Hace un tiempo publicamos en esta revista una breve revisión de los potenciales tratamientos disponibles o en proceso de estudio que podrían resultar de utilidad en el control del entonces incipiente brote de viruela símica (monkeypox)1. En ella destacábamos el papel de tecovirimat como único fármaco antiviral aprobado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), debido a su buen perfil de seguridad y demostrada eficacia en cuanto a reducción de la mortalidad en modelos animales2.
Como respuesta a dicha publicación, los doctores Sookaromdee y Wiwanitkit dirigieron una carta titulada «Treatments for Monkeypox»3, en la que comparten su opinión respecto al uso del tecovirimat y mencionan el posible uso de inmunoglobulina intravenosa como otro potencial tratamiento eficaz en la viruela símica, ya declarada «emergencia sanitaria internacional» por la Organización Mundial de la Salud (OMS)4.
Una de las afirmaciones que realizan Sookaromdee y Wiwanitkit es que, si bien el tecovirimat ha mostrado eficacia, no resulta un fármaco ampliamente utilizado en los países en los que el Monkeypox virus ha sido tradicionalmente endémico3. Un posible motivo de la escasa utilización del tecovirimat en dichos países es que sus recursos y estructuras sanitarias no son comparables a aquellas de los países europeos5. Además, hay que añadir que la aprobación por la EMA2 no es aplicable en el continente africano, y de momento es la única agencia sanitaria que ha aprobado el fármaco con la indicación de viruela símica.
El segundo aspecto que queríamos comentar es el posible uso de inmunoglobulina contra Vaccina virus de administración intravenosa, sugerido por Sookaromdee y Wiwanitkit3. Esta inmunoglobulina se encuentra indicada exclusivamente para el tratamiento de ciertas complicaciones causadas por la administración de la vacuna derivada de Vaccinia virus, tales como el eczema vaccinatum, la Vaccinia progresiva o la Vaccinia generalizada grave6. La pauta de administración es 6.000 U/kg tan pronto como los primeros síntomas de enfermedad aparezcan, pudiéndose repetir la dosis según la gravedad de la clínica y la respuesta a la dosis inicial (incluso puede considerarse una dosis de 9.000 U/kg si el paciente no ha respondido a la primera dosis)7. Pese a que existen datos a favor de su uso contra la viruela símica, como la gran similitud genómica entre los Orthopoxvirus8, hasta el momento no se han realizado ensayos en humanos sobre su uso con esta indicación.
Por último, es preciso destacar el empleo de la vacuna derivada de Vaccinia virus como profilaxis postexposición. La OMS recomienda actualmente la administración de una vacuna de segunda o tercera generación para los contactos de los casos en los primeros cuatro días desde la exposición9. Se estima que dicha vacuna podría proporcionar inmunidad cruzada contra el Monkeypox virus con una eficacia de aproximadamente un 80-85%10, previsiblemente consecuencia de la anteriormente mencionada similitud genómica entre Orthopoxvirus8.
FinanciaciónNinguna.
Conficto de interesesNinguno.