La fisura labial crónica se define como la presencia de una úlcera lineal y persistente en el plano sagital del labio superior o inferior. Tienen una prevalencia del 0,57% en la población, siendo más frecuente en varones que en mujeres, con una ratio de 4:11.
Clásicamente se ha asociado su aparición a la presencia de una debilidad fisiológica a nivel de los planos de fusión embrionarios del primer arco branquial, en concreto de los procesos mandibulares y/o maxilares (fig. 1a). Es por ello que parece que las fisuras labiales del labio inferior se encuentran en la línea media, mientras que las del labio superiores adoptan una posición más lateralizada (fig. 1b y c)1,2.
Existen, asimismo, otros factores predisponentes de la fisura labial crónica, como son la exposición a bajas temperaturas, el tabaco, la respiración bucal, la maloclusión dental, las infecciones locales, los déficits vitamínicos, el uso de instrumentos de viento, el síndrome de Down, la enfermedad de Crohn y la granulomatosis facial. Su localización y la presencia de humedad constante retrasan la cicatrización espontánea y contribuyen a su curso crónico. La fisura labial crónica cursa con dolor, sangrado y alteraciones estéticas que pueden estar presentes de manera continua o intermitente3. Asimismo, más del 6% de las fisuras crónicas labiales tienen riesgo de malignización, por lo que un manejo adecuado y temprano es primordial1.
Importancia de la Z-plastia en el tratamiento de la fisura labial crónicaEl tratamiento de primera línea de la fisura labial crónica es conservador, con corticoides, inmunomoduladores y antibióticos. No obstante, la refractariedad al tratamiento tópico es frecuente y, por ello, en caso de fracaso o recidiva, se opta por tratamiento con láser de dióxido de carbono, crioterapia o quirúrgico1. En el ámbito quirúrgico, es importante que el cirujano evite la escisión simple de la fisura con posterior cierre directo. Esto se debe a que esta intervención favorece la recurrencia de la lesión, ya que se mantiene la misma tensión que ha provocado la fisura. La cicatriz de la intervención produce una escotadura en el plano sagital del labio donde puede reproducirse la lesión2. La realización de una Z-plastia en lugar de una exéresis simple solventa esta problemática.
La Z-plastia es un colgajo de transposición doble. Su diseño consiste en 3 segmentos de igual longitud, con uno central del que parten los anteriores, en direcciones opuestas y con un ángulo variable, del cual depende la longitud de la cicatriz final. En nuestra experiencia, la realización de una Z-plastia con un ángulo de 60° proporciona los mejores resultados estéticos y funcionales, ya que a pesar de que la utilización de este ángulo alarga la cicatriz hasta en un 75%, proporciona una longitud adecuada a la zona anatómica sin comprometer la irrigación del colgajo. Como resultado, la Z-plastia alarga la cicatriz y modifica la dirección de la misma, reduciendo su contracción4. La técnica consiste en la exéresis elíptica de la fisura, incluyendo la mucosa yugal y siguiendo las líneas de tensión del labio (fig. 2a). Posteriormente, se diseñan y marcan con bisturí los 2 colgajos triangulares (fig. 2b). Una vez marcados y tras liberar el tejido adecuadamente, se transponen los colgajos triangulares de manera contralateral y se procede a suturar el defecto (fig. 2c y d). Es importante respetar el límite de la semimucosa labial en el diseño del colgajo superior, buscando evitar la transposición de vello en la mucosa labial. En comparación con la exéresis simple, la Z-plastia tiene un 20% menos de recidivas a los 12 meses, ya que, al modificar la dirección de la cicatriz, disminuye la tensión en el plano sagital de la fisura, reduciendo la probabilidad de recurrencia2,5. Asimismo, consigue resultados estéticos muy aceptables a corto y largo plazo a pesar de que parece presentar mayor edema labial en el postoperatorio inmediato que la exéresis simple2 (fig. 3).
La técnica consiste en la exéresis elíptica de la fisura siguiendo las líneas de tensión del labio (a) y posterior diseño y marcaje con bisturí de 2 colgajos triangulares (b). Una vez marcados y tras liberar el tejido adecuadamente, se transponen los colgajos triangulares de manera contralateral y se procede a suturar el defecto (c y d).
La fisura labial crónica es una entidad relativamente frecuente que afecta la calidad de vida del paciente y presenta riesgo significativo de malignización, por lo que su abordaje quirúrgico es fundamental. La Z-plastia supone una alternativa más funcional y cosmética a la exéresis simple.
FinanciaciónEste estudio no recibió ninguna financiación externa.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.