Una mujer de 64 años de edad, con daño actínico severo, consultó por una lesión pigmentada de reciente aparición en la cara externa de la pierna izquierda. La exploración clínica reveló que se trataba de una mácula pigmentada irregular de 7mm de diámetro mayor, de aspecto lentiginoso, en un contexto de intenso fotodaño con la presencia de múltiples lentigos solares en el área cutánea circundante (fig. 1).
ComentarioCon la dermatoscopia de luz polarizada se apreciaba un discreto retículo pigmentado irregular, áreas de color marrón claro sin estructura, áreas hipopigmentadas y escasos puntos de distribución irregular. Llamaba la atención la presencia de unas líneas o surcos cutáneos prominentes, más claros que el resto de la lesión y que se entrecruzaban entre ellos, interrumpiendo las demás estructuras. Además, se podían observar vasos puntiformes en las zonas hipopigmentadas, más evidentes que en la piel circundante (fig. 2).
Imagen dermatoscópica: retículo pigmentado irregular, áreas de color marrón claro sin estructura, áreas hipopigmentadas y escasos puntos de distribución irregular. Destaca la presencia de líneas o surcos prominentes, más claros que el resto de la lesión y que se entrecruzan entre ellos (flecha). Además, se observan vasos puntiformes en las zonas hipopigmentadas (asterisco).
Teniendo en cuenta el contexto clínico (se trataba de una lesión pigmentada plana de reciente aparición en una paciente con intenso daño solar) y los hallazgos dermatoscópicos, se extirpó la lesión. El estudio anatomopatológico fue de un melanoma maligno in situ, con un patrón de crecimiento lentiginoso.
El signo dermatoscópico de surcos o líneas cutáneas prominentes (en inglés prominent skin markings) ha sido recientemente descrito como un potente indicador del diagnóstico de melanoma in situ frente al de nevus atípico, especialmente en áreas de piel fotodañada1. Este signo, que presenta un gran acuerdo interobservador, hace referencia a la presencia de unos surcos lineales prominentes que se entrecruzan entre sí, más claros que el resto de la pigmentación general de la lesión. La presencia del mismo se ha relacionado especialmente con melanomas in situ o con un índice de Breslow bajo localizados en los miembros inferiores2.
En el trabajo de Lallas et al. se recoge que, de manera más infrecuente, hay otras lesiones que también pueden presentar este signo dermatoscópico. En orden de frecuencia tras el melanoma, estas serían: nevus de Reed, nevus melanocíticos, queratosis seborreicas/lentigos solares, enfermedad de Bowen y carcinoma basocelular1.
Pese a que este signo dermatoscópico es controvertido3, en los trabajos publicados en los que se menciona fue un potente predictor de melanoma después del ajuste por daño solar y edad4. Otras estructuras que se observan con mayor frecuencia en los melanomas en piel extrafacial con daño solar crónico son las líneas anguladas, la granularidad y los agregados de puntos atípicos5.
En cuanto a la presencia de vascularización atípica, esta es más frecuente en melanomas invasivos frente a los in situ de forma global5. Sin embargo, los vasos puntiformes son propios de lesiones planas, como en nuestro caso, mostrándose homogéneos en forma y agrupados de manera regular6.
Como conclusión, las líneas cutáneas prominentes se han establecido como un nuevo indicador dermatoscópico de sospecha en lesiones melanocíticas, que puede contribuir a incrementar la eficacia en la detección precoz del melanoma, especialmente en áreas de piel fotodañada.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.