Nonmelanoma skin cancer is the most common form of cancer in humans. It can be treated by a variety of specialists and using different techniques, surgical excision being the procedure associated with the lowest rates of recurrence. No studies have been published addressing differences in the management of surgical treatment for nonmelanoma skin cancer according to the specialties involved.
ObjectivesTo assess the preoperative diagnostic accuracy and the use of health care resources when surgical treatment of nonmelanoma skin cancer is done by dermatologists belonging to the Spanish national health service.
MethodsA prospective observational study was carried out over a period of 36 months using data corresponding to all patients diagnosed with nonmelanoma skin cancer and treated surgically in the Dermatology Department of Complejo Hospitalario de Burgos, Spain. Data were analyzed for clinical-pathological correlation, complexity of the intervention, use of health care resources, and time elapsed between clinical diagnosis and surgery.
ResultsThe study included 448 patients and 521 skin lesions suspected to be nonmelanoma skin cancer (basal cell carcinoma or squamous cell carcinoma). Diagnosis was exclusively clinical in 487 tumors and a clinical-pathological correlation of 84.39% was observed. Surgery was performed with local anesthesia in 96.42% of patients, although 111 (21.29%) required complex surgical repair. In 349 patients (77.90%) the procedure was performed on an outpatient basis, 73 (16.29%) required a short stay in the surgical day care unit, and 26 (5.80%) required hospital admission. The mean (SD) delay from clinical diagnosis to surgery was 68.44 (42.22) days, with a median delay of 60 days.
ConclusionsDermatology specialists are highly qualified to diagnose malignant skin tumors and accurately identify those patients requiring surgery. Dermatological surgeons use minimal health care resources, shorten the overall length of the process, and help to control overall health care costs for cancer.
El cáncer cutáneo no melanoma (CCNM) es la malignidad más frecuente en humanos. Puede ser tratado por distintos especialistas y mediante diferentes técnicas, siendo la extirpación quirúrgica el procedimiento con menor tasa de recurrencia. No hay estudios que analicen las diferencias en el manejo del tratamiento quirúrgico del CCNM en función de las especialidades involucradas.
ObjetivosEvaluar la agudeza diagnóstica preoperatoria y el uso de recursos sanitarios cuando el tratamiento quirúrgico del CCNM es realizado por dermatólogos pertenecientes al Sistema Nacional de Salud.
MetodologíaEstudio prospectivo observacional a lo largo de 36 meses con los datos correspondientes a todos los pacientes diagnosticados y tratados quirúrgicamente de CCNM durante ese periodo en la Unidad de Dermatología del Complejo Hospitalario de Burgos. Los datos analizados fueron la correlación clínicopatológica (CCP), la complejidad de la intervención, el régimen de hospitalización y el tiempo transcurrido entre el diagnóstico clínico y la intervención quirúrgica.
ResultadosEn el análisis se incluyeron 448 pacientes, a los que se extirparon 521 lesiones cutáneas sospechosas de CCNM de tipo carcinoma basocelular (CBC) o carcinoma espinocelular (CEC). El diagnóstico fue exclusivamente clínico en 487 tumores, confirmándose una correlación clínico-patológica del 84,39%. El 96,42% de los pacientes fue intervenido bajo anestesia local, aunque 111 (21,29%) precisaron una reparación quirúrgica compleja. Trescientos cuarenta y nueve pacientes (77,90%) fueron intervenidos ambulatoriamente, 73 (16,29%) requirieron una estancia corta en el hospital de día quirúrgico y otros 26 (5,80%) precisaron ingreso hospitalario. El tiempo medio de espera desde el diagnóstico clínico hasta la intervención fue de 68,44 ± 42,22 días, con una mediana de 60 días.
ConclusionesLos dermatólogos son especialistas muy cualificados para diagnosticar tumores cutáneos malignos, y distinguen con precisión los pacientes que requieren tratamiento quirúrgico. Los dermatólogos quirúrgicos consumen un mínimo de recursos sanitarios, acortan la duración global del proceso y ayudan a controlar el gasto sanitario oncológico global.