Psoriasis is a chronic inflammatory, immune-mediated skin disease, which may cause significant deterioration in the quality of life. Recent evidence indicates that psoriasis and psoriatic arthritis are frequently associated with cardiometabolic diseases including myocardial infarction, stroke, diabetes, obesity, dyslipidemia and non-alcoholic fatty liver disease. Although the causal relationship between cardiometabolic comorbidities and psoriasis has not yet been completely proven, it appears that obesity is a relevant risk factor for the development of psoriasis and metabolic syndrome. In addition, moderate to severe psoriasis itself is a risk factor for cardiovascular disease and the metabolic syndrome. Some common genetic traits as well as inflammatory mechanisms may underlie the development of psoriasis and cardiometabolic comorbidities. The presence of comorbidities has important implications in the global approach to patients with psoriasis. Traditional systemic anti-psoriatic agents could negatively affect cardiometabolic comorbidities, and may have important interactions with drugs commonly used by psoriasis patients. In contrast, the recent findings that the risk of myocardial infarction is markedly reduced in rheumatoid arthritis patients who respond to anti-TNF-α therapy compared with non-responders supports the hypothesis that the anti-inflammatory effect of TNF-α blockers might potentially reduce the cardiovascular risk also in psoriasis patients. Finally, patients with moderate to severe psoriasis should be treated promptly and effectively, should also be encouraged to drastically correct their modifiable cardiovascular risk factors, in particular obesity and smoking habit.
La psoriasis es una enfermedad cutánea inflamatoria e inmunológica que puede ocasionar un deterioro significativo de la calidad de vida.
La evidencia reciente señala que la psoriasis y la artritis psoriásica se asocian con enfermedades cardiometabólicas que comprenden el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular, la diabetes, la obesidad, la dislipemia y la esteatosis hepática de origen no etílico. Aunque la relación causal entre las enfermedades cardiometabólicas concomitantes y la psoriasis aún no se ha demostrado completamente, parece que la obesidad es un factor de riesgo relevante para el desarrollo de la psoriasis y del síndrome metabólico. Además, la psoriasis moderada o grave es, en sí misma, un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular y el síndrome metabólico. En el desarrollo de la psoriasis y las enfermedades cardiometabólicas concomitantes podrían subyacer algunos rasgos genéticos, así como mecanismos inflamatorios comunes. La presencia de enfermedades concomitantes tiene importantes implicaciones en la estrategia global de tratamiento de los pacientes con psoriasis. Los fármacos sistémicos antipsoriásicos tradicionales pueden influir negativamente en las enfermedades cardiometabólicas concomitantes y pueden presentar importantes interacciones con fármacos frecuentemente utilizados en pacientes con psoriasis.
En contraposición, los hallazgos recientes sobre la marcada disminución del riesgo de infarto de miocardio en pacientes con artritis reumatoide que responden a la terapia anti-TNF-α, comparados con los no respondedores, apoya la hipótesis de que el efecto antinflamatorio de los bloqueantes del TNF-α podría, potencialmente, reducir también el riesgo cardiovascular en los pacientes con psoriasis. Por último, los pacientes con psoriasis moderada a grave deben ser tratados rápida y eficazmente y se les debe animar a corregir radicalmente los factores modificables de riesgo cardiovascular, en particular la obesidad y el hábito tabáquico.