Dermatology is an increasingly growing specialty with several subspecialties that frequently overlap with other disciplines. Dedication to specific areas varies widely between countries, even within the European Union. The lack of uniform criteria that regulate the practice of dermatology and its subspecialties has a negative impact on the distribution of resources. Consequently, this may impair adequate patient care as access to dermatologists, who are the best trained physicians to recognize and treat skin disorders, may be delayed or unavailable. Not uncommonly, especially in the hospital setting, many specialists are consulted for a skin condition before a referral is made to a dermatologist. In this article, through a case series from daily practice, we illustrate the need for dermatologists to be recognized as the most suitable specialists to diagnose and treat skin diseases. A prompt referral is probably more cost-effective than any other measure, reducing patient morbidity and, in some instances, it can also be life-saving. Another issue that merits consideration is the reimbursement of selected, non-medicated pharmaceuticals, that are medically indicated for some patients with serious dermatological disorders.
La dermatología es una especialidad en continuo crecimiento con varias subespecialidades que se solapan con otras disciplinas. La dedicación a determinadas áreas varía enormemente entre los países, incluso dentro de la Unión Europea. La falta de criterios que regulan la práctica de la dermatología y sus subespecialidades tiene un impacto desfavorable en la asignación de los recursos. Por consiguiente, esto puede dificultar una adecuada atención a los pacientes, dado que el acceso a los dermatólogos, que son los médicos mejor preparados para reconocer y tratar los trastornos cutáneos, puede verse retrasado o no estar disponible. No es infrecuente, especialmente en el ámbito hospitalario, que se consulte a varios especialistas por una afección cutánea antes que al dermatólogo. En este artículo, a través de una serie de casos de la práctica diaria, ilustramos la necesidad de que los dermatólogos sean reconocidos como los especialistas más idóneos para diagnosticar y tratar las enfermedades cutáneas. Una pronta derivación al dermatólogo es probablemente la medida con mejor relación coste-beneficio, reduciendo la morbilidad del paciente y siendo, en algunas circunstancias, una medida que puede salvar vidas. Otra cuestión que merece consideración es la financiación de productos sanitarios, seleccionados, que tienen una indicación médica en algunos pacientes con enfermedades cutáneas graves.
- Inicio
- Todos los contenidos
- Publique su artículo
- Acerca de la revista
- Métricas