valores de espesor notablemente grueso (18mm, 20mm y 19mm). Hallazgos esperables, ya que desde el primer mes de demora se estima un aumento considerable de la frecuencia de melanomas gruesos y de gran tamaño2.
La dificultad de acceso a atención primaria y especializada durante la pandemia y el confinamiento por COVID-19 condicionó un menor número de diagnósticos de melanoma y mayor espesor de Breslow de estos; por tanto, el diagnóstico fue más tardío3-5. Otro motivo que justificaría esta demora sería el miedo de los pacientes al contagio, no conceder suficiente importancia a la lesión cutánea o no consultar por lesiones de pequeño tamaño, asintomáticas o localizadas en áreas cubiertas6.
Tras el importante parón, las consultas presenciales se restablecieron con un número menor de pacientes, se recuperó la actividad quirúrgica habitual, se impulsó el uso de las interconsultas no presenciales con fotografía y se establecieron circuitos rápidos de citación. La pandemia ha mostrado el potencial de la teledermatología; sin embargo, exige la formación de los médicos de atención primaria, no solo en dermatología sino también en fotografía, lo que requiere la valoración presencial para la obtención de imágenes clínicas y dermatoscópicas de calidad. Es el momento de invertir en formación para así facilitar el acceso a los dermatólogos mediante teledermatología de calidad y, al mismo tiempo, reivindicar la importancia de la valoración presencial en nuestra especialidad.
FinanciaciónLa presente investigación no ha recibido ayudas específicas provenientes de agencias del sector público, sector comercial o entidades sin ánimo de lucro.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.